El caso de las muertes causadas por la utilización de fentanilo contaminado es uno de los asuntos que más polémica generó en este año. Los tres poderes del Estado se involucraron en lo que se considera como una de las mayores intoxicaciones medicamentosas que se hayan registrado en Argentina. Pero pocos miran la otra cara: desde hace por lo menos tres años los narcos argentinos están utilizando esa sustancia para cortar estupefacientes. Oficialmente, las muertes causadas por el medicamento en mal estado son por lo menos 97 fallecimientos. Por el contrario no se sabe cuántos adictos murieron por sobredosis en nuestro país.

El fentanilo es un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Desde hace más de 40 años es utilizado como medicamento para aliviar dolor crónico o muy intenso. También puede emplearse como complemento de una anestesia general o local. Supuestamente en nuestro país, su producción, comercialización y prescripción deberían tener un alto nivel de control. Sucede que los narcotraficantes han encontrado en esta sustancia una nueva manera de generar enormes ganancias. Al tratarse de una droga sintética, producen grandes cantidades en cualquier lugar. Además, como no ocurre con otros estupefacientes, es inodora y al ser líquida, permite su traslado camuflada en miles de productos.

Gran parte de los argentinos sigue de cerca el caso del medicamento contaminado que se utilizó en una veintena de hospitales públicos y sanatorios de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. El ministro de Salud Luis Medina Ruiz confirmó que en Tucumán no se registró ningún caso. En una investigación de tres meses, la Justicia encontró en la droga bacterias que generaron casi un centenar de muertes. Todos los dedos acusatorios apuntan al responsable de su producción, el laboratorio Ramallo, que lo hacía para el grupo HLB Pharma Group que la comercializó. Su titular, Ariel García Furfaro, negó toda responsabilidad y apuntó contra un ex socio.

El presidente Javier Milei denunció los vínculos del empresario con el kirchnerismo y no sólo solicitó su detención, sino que pidió que el juez federal Ernesto Kreplak sea separado del caso, ya que es hermano del ministro de Salud de Buenos Aires y hombre de confianza del gobernador Axel Kicillof, Nicolás Kreplak. En Diputados se intenta crear una comisión investigadora para buscar a los responsables, pero la iniciativa no prospera por la falta de apoyo del oficialismo. En meses electorales, pareciera ser más importante “pegar” al adversario con casos como este y no responder, por ejemplo, qué pasó con los controles que deberían haber realizado los funcionarios designados por este Gobierno. En una encuesta realizada por Poliarquía y publicada el domingo por el diario “La Nación”, se difundió un dato revelador: el 70% de los entrevistados cree que los dueños del laboratorio tienen protección política o judicial, y lazos con los narcos.

Un monstruo a nivel mundial

Los especialistas sostienen que el consumo de fentanilo está haciendo estragos en varios países del mundo y advierten sobre su rápida expansión. Estados Unidos es considerado como la nación de origen. En esas tierras, según los últimos reportes difundidos, en todo 2023 se registraron 72.276 muertes por sobredosis con esa sustancia. Las terroríficas cifras se están replicando en Canadá, Suiza, Alemania y Países Bajos.

El PRO insiste en Diputados para que se investigue la causa del fentanilo adulterado

Los cárteles mexicanos Jalisco, Nueva Generación y Sinaloa son señalados como los principales productores de la droga. Exportan a su país la materia prima para producirla en forma de líquido y luego la transforman en polvo. Ambos procesos se pueden hacer hasta en el baño de una vivienda común y corriente. Según los últimos reportes internacionales, en EE.UU con un kilo de fentanilo se pueden obtener hasta U$S32 millones de ganancias. En Europa, esa cifra se incrementa entre un 60% y un 70%.

En Argentina, de acuerdo con las últimas investigaciones, no se comercializa la sustancia pura, sino que es utilizada para “cortar” la cocaína de baja calidad que venden. Los narcos descubrieron que mezclándola con esa sustancia cumplen con tres premisas clave: aumentan la cantidad de dosis, potencian sus efectos e incrementan el nivel de dependencia.

Casos olvidados

En febrero de 2022, al menos 23 personas murieron por haber consumido cocaína mezclada con fentanilo en el partido 3 de Febrero, provincia de Buenos Aires. En un principio, el caso erroneamente fue llamado como el de la “cocaína envenenada”. Con el tiempo, los investigadores confirmaron que no había ningún veneno en las dosis, sino el medicamento. En el expediente surgió que todos los fallecidos habían adquirido la sustancia en los “quioscos” de una red de narcomenudeo que operaba en ese lugar y que el responsable de “cocinarla” (así se denomina el proceso de estiramiento de la “merca”) era un narco paraguayo. Dos años después, en Villa La Fraga, los policías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires descubrieron siete ampollas del remedio en poder de unos transas.

La investigación por fentanilo contaminado depende de dos peritajes clave

En enero pasado, por segunda vez en menos de tres años, la Policía de Tucumán secuestró ampollas de nalbufina, un opioide similar al fentanilo entre las sustancias que vendían dos transas en diferentes lugares de San Cayetano. Nada se supo sobre el desarrollo de esa investigación. No se conoció si el medicamento secuestrado se comercializaba puro o si era utilizado para cortar la “merca”. Tampoco trascendió cuál había llegado a las manos de los detenidos.

La posibilidad de que empleados infieles roben el medicamento para vendérselo a los narcos va perdiendo fuerza con el desarrollo de las investigaciones que realizan las fuerzas de seguridad. Hace menos de una semana, Gendarmería Nacional detuvo al “cerebro” de la organización que fue descubierta realizando un envío de 500 ampollas de fentanilo y cinco kilos de ketamina (otra droga sintética cuyo consumo se está incrementando) desde Paraguay a Chile utilizando las rutas de nuestro país. En julio, por ese caso, también hubo procedimientos con detenciones en Jujuy, muy cerca de nuestra provincia. Según la investigación, el grupo venía operando desde hace más de dos años.

En todas las pesquisas aparecen mencionados contactos de Bolivia y de Paraguay, países donde operan los cárteles mexicanos. Además, en tierra guaraní, HLB Pharma Group tenía una filial y el socio de García Furaro era uno de los principales asesores del ex presidente paraguayo Horacio Cartés.

Advertencias

Varios especialistas advirtieron sobre la comercialización del fentanilo mezclado con cocaína. “Lo vemos cada vez más seguido. Pacientes que dicen haber consumido cocaína y llegan con síntomas de opioide: pupilas puntiformes, coma, depresión respiratoria. No es cocaína. Es fentanilo disfrazado de cocaína”, aseguró el doctor Aldo Saracco, jefe del Centro de Información Toxicológica del Ministerio de Salud de Mendoza y ex presidente de la Asociación Toxicológica Argentina, en una entrevista publicada por la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

Fentanilo: el ministro de Salud responsabilizó al dueño del laboratorio y pidió "que reciba su merecido"

Walter Martello, defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires y responsable del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, desde hace varios años intenta convencer a las autoridades de este peligro. “En Argentina es una seria amenaza para la salud pública y la seguridad. Es imperativo que gobiernos, organizaciones internacionales y comunidades trabajen en conjunto para implementar estrategias integrales que aborden la producción, distribución y prevención del fentanilo. La cooperación internacional y un enfoque multidisciplinario son esenciales para mitigar los efectos devastadores de esta crisis”, sostuvo.

Ambos especialistas coincidieron en señalar que se deben crear protocolos en los hospitales para la atención de casos de sobredosis; tener en los centros asistenciales públicos stock de naloxona, sumamente efectiva para atender este tipo de casos; y el intercambio de datos estadísticos entre los sistemas de salud de todo el país. La situación es similar a lo que se vivió entre 2007 y 2008, cuando madres y especialistas denunciaron la llegada del paco a Tucumán. En esos días, varios funcionarios negaron esa posibilidad. Sin embargo, el tiempo demostró lo contrario.