La noticia de que en el Parque Nacional El Impenetrable, la zona preservada en el Chaco, nació una cría de yaguareté en estado salvaje luego de 35 años sin tener registros al respecto sorprendió a todos. Ahora, ¿cómo es que llegó pasar algo así?

El avistaje fue realizado por los guías Pablo Luna y Darío Soraire en un recorrido por el río Bermejo, donde fotografiaron a Nalá, una de las cuatro hembras liberadas en la región (las otras son Keraná, Miní y Quiyoc, todas monitoreadas con collares de seguimiento satelital), junto a un cachorro de aproximadamente cinco meses. Se determinó que en el lugar habitan tres machos silvestres, Qaramtá, Tewuk y Tañhi Wuk, que también están siendo monitoreados dentro del proyecto de suplementación de yaguareté (Panthera onca) que implementa la Administración de Parques Nacionales junto a la Fundación Rewilding Argentina.

La propuesta apunta a recuperar la funcionalidad ecológica del ecosistema del bosque chaqueño e incrementar la población de la especie, declarada Monumento Natural a nivel nacional. “Estos acontecimientos constituyen grandes avances para la conservación del yaguareté en la región chaqueña, en tanto señales clave hacia la recuperación gracias a la reproducción de individuos para profundizar su conocimiento y diseñar medidas de manejo que se ajusten a sus necesidades”, se anunció oficialmente en la página argentina.gov.ar.

Tras muchos años

LG Play dialogó ayer con el veterinario de fauna silvestre Pablo Aón, quien resaltó la importancia de lo sucedido y dio más explicaciones. “Es el resultado de un proceso sumamente largo, que lleva muchos años desde la creación del parque en 2014 en un paso a paso que permitió sumar hechos hasta este resultado”, señaló.

El especialista trabajó durante dos años en la fundación que impulsa el proyecto, y destacó el nivel de decisiones que se toman, como la conformación del área protegida. “La sociedad, en su conjunto y en su gran mayoría, apoya estas acciones y repudia cuando sucede algo que atenta contra ellas. Sin embargo, meses atrás mataron a un yaguareté en Formosa, a muy pocos kilómetros, lo que indica que hay que reforzar tanto la reintroducción de ciertos animales como en controlar y evitar la cacería furtiva, que es algo que afecta a muchas especies”, aseveró.

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El concepto de reintroducción es que vuelva a ocupar el territorio “una especie que estaba habitándolo y se extinguió, como ocurre el tapir en la reserva de Horco Molle”, explicó. En el caso del yaguareté, aclaró que no corresponde estrictamente esa idea “ya que había registros en la zona de machos silvestre; por eso hay que hablar de reforzamiento poblacional”. “Una de las decisiones más difíciles fue anclar en el parque a Qaramtá, que es el padre de Nalá. Como no había hembras, salen a recorrer y se exponen a peligros. En cambio, se logró que se quede en la zona y hoy podemos hablar de seis o siete individuos en la región”, remarcó, satisfecho.

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Aón agregó que hay cuatro poblaciones de yaguaretés, el felino más grande de América, que puede pesar más de 100 kilos y está en peligro de extinción: unos 100 en Misiones; más abundante en las yungas jujeñas y salteñas; más de 30 en Corrientes y el puñado de El Impenetrable. “Es enorme, son más de 100.000 hectáreas, aproximadamente 50 kilómetros por 25 kilómetros, con tapires, corzuelas y pecaríes, entre muchos más”, describió.

En su momento, el yaguareté (palabra guaraní) llegó a ocupar hasta la provincia de Buenos Aires, al punto que la localidad de Tigre lleva ese nombre por su presencia, ya que era otra forma de mencionarlo.