No todos los días nuestro Sistema Solar recibe la visita de un objeto tan enigmático como lo es 31/ATLAS, el cual apareció súbitamente en las observaciones espaciales de los astrónomos. Este cometa proviene del espacio interestelar y advierte que su antigüedad es mucho mayor nuestro propio Sol. Pero su recorrido podría revelar muchas más respuestas sobre el origen de nuestra galaxia.
¿Cómo es caer en un agujero negro?: el simulador de la NASA que permite conocer la galaxiaPara el 3 de octubre, 31/ATLAS estará más cerca de la Tierra, en su visita al planeta vecino, antes de alcanzar su distancia mínima del sol el 29 de octubre. El cometa recorrerá a 29 millones de kilómetros del planeta rojo y ofrecerá a la comunidad científica la oportunidad sin precedentes de analizar un objeto de este tipo.
El inesperado descubrimiento de 31/ATLAS
El cometa fue avistado el 1 de julio de 2025, cuando el sistema de alerta ATLAS lo detectó. Este procede más allá de nuestro sistema solar y es, en el sumario, el tercer objeto interestelar visto en la historia. Se desplaza a unos 220.0000 km/h y para el mes que viene podría encontrarse en un recorrido más cercano a la Tierra.
Secretos más antigüos que el Sol
Matthew Hopkins, uno de los primeros en identificar el cometa junto a su equipo, señaló que el cometa tiene una antigüedad asombrosa: cerca de siete mil millones de años, según su modelo Ōtautahi–Oxford. Si este dato se confirmara, estaríamos admirando al cometa más antigüo que jamás hayamos conocido, más ancestral que nuestro Sol. Este dato tiene un potencial enorme, incluso más allá de ser asombroso por la edad. Este astro podría conservar una firma química de los primeros días de la formación galáctica, lo cual transformaría nuestra comprensión de la evolución de la materia en el universo.
Esta actividad cometaria es uno de sus aspectos más fascinante. 31/ATLAS libera gases y polvo al acercarse al Sol, permitiendo a los astrónomos estudiar materiales que se formaron en otro rincón de la galaxia. Es, en palabras de los investigadores, “una muestra natural entregada a la Tierra”.
Los inicios de la Tierra pueden estar guardados en 31/ATLAS
También resolvería enigmas de gran profundidad entre ellos, cómo se formó la Tierra. Algunos modelos teóricos sugieren que cuerpos como este, si quedaron atrapados en la nebulosa primigenia del Sistema Solar, habrían liberado materiales esenciales (agua, carbono, compuestos orgánicos) que más tarde se integrarían en los planetas en formación. Si esa hipótesis es correcta, cada grano de polvo que libere el cometa al pasar cerca del Sol podría tener una historia que se remonta al origen mismo de nuestro planeta.
Aunque algunos cálculos lo relacionan con el disco fino de la Vía Láctea y otros con el disco grueso, su origen último sigue sin resolverse. Por ello es que las próximas semanas serán decisivas. La posibilidad de captar una firma espectral clara, o incluso alguna pista de elementos no naturales, abriría caminos inexplorados en la astronomía contemporánea y los especialistas deben estar atentos.