El azar definió el orden en que aparecerán las nueve fuerzas políticas que competirán en Tucumán en el debut de la Boleta Única Papel (BUP). ¿Hubo ganadores y perdedores? ¿Es mejor ubicarse primero a la izquierda? ¿O conviene más el margen derecho? ¿Qué pasa con los que quedaron en el centro?

Expertos consultados por LA GACETA analizaron la cuestión, y coincidieron en que, más allá de la relevancia de los aspectos visuales en la BUP, no será factor determinante a la hora de votar. Lo que sí será clave, remarcaron, es que el ciudadano llegue capacitado a la contienda para evitar que, a la hora del conteo, el sufragio sea objeto de nulidades.

El acto se llevó adelante el miércoles pasado, en el cuarto piso de los tribunales federales de calle Las Piedras al 400.

Los apoderados de las distintas listas fueron recibidos por las autoridades de la Junta Electoral Nacional (JEN) de Tucumán y de la Secretaría Electoral.

El trámite comenzó con un primer sorteo. Cada uno de los participantes tomó un papelito que había depositado la secretaria electoral, Estela Martínez Márquez, en un recipiente. Así se estableció el orden en que se pasó a la siguiente fase, la decisiva: el bolillero. Otra vez, uno por uno, los representantes partidarios pasaron a sacar una bolilla, al estilo lotería, hasta determinar el lugar que ocuparán en la Boleta Única Papel los nueve armados políticos que competirán en los comicios del 26 de octubre.

Uno por uno

Las tres fuerzas a priori con mayor capacidad de estructura quedaron posicionadas en el primer tercio: “Unidos por Tucumán” (Roberto Sánchez), “Tucumán Primero” (Osvaldo Jaldo) y “La Libertad Avanza” (Federico Pelli) quedaron posicionados en el primer tercio. Los dos siguientes son “Frente del Pueblo Unido” (Silvio Bellomio) y “Fuerza Republicana” (Ricardo Bussi). A continuación se ubican “Política Obrera” (Raquel Grassino), “Partido del Trabajo y el Pueblo” (Sebastián Solís) y “Frente de Izquierda y Trabajadores - Unidad” (Alejandra Arreguez). Y la bolilla número 9 correspondió a “CREO” (Paula Omodeo).

Realizado el sorteo, sólo resta que se termine de oficializar el diseño de la BUP con toda la oferta electoral que recibirán los tucumanos en las mesas de sufragio, en trámite que se efectuará en una audiencia pública fijada para mañana por el cronograma electoral. Entonces, se terminarán de conocer otros elementos visuales estratégicos para cada fuerza, como los símbolos partidarios y las fotografías de los dos principales candidatos y candidatas de cada espacio. Pero, ¿qué impacto podría tener el orden de aparición en la BUP? “En este caso, considerando que la cantidad de listas no sería tan alta y que la Boleta Única de Papel (BUP) no sería muy extensa, es probable que la ubicación (primero o último) no tenga una influencia grande. A veces se menciona una lectura en ‘zeta’, aunque más que un patrón fijo lo relevante suele ser la visibilidad de las primeras posiciones. Quien aparece primero podría ser observado de inmediato y eso podría incidir marginalmente en el voto indeciso; de todos modos, con todas las opciones a la vista, no se esperarían complicaciones significativas para ese votante”, explicó el doctor Santiago González Díaz, director de la carrera de Ciencias Políticas de la Unsta.

