En el entorno del presidente Javier Milei están convencidos de que la vicepresidenta, Victoria Villarruel, traicionó al líder libertario y la relación entre ambos llegó a un punto de inflexión.

Así lo considera la periodista de investigación Emilia Delfino, autora de “La Generala. Biografía no autorizada de Victoria Villarruel, la vicepresidenta que desafía a los Milei”.

En una entrevista en el programa “Panorama Tucumano”, de LG Play, Delfino explica que decide investigar a la vicepresidenta porque era poco lo que se conocía sobre ella y sobre cómo llego al poder. “Villarruel es el personaje que faltaba para terminar de entender el cuadro de poder de La Libertad Avana. Conocíamos mucho del pensamiento de Milei y de su vida, pero no de ella: ni quién es ni cómo creció ni cuáles son sus intereses. Es muy enigmática, le gusta reservar su vida privada y también su vida política”, dice la autora, miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

“No termina de definir su posición sobre la dictadura, por ejemplo. La vicepresidenta tenía una posición y sostenía que lo que había ocurrido en los 70 eran crímenes dentro del marco de una guerra. Por lo tanto, entendía que no debían ser juzgados ni tratados como crímenes de lesa humanidad. Luego gira con ese pensamiento y empieza a a ver que si no eran delitos de lesa humanidad para los militares, tampoco podían juzgar a las organizaciones políticas que mataron militares. Entonces, trocó su discurso en ese sentido”, especifica.

Delfino añade que para poder encabezar el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), la ONG que ella misma fundó, tuvo que dar vuelta su pensamiento y su discurso sobre lo que sucedió durante la última dictadura militar.

A partir, por ejemplo, de ese cambio y de sus posturas, la autora de “La Generala” abunda sobre rasgos de la personalidad de la vicepresidenta. “Siempre se plantea como una mujer que se hizo a sí misma y no le debe nada a nadie. Pero eso no es así; hay gente muy poderosa detrás de ella, del poder político y económico, como el hijo de Miguel Martínez de Hoz. Se trata de un hombre muy bien posicionado aquí y en el extranjero, que financió su ONG y la ayudó a posicionarse en los medios con su discurso. Hay más personajes que la sostuvieron. Se trata de empresarios y políticos de derecha y del catolicismo conservador que la apoyaron y la apoyan con mucha presencia”, dice.

Según Delfino, Villarruel lora irrumpir en la escena pública e instalar su discursos durante el gobierno de Mauricio Macri, donde levanta su perfil con su defensa de los militares que actuaron durante los 70. “Con ello logró penetrar en la agenda pública, defendiendo a otras víctimas que no son los desaparecidos, sino los militares que murieron en el marco de aquella época”, asevera.

Reservada

“La Generala”, como título de su libro, grafica un ambiente de ex militares que rodea siempre a la compañera de fórmula de Milei, explica Delfino. “Trajo gente a su equipo, con cargos importantes, que son de ese ámbito. Uno de ellos maneja su seguridad personal, por ejemplo. Por eso es muy reservada sobre sus movimientos y su vida privada”, añade.

“Ella tiene el don de la palabra. Tiene una elocuencia demoledora y una capacidad de moler al enemigo con las palabras que es envidiable. Eso se apreció con nitidez durante el debate con candidatos a vicepresidente, cuando demolió a Agustín Rossi, un político con mucho rodaje y experiencia. El fuerte de ella son las formas, porque con buenas formas argumenta con violencia hacia sus contrincantes”, especifica Delfino.

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Otro rasgo clave para entender la coyuntura actual con el Presidente es que Villarruel muchas veces dice cosas que no están planificadas, pero que las piensa de esa forma. “Milei es todo lo contrario: todo lo que hace y dice está planificado, lo piense o no. Por eso chocan. Del lado de Milei están convencidos que es una traidora. Lo ven así. Y del lado de la vice, consideran que no hizo nada para que la llamen de esa manera. Por eso por primera vez en meses, Villarruel rompe con la estrategia de quedarse callada y comienza a responder y hablar en sus redes sociales sobre el Presidente. Es un punto de inflexión en la relación, porque evitó confrontar hasta ahora. Se bancó que le dijeran casta y que no la saludaran en el Tedeum del 25 de Mayo, pero eso llegó a un nivel de hartazgo tal en ella que decidió hablar por las redes”, relata Delfino. Por último, cuenta lo que su asesor (y ex consultor de Milei), Mario “Pato” Russo, le viene recomendando: que apueste al desgaste del Gobierno y surja como la alternativa de la derecha. “Esa era su estrategia. La vice escucha esas voces que le dicen que Milei no llega a 2027 y eso es lo que los libertarios no le perdonan”, concluye.

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