Fue miembro de la Corte Suprema de Justicia de Mendoza durante 26 años, es Doctora en Derecho de la Universidad de Mendoza, miembro de las Academias Nacionales de Derecho y Ciencia de Buenos Aires y Córdoba, la Academia Argentina de Ética en Medicina y la Asociación Argentina de Derecho Comparado, además de miembro honoraria de la Real Academia de Derecho y Legislación de Madrid. Si hay algo que no se le puede discutir a Aída Kemelmajer de Carlucci es su formación, y su involucramiento en todo lo que tenga que ver con derechos.
La Jurista disertó el viernes en Tucumán, en el marco del precongreso nacional del XVI Congreso Latinoamericano de la Niñez, Adolescencia y Familia, organizado por la Federación Argentina de la Magistratura y la Función Judicial y por la Asociación de la Magistratura y la Función Judicial de Tucumán que preside la camarista Marcela Ruiz, y habló sobre Justicia Restaurativa tema sobre el que, haya ya 20 años, escribió uno de sus más reconocidos libros. Este fue el diálogo que mantuvo con LA GACETA:
- ¿Qué es la Justicia Restaurativa?
- Bueno, esto nace ante la comprobación, y ya hace muchos años, de que la justicia formal no da una verdadera respuesta a los temas de los niños infractores a la ley penal. Esa respuesta que da la justicia formal, cuando digo justicia formal, hablo de los sistemas de justicia, y que por buenos que sean los jueces, no satisface a nadie. No satisface a la sociedad que cree que los niños entran y salen de los institutos, no satisface a la propia persona infractora de la ley que sigue siendo un infractor, no satisface a la víctima del delito, sobre todo cuando son normalmente delitos menores como pueden ser hurtos, etc. porque tampoco esa víctima recibe satisfacción. Entonces, a través de la justicia restaurativa, se intenta una tercera vía, se llama, que no responde a estos cánones tradicionales, de decir, cometiste un delito, hay una sanción. Y también, si no llegaste a los 16 años, te dejan libre ya que el Estado no se preocupa por vos. Es como decir ‘seguí haciendo lo que se te da la gana si no cumpliste los 16 años’. Aunque el chico no haya cumplido los 16 años, el Estado no se puede desentender de esta persona que llamamos inimputable, sino que justamente frente a estos chicos inimputables, con mayor razón, el Estado en general se tiene que hacer cargo. Entonces, los métodos restaurativos en general suponen ir por un camino que no es la justicia formal. Necesito en general un trabajo de toda la comunidad. Doy un ejemplo. Usted tiene un chico que en el supermercado encuentra a una señora como puedo ser yo, me saca la cartera y sale corriendo. Al chico lo vamos a detener, la cartera nunca más la vamos a encontrar, la víctima no tiene ninguna participación en el proceso y como decíamos recién, todos están furiosos Bien, entonces, ¿qué es lo que se busca a través de estos métodos alternativos? Bueno, vamos a trabajar con ese chico menor infractor de la ley penal,y vamos a ver cuál es su entorno familiar, cuál es su entorno social, etcétera, etcétera, y después ver para qué sirve este chico. O sea, la justicia restaurativa parte de la base de que no hay eso del ‘bueno para nada’. No hay chicos que sean buenos para nada. Siempre hay algo que ese chico puede hacer. Entonces tenemos que ver para qué sirve ese chico. A lo mejor pueda ser bueno en fútbol y le puede enseñar a los más chicos. Entonces ese chico empieza a restaurarse. Sabe que sirve para algo. Que está haciendo algo útil, que es reconocido por los demás. Hasta ahora, la novela que le estoy contando es muy buena. Pero, ¿cuál es el problema? cómo la sociedad está acostumbrada a otros métodos y es mucho más fácil decir ‘a este lo privo de la libertad si tiene más de 16 y si tiene menos de 16 también lo privo porque lo meto en un instituto’, tampoco va a aprender nada. Si hay padres que se enteran de que su hijo está siendo instruido por alguien que cometió un delito lo más probable es que saquen a su hijo del club, La sociedad es la primera que tiene que estar implicada en estos métodos de justicia restaurativa. Tiene que entender que no se puede seguir haciendo lo mismo, porque si seguimos haciendo lo mismo, el resultado va a ser el mismo. Esto ya lo decía Einstein. Hay que ser locos para creer que haciendo lo mismo vas a tener un resultado diferente. Nosotros no decimos que los métodos de la justicia restaurativa sean la panacea universal, sino que decimos que hay que intentar hacer algo diferente.
Baja de la edad de imputabilidad: si no damos este debate, seguiremos lamentando muertes evitables- ¿Cómo empieza este proceso?