Esta perspectiva coincide en lo esencial con el análisis del politólogo Patricio Adorno. “Hay dos cuestiones a poner sobre la mesa. La primera es que, en general, estamos acostumbrados a leer de izquierda a derecha; entonces, el medio se pierde un poco, y estar en algunos de los extremos es preferible (sobre todo, si es el izquierdo). Pero en este caso concreto, como es la primera vez que usamos la BUP y la oferta tampoco es tan grande -son nueve fuerzas, no 20-, lo más importante va a ser el escrutinio y la capacitación previa”, señaló el docente y titular local de la Asociación Civil Estudios Populares (ACEP). Y brindó una clave para la estrategia en la previa a los comicios. “Lo fundamental es que, como partido político, a tu propio votante, al núcleo duro -además del ‘despolitizado’-, le enseñes claramente a sufragar. El principal cambio no está en el cuarto oscuro, sino en el camino para llegar a ese cuarto oscuro, de modo que la ciudadanía pueda identificar rápidamente la lista en la BUP, y realizar la marca correctamente”, añadió Adorno a este diario.

El politólogo Gabriel Garat advirtió que se debe “morigerar o suavizar la creencia del impacto” que tiene en el votante el orden de aparición en la BUP. Principalmente, porque no hay estudios cuantitativos serios que digan ‘si estás primero a la izquierda, tenés tanto más por ciento’. No hubo forma de realizar un experimento de estas características. Sí se cree que el orden es uno de los factores que hacen a la composición del voto, pero dentro de una perspectiva sistémica, por lo que, en general soy muy cauto en eso”, marcó el licenciado en Ciencia Política. Y aclaró que, “en lo cualitativo, si de repente estás primero a la izquierda o último, puede ser más fácil ubicarte en la boleta”. “Por lo tanto, se puede explicar de forma más fácil a los votantes dónde estás ubicado para que realicen la marca. Por ello, influye mucho más cómo el partido político le cuenta esto a su electorado, cómo lo moviliza y le explica”, anticipó Garat.

Número acotado

Díaz González recalcó que, si hubiese un mayor número de listas registradas para la votación, quizás “podría decirse que el lugar incide más en la probabilidad de recibir votos”. “En procesos con alta congestión de opciones, tienden a aumentar los errores o marcas poco informadas. En estas elecciones, en cambio, con nueve listas bien identificadas por foto, color y denominación, la BUP tiende a estandarizar la presentación y a mitigar ese tipo de sesgos”, apuntó. Y puso el foco en “un dato que podría facilitar la lectura” de esta contienda: las listas lideradas por Sánchez, por Jaldo y por Pelli quedaron en primer, segundo y tercer lugar, respectivamente. “Son referencias políticas sobre las cuales, probablemente, se ordene la competencia en el Gran San Miguel de Tucumán; algunos relevamientos sugieren una elección en tercios en esos circuitos (el interior podría tener otra dinámica). En ese marco, no se espera una influencia grande del orden de aparición, aunque podría observarse un pequeño efecto de primacía en escenarios muy ajustados”, dijo el experto.

Adorno sostuvo que, al margen de los aspectos visuales, será “muy relevante la fiscalización” en cada mesa. “Al ser la primera vez que se va a votar con la BUP, cada fuerza necesitará los 4.000 fiscales partidarios para controlar que la marca -una cruz, una tilde, un corazón- estén donde tienen que estar (o no estén, dependiendo de qué te interese)”, indicó el politólogo.

Garat recordó que, si bien no existen estudios cuantitativos sobre el impacto en el orden de aparición, “sí está medido que siempre la modificación del instrumento de sufragio genera muchos votos nulos, e incluso muchas confusiones en la manifestación de la voluntad”. “Esto posiblemente se vea en distritos donde se van combinadas categorías legislativas y ejecutivas; en Tucumán, donde solamente se votará diputado nacional, se hará una sola cruz o ninguna, en caso de que el voto sea en blanco”, afirmó. Por ello, anticipó que probablemente los partidos utilizarán el debut de la BUP “como excusa para posicionarse” mediante el cara a cara con la ciudadanía. “Con la boleta partidaria era común llevar el voto desde la casa. Ahora, se verán capacitaciones en todos lados sobre cómo utilizar la Boleta Única Papel. Y esa es también una forma de acercarse”, cerró el politólogo.