Año a año el mundo está pendiente de las personas más longevas del mundo, un puesto que pertenece a una única mujer u hombre hasta el final de su vida y que se hereda a quien le sigue. Actualmente, Ethel Caterham, una mujer inglesa, es la mujer viva más longeva del mundo.
Murió a los 116 años la persona más longeva del mundo: una monja brasileña bendecida por el papa FranciscoAunque Ethel Caterham no logra superar a la mujer más longeva de la historia –Jeanne Calmet, que vivió hasta los 122 años–, es la mujer más vieja viva actualmente. Y, dada su edad, es habitual que a su alrededor se pregunten por sus secretos para haber llegado a tal edad. Caterham no se guarda nada y comparte el método que implementó.
¿Cuál es el secreto de Ethel Caterham, la mujer más vieja del mundo?
Probablemente Ethel sea partidaria de la reconocida y difundida frase “vivir y dejar vivir”. Es que esta idea coincide con lo que expresa, pues cuenta que su secreto para haber pasado los 100 años –y haber llegado a los 115– es no discutir, una actitud que parece sencilla pero que cuesta aplicar.
“Nunca discuto con nadie, escucho y hago lo que me gusta”, dice Caterham desde la residencia de Londres en la que vive actualmente. Según indica, esa postura pacifista –o de ignorar lo que no le parece relevante– fue la que la guió durante tantos años para llegar hasta donde hoy está: el puesto de la mujer más longeva del mundo.
Quién es Ethel Caterham, la mujer más vieja del mundo
El fallecimiento de Inah Canabarro, la monja brasileña, a sus 116 años, le valió a Caterham la herencia del título de la mujer más longeva del mundo. Actualmente vive en un hogar para ancianos en Surrey, al noroeste de la capital inglesa. Nació un 21 de agosto de 1909 y llegó a ver el paso de las décadas y hasta el paso de siglo y de milenio. Su cuna fue Shipton Bellinger, al sur de Inglaterra, donde también nacieron sus ocho hermanos.
Su vida estuvo marcada por los viajes y vivió en diferentes continentes. En 1927 en uno de sus primeros trabajos, viajó a India como niñera de los hijos de una familia británica. Allí pasó tres años de su vida. En 1931 conoció a su marido y vivieron durante un tiempo en Hong Kong y Gibraltar. Norman, su esposo, falleció en 1976.
En el hogar en que vive, Ethel es considerada una inspiracón para todos por su fortaleza, espíritu y sabiduría.