Nuevos testigos que estuvieron presentes en el accidente del 29 de julio, cuando una barcaza embistió contra un velero perteneciente a un campamento de chicos entre 7 a 15 años donde se encontraba la nieta de Cris Morena, Mila Yankelevich, proporcionaron datos clave del momento en que se produjo el trágico choque.
Cris Morena publicó un emotivo mensaje para Mila Yankelevich y Romina Yan: "Una parte de mi vida se fue con las dos"El 29 de julio de este año, Mila Yankelevich, la nieta de siete años de Cris Morena y Gustavo Yankelevich, falleció tras el choque entre el velero en el que la niña se encontraba y una barcaza en la isla Hibiscus, en Miami Beach. Erin Ho, otra niña que también viajaba en la nave también murió. Tras las investigaciones forense, determinaron que la causa del fallecimiento fue ahogamiento aunque todavía quedan muchas claves por resolver.
La Justicia de Estados Unidos aún investiga qué sucedió, buscando descifrar el choque que terminó con la vida de las niñas. En las últimas horas, dos testigos aportaron declaraciones que podrían alumbrar gran parte de la indagación. William Cruza, un techista que se encontraba trabajando en una casa de la isla, tuvo una clara del lugar en el que ocurrió el accidente.
Aparecieron nuevos testimonios clave
Al Aire de El Diario de Mariana, Martín Candalaft leyó el testimonio de Cruza, advirtiendo la importancia de estos nuevos aportes. “Las declaraciones son de testigos directos del hecho, trabajadores que intentaron evitar lo que sucedió y revelan datos como qué actitud tomaron los que estaban arriba de la barcaza, si se dieron cuenta o no de que estaban por impactar contra el velero. Esto lo cuentan ante la Justicia de Miami y dan detalles desconocidos que cambian la óptica del hecho“, indicó el periodista.
Según el relato, Cuza se encontrara sentado en el techo de la casa frente a la bahía. “Vi una barcaza que iba a toda velocidad hacia un pequeño bote que no se movía”, advirtió el testigo. Allí Cruza y sus compañeros intentaron a advertir la situación a los conductores de la nave. “Nos pusimos de pie de un salto y empezamos a gritarle a los botes. Sabíamos que la barcaza iba a chocar con el velero en menos de un minuto”, declaró el trabajador.
A pesar de los gritos, nadie oyó
Los testigos intentaron de todas las formas, pero las advertencias parecían en vano. “Vimos a un hombre con una camisa de trabajo color verde neón en el costado de la barcaza, a medio camino de donde estaba la grúa. Si el tripulante nos hubiese visto, podría haber detenido la barcaza. Gritamos y gritamos, pero estábamos muy lejos, no nos iban a oír. Se dirigían directamente hacia los niños, y cuando el conductor se dio cuenta, la barcaza ya estaba encima de ellos”.
En esa misma línea, Candalaft dio a conocer el supuesto testimonio de un segundo testigo, identificado como Aldo Melgar, quien también habría visto lo ocurrido. Su declaración resultó igualmente categórica: “Aproximadamente 30 segundos después de que empezamos a gritar y saltar, el tripulante de la barcaza vio el velero lleno de campistas del Miami Yacht Club. Vimos a los niños y a la consejera gritar y hacer señas para que la barcaza se detuviera”.
La declaración concluye con un final de impotencia y dolor: “Vi el pequeño bote y corrí hacia la parte trasera de la barcaza gritándole al capitán. La barcaza ya estaba muy cerca de los niños. Creo que el capitán me escuchó porque el motor se apagó y la barcaza se detuvo muy rápido, pero ya era demasiado tarde. Sonó como un trueno en el momento en el que la barcaza impactó contra el pequeño bote, y empecé a gritar. Me sentí fatal al ver esto, asustado y peor porque habíamos estado gritando y no nos escuchaban”.