Es inevitable que mientras aumenta la temperatura comience la búsqueda de estrategias para bajar de peso. No es casual que las frutas hayan ocupado históricamente un lugar destacado dentro de la alimentación diaria, debido a su aporte de vitaminas, minerales y fibra, características que las convierten en aliadas de quienes desean mantener una dieta saludable. Pero es importante tener en cuenta que no todas cumplen el mismo rol, cuando el objetivo es reducir calorías. Expertos en nutrición señalan que algunas variedades favorecen la saciedad y el equilibrio energético, mientras que otras deben consumirse con moderación por su elevado contenido de azúcares naturales.

Las frutas con menor aporte calórico suelen generar en el organismo una sensación de saciedad, lo que ayuda a controlar el apetito y evitar ingestas excesivas. Entre ellas, destacan las frambuesas y los arándanos, recomendadas para quienes buscan una alimentación baja en azúcares y ligera en calorías. Además, aportan antioxidantes y fibra, dos elementos que resultan claves en una dieta saludable.

Los especialistas insisten en que el consumo regular de frutas es indispensable dentro de cualquier plan alimentario equilibrado. “Lo ideal es incorporar al menos dos piezas de fruta al día”, aconsejan. Sin embargo, hacen una aclaración: conviene distinguir entre aquellas variedades que aportan un balance nutricional favorable y las que, en exceso, pueden convertirse en un obstáculo para bajar de peso.

Las frutas consideradas “bombas de azúcar”

El azúcar presente en las frutas, conocido como fructosa, puede elevar significativamente el contenido calórico de la dieta si se consume en grandes cantidades. En ese grupo se encuentran las llamadas “bombas de azúcar”, que incluyen uvas, plátanos, cerezas, mandarinas, mangos, granadas, dátiles, higos y caquis. Todas ellas, si bien son ricas en nutrientes y energía, pueden complicar los planes de quienes siguen una dieta restrictiva orientada a la pérdida de peso.

Esto no implica eliminarlas por completo, sino regular su ingesta. Incorporarlas en pequeñas porciones, preferentemente durante el día y no en horario nocturno, permite aprovechar sus beneficios sin que afecten el déficit calórico necesario para bajar de peso.

Las frutas ideales para bajar de peso

Por el contrario, existen frutas que se destacan por su bajo índice glucémico y su capacidad para favorecer la saciedad. Las manzanas, peras, frutillas, frambuesas, arándanos y kiwis son ejemplos claros de opciones recomendadas en una dieta saludable. Su contenido de fibra ralentiza la digestión y ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, evitando picos de hambre repentinos.

Otra alternativa favorable es el pomelo, reconocido por su bajo aporte calórico y sus propiedades diuréticas, lo que lo convierte en un complemento ideal en planes de reducción de peso. Lo mismo ocurre con el melón y la sandía, que además de aportar agua e hidratación, generan saciedad con un bajo impacto energético.