El tucumano Alejandro Bulacio volvió a demostrar que la pasión y la disciplina pueden más que cualquier obstáculo. Apenas una semana después de haber competido en el exigente Trasmontaña 2025 de mountain bike, el atleta de 45 años se subió al podio de su categoría en la Media Maratón de Buenos Aires, cruzando la meta con un tiempo de 1h 15m 15s. Lo hizo entre más de 27.000 corredores, en una carrera marcada por la emoción, la masividad y la energía de la capital.

“Fue una experiencia tremenda. La primera vez que corro en Buenos Aires y realmente me sorprendió todo: la gente, la energía, cómo paran la ciudad entera por la carrera y cómo te alientan en cada kilómetro. Es algo que nunca había vivido así”, contó Bulacio en diálogo con LA GACETA, todavía entusiasmado por lo logrado.

El dato curioso es que solo unos días antes había pedaleado los 43 kilómetros junto a Francisco Voto en el Trasmontaña, una prueba durísima en la que quedaron terceros en su categoría. “Con Francisco venimos corriendo hace años, ganamos la categoría cinco veces y esta vez terminamos terceros. Nos hubiese gustado más, pero igual estamos contentos. Y la verdad que, tras ese desgaste, nunca pensé que en Buenos Aires podía meterme en un podio. Fue totalmente una sorpresa para mí”, reconoce.

Bulacio confiesa que no salió a buscar un lugar en el podio. “Con tanta gente, más de 27.000 corredores y atletas de todo el mundo, es impensado salir pensando en ganar o en estar entre los mejores de la categoría. Yo solo quería hacer una buena marca. Venía con una lesión que me complicó los últimos entrenamientos, así que mi objetivo era llegar bien y disfrutar. Jamás me imaginé que ese tiempo me alcanzaría para subirme al podio”, relató.

El secreto estuvo en encontrar el grupo justo en el momento indicado. “En estas carreras es muy importante engancharte con un pelotón que lleve un ritmo bueno. Yo tuve la suerte de caer con un grupito que me fue llevando a un paso que solo no hubiese podido mantener. Ahí entendí también lo que significa la memoria muscular: aunque no había corrido tanto en las semanas previas, el cuerpo respondió increíble”, explicó.

Más allá de sus logros, Bulacio tiene claro que el deporte es una pasión, pero no su trabajo. “Yo trabajo en la administración de un colegio, tengo un empleo como cualquiera. El deporte es un hobby al que le dedico mucho tiempo y respeto. Me apasiona, pero también me organizo para que conviva con mi vida laboral y personal”, aseguró.

Ese equilibrio, dice, se logra con organización y constancia. “Siempre digo que cualquiera lo puede hacer. Es cuestión de armarse un calendario, aprovechar cada hueco de tiempo. A veces son 40 minutos de gimnasio, a veces una hora de trote. Si no puedo salir con la bici, tengo un rodillo en casa que me permite entrenar igual. El secreto es la disciplina y las ganas”, señaló.

Con más de 25 años en el triatlón, Bulacio ya está acostumbrado a alternar disciplinas. “Yo estoy entrenado en las tres ramas: bicicleta, natación y trote. Entonces, aunque me haya lesionado una pierna y haya dejado de correr un poco, seguí en la pileta, en la bici y en el gimnasio. Eso me mantuvo activo y me permitió llegar bien preparado a la media maratón”, explicó.

Pasión compartida

La vida deportiva de Bulacio también se apoya en su entorno. “Tengo una mujer que me acompaña siempre. Ella hace deporte también, aunque no le gusta la competencia. Más que nada corre y un poco de bici. Pero lo más importante es que está siempre, bancando, porque no es fácil estar con alguien que le dedica tantas horas al entrenamiento”, remarcó con gratitud.

El triatleta reconoce que lo más lindo que le dio el deporte es la gente y los lugares. “Conocer rincones que nunca hubiese visitado si no fuera por las competencias, compartir con personas de distintas provincias o países, de distintas culturas. En el deporte no importa tu religión, tu clase social o tu ideología: todos estamos en la misma, compartiendo lo que nos apasiona. Eso es muy gratificante”, aseguró.

Pero no todo es color de rosa en el mundo del deporte amateur. “Lo único feo es cuando no se juega limpio. Me refiero al doping, a las sustancias prohibidas. Eso no lo comparto, no lo entiendo y creo que le hace mal a todos. Siempre trato de llevar el fair play a todos lados. Por suerte son los menos, pero es algo que no está bueno”, lamentó.

A pesar de su extensa trayectoria, Bulacio sigue encontrando motivos para competir. “No me resulta difícil mantenerme motivado. Hago varios deportes, así que siempre hay algo nuevo. Ahora me invitaron a correr el Cruce de Tafí del Valle a Cafayate, después empiezan los triatlones y más adelante siempre aparecen otras carreras. Es imposible aburrirse”, contó con entusiasmo.

Y aunque ya piensa en nuevos desafíos, tiene marcada en rojo una fecha muy especial: el 5 de octubre, cuando se correrán los 21K de LA GACETA. “Es una carrera hermosa, la corro casi todos los años. Creció muchísimo, cada vez se suma más gente de otras provincias y se está haciendo un evento de referencia en el calendario nacional. Este año, por supuesto, voy a estar presente. Es una fiesta del running en Tucumán y me encanta ser parte”, destacó.

Entre el Trasmontaña y la Media Maratón de Buenos Aires, Bulacio continúa demostrar que no hay límites cuando se combina pasión, esfuerzo y constancia. Pasan los años y el triatleta ni piensa en bajar la intensidad, al contrario, sigue sumando experiencias y objetivos. “Lo más lindo es que cada carrera me sigue sorprendiendo. No importa si corro en Tucumán, en Buenos Aires o en cualquier otro lugar: siempre hay algo nuevo para aprender y disfrutar. Eso es lo que me mantiene en movimiento”, finalizó.