El fútbol argentino suele medirse en goles, puntos y polémicas. Pero hay otro aspecto que también refleja el pulso del torneo, y es la disciplina. A lo largo del 2025, entre el Apertura y el Clausura, los árbitros mostraron 106 tarjetas rojas, una cifra que habla del nivel de tensión que se vive fecha a fecha. En ese contexto, dos equipos lograron un registro inusual: Rosario Central y Barracas Central son los únicos que no sufrieron expulsiones en toda la temporada.
Mientras la mayoría de los clubes acumula sanciones, estos dos conjuntos completaron más de diez meses de competencia sin que ningún jugador viera la tarjeta roja. El dato sorprende tanto por su rareza como por lo que despierta porque para algunos, se trata de una muestra de orden y concentración; para otros, especialmente los más críticos, podría ser señal de cierta benevolencia arbitral.
En el otro extremo aparece Vélez, con ocho expulsados en lo que va del año, seguido por Estudiantes y Talleres (seis cada uno). Más atrás figuran Argentinos Juniors, Belgrano, Newell’s y River, todos con cinco.
A nivel individual, Aarón Facundo Quirós encabeza el ranking de los más sancionados, con tres expulsiones, mientras que otros nueve futbolistas repitieron la roja en dos oportunidades, entre ellos Federico Fattori, Joaquín Laso y Miguel Navarro.
Los árbitros también tienen su propio ranking de severidad. Luis Lobo Medina fue el más estricto del año, con 12 expulsiones, seguido por Yael Falcón Pérez (10) y Fernando Espinoza (9). Más atrás aparecen Andrés Merlos, Andrés Gariano y Fernando Echenique, todos con entre seis y siete tarjetas rojas mostradas.
El dato curioso también se traslada al otro lado del silbato. Huracán fue el equipo cuyos rivales recibieron más expulsiones (12), una diferencia que alimenta el debate sobre los criterios arbitrales y las ventajas, implícitas o no, que algunos equipos parecen tener.
Así, mientras el campeonato suma rojas y sanciones, Rosario Central y Barracas Central mantienen su hoja limpia en materia disciplinaria. Uno bajo la conducción de Ariel Holan, el otro vinculado al entorno del presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. Entre los elogios y las sospechas, ambos pueden jactarse de algo poco común en el fútbol argentino: llegar al final del año sin una sola tarjeta roja.