El Gobierno de Javier Milei se enfrenta a una encrucijada económica con la inminente suba de las retenciones a la soja, programada para el 1 de julio. Si bien el presidente reiteró su compromiso de elevar las alícuotas hasta el 33%, tal como estaba previsto, el sector agropecuario advirtió sobre consecuencias negativas para el ingreso de divisas, cruciales para sostener la economía y las reservas del Banco Central.
Durante los primeros cinco meses del año, el ingreso de agrodólares experimentó un notable crecimiento y alcanzó los U$S11.713 millones, un 29,5% más que en el mismo período de 2023, según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro Exportador de Cereales (CEC). Este incremento se atribuyó, en gran medida, a la baja temporal de retenciones implementada por el ministro de Economía, Luis Caputo, a principios de año.
La medida, combinada con un tipo de cambio relativamente estable y atractivas tasas de interés, incentivó al sector agroindustrial a adelantar ventas y participar en operaciones de "carry trade", contribuyendo a un flujo récord de divisas en el primer semestre.
Sin embargo, la perspectiva de un retorno a las retenciones elevadas generó incertidumbre. El sector exportador anticipó que la suba se trasladará a los precios que se pagan a los productores, lo que reducirá su rentabilidad y perderá interés la comercialización. Andrés Costamagna, directivo de la Sociedad Rural, advirtió que si la medida se implementa, la liquidación de divisas podría detenerse abruptamente: "Se van a quedar secos hasta noviembre", afirmó.
Podrían optar por retener la cosecha
Costamagna argumentó que los productores ya aprovecharon el período de bajas retenciones para generar un margen y que podrían optar por retener la cosecha a la espera de mejores condiciones. "Hoy hay más ventas de lo normal, el campo entra en el 'carry trade' por el plazo fijo, ya hizo el colchón para aguantar hasta noviembre", explicó.
Además, señaló que la diferencia en las cotizaciones futuras del Rofex (Mercado a Término de Rosario) anticipa una caída en los precios si no se renueva el decreto de baja temporal de retenciones.
El escenario plantea un dilema para el Gobierno. Por un lado, necesita desesperadamente los dólares para mantener la estabilidad cambiaria, controlar la inflación y llegar a las elecciones con una situación económica favorable. Por otro lado, el déficit fiscal persiste y la recaudación no muestra signos de recuperación, lo que