Un chico menor infectado de la ley penal siempre es recuperable, por esto de que no hay nadie que sea bueno para nada, pero tenemos que ir caso por caso, tenemos que ir viendo cuál es la solución para este caso, no tenemos soluciones en abstracto y generales y por eso es tan difícil para la gente porque siempre es más fácil lo general, lo abstracto. Usted lee el código penal y dice que el que mata a otro tiene entre 8 y 25 años ¡ah, qué fácil! mató, tiene entre 8 y 25 años pero eso, ¿qué soluciona? No soluciona nada. El primer paso es tener la convicción porque si usted no tiene esta convicción, no sirve que haya un sistema formal del Derecho Penal para los niños infractores que no responden, que no sirven. Entonces si usted está convencido de eso, va a buscar alternativas. Ahora, si usted no está convencido de eso y le parece que todo está bien y que si está mal tampoco tiene ninguna solución, si usted está en el fundamentalismo de un péndulo que va de todo está bien a todo está mal, y, usted no va a ir a estas terceras vías de las que nosotros estamos hablando estamos en problemas. Y nosotros luchamos por estas terceras vías porque estamos convencidos de que el sistema no sirve. El que crea que el sistema sirve se tiene que preguntar, si mi hijo cometiese un delito, ¿creo que recibiría un trato justo? Seguramente se va a contestar que no. Y si contestan que no, tiene que empezar a trabajar para convencerse de que tiene que haber otro camino.
- ¿Están dadas las condiciones para avanzar en este camino?
- Uno debería decir que el Estado es el que tiene que movilizar esta estructura. Ahora al Estado hoy por hoy no lo veo con ganas de hacer este tipo de cosas. No sé si es el mejor momento como para pensar en la tercera vía. Mi libro sobre Justicia Restaurativa apareció hace exactamente 20 años, en el año 2004. El libro tuvo una sola finalidad que era informar sobre lo que era la Justicia Restaurativa. Afortunadamente en estos 20 años las cosas ya no son así. Los Congresos desde adentro de la Justicia, los Ministerios Públicos, los defensores hablan de esto. Hay un gran movimiento dentro del sistema judicial de luchar por la justicia restaurativa. Y incluso a nivel de legislación. Hoy hay conciencia de que esas terceras vías existen. Yo no creo en las reformas del Poder Judicial que vienen desde afuera. Para mí la reforma tiene que venir desde adentro. Los defensores, el Ministerio Público, esos son los que tienen que empujar. Y debo decirles que en estos últimos años los estoy viendo empujar. Que es un proceso muy lento. Y es un proceso muy lento porque requiere mucha ayuda de la sociedad, no solamente del Estado. Porque el Estado puede organizar, pero si la sociedad repulsa, es complicado. Todos los procesos de educación son lentos, pero tenemos esperanza que den resultados. Los procesos rápidos, como decir que con bajar la edad de imputabilidad, vamos a arreglar todo, es de una ignorancia supina.
- Ahora ya estamos al borde de que haya una baja en la edad, con un proyecto de ley promovido por el Ejecutivo…
- Lo primero que le tengo que confesar es que cuando yo era jueza de la Corte de la provincia de Mendoza, yo fui jueza desde el año 1984 al 2010, o sea 26 a en la Corte y durante esos a mire si quise poner justicia restaurativa desde adentro, pero mis esfuerzos fueron vanos en ese momento. La idea todavía no estaba mal. Ahora, mi esperanza, lo que no significa mi optimismo, es que veo un cambio de mentalidad dentro mismo de la justicia, Dentro de los defensores, del Ministerio Público, a lo mejor no tanto en los jueces, pero sí en la Defensa y en el Ministerio Público. Y algo muy importante. En los países donde los métodos de justicia restaurativa van adelante, tienen la Policía preparada. Porque ante la comisión de un delito, grave o no, la gente lo primero que hace es ir a la Policía. Entonces, esa primera puerta que vamos a tocar, ahí es donde la gente está preparada. Y ahí es donde nos falta un montón. Muchísimo.
Antes de junio tendría media sanción la baja de edad de imputabilidad- Pero insisto con esto, ¿estamos errados, en base a su experiencia, a creer que bajando la edad esto se va a solucionar?
- No, no. Mire, la baja de la edad de imputabilidad no soluciona el problema de los menores infractores. Es que la gente está confundida respecto de cuál es la incidencia social que tiene esos delitos. Esos delitos en la República Argentina y esos que las estadísticas no son absolutamente confiables, no alcanzan ningún índice importante.
- ¿Cree usted que todos los derechos que se consiguieron en los últimos años están hoy en peligro?
- Mire, yo entiendo que siempre, a lo largo de la historia, hay movimientos pendulares. Quizás lo que nosotros necesitamos es reencontrar un equilibrio. Y ese equilibrio de nuestras libertades tiene que ir acompañado también de equilibrios de tipo económico. entonces creo que estamos ante discursos en estos últimos años que han llevado el péndulo de un extremo al otro extremo y lo que tenemos que tratar de hacer es sostener el equilibrio nosotros. Nuestra lucha en este momento debe ser la búsqueda del equilibrio, de ese equilibrio perdido.