Por Silvia De Las Cruces - Enviada especial a San Salvador de Jujuy

A Matías Jurado los vecinos le tenían miedo desde mucho antes de descubrirse lo que se descubrió y que lo posiciona como el sospechoso de haber asesinado a por lo menos cinco personas. Ahora que se encuentra alojado en el establecimiento penitenciario N°1, más conocido como el Penal de Gorriti, se animan a relatar el calvario que les hacía vivir.

La existencia de este hombre de 37 años fue descubierta por todos la semana pasada, cuando el fiscal Guillermo Beller allanó la casa donde vivía en el barrio 8 de Marzo de Alto Comedero y encontró elementos que le permitieron imputarlo por homicidio agravado por ensañamiento. Pero quienes viven en la zona ya lo padecían desde mucho antes.

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Alto Comedero es el barrio más grande de San Salvador de Jujuy (de hecho concentra casi la tercera parte de su población). Nació en la década del 80 con la llegada de familias de escasos recursos y varios años después fue el lugar elegido por Milagro Sala para construir viviendas, escuelas, un centro cultural, espacios recreativos y hasta un parque acuático. La cuadra donde vive Jurado tiene calle de tierra, pero se nota a simple vista que la habita gente trabajadora: se los ve salir y llegar en sus vehículos en horarios laborales, y tienen buena relación entre ellos; excepto con él, con quien ni siquiera había diálogo.

La casa de este hombre -hoy popularizado como “el asesino serial de Jujuy”- es la única que desentona con el resto. Tiene una puerta de chapa un poco destartalada (hay una pancarta de alguna campaña electoral de Horacio Rodríguez Larreta que tapa un hueco) y en su interior hay tres pequeños ambientes, edificados con bloques grises. Sobre una pared puede verse un manchón negro que se extiende hasta arriba, producto de las fogatas que solía encender.

Sus vecinos están hartos de la prensa. Desde que se desató el caso, la semana pasada, hay siempre una guardia periodística en la puerta. “Ya no quiero hablar más, por favor no muestren mi casa”, suplica una mujer que apenas se asoma. Otra vecina sí accede a hablar, pero pide resguardar su identidad porque todavía tiene miedo. “Una vez pasó por acá y me pateó el auto. No le dije nada por temor, le tengo terror a ese hombre. Su caminata, su mirada… todo me da terror. Ojalá que no salga porque es terrible tener un hombre así acá”, dice.

LA GACETA / FOTO DE SILVIA DE LAS CRUCES
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En las últimas horas comenzó a circular en las redes sociales un video donde se lo ve en su cuadra, en medio de la calle, con un machete en cada mano. Alejandra Chambi, que tiene un almacén en su casa, recuerda que una noche estaba durmiendo cuando escuchó gritos que venían de afuera. “Abrí las cortinas, vi que me miraba y me dio tanto miedo que las cerré”, cuenta. Días después, los vecinos le mostraron el video y se le erizó la piel.

LA GACETA / FOTO DE SILVIA DE LAS CRUCES

Los gritos de Jurado en plena madrugada y las amenazas hacia sus vecinos eran moneda corriente. Hoy las familias de la cuadra dicen que al menos duermen tranquilas, sin ese personaje merodeando, y ruegan que no recupere la libertad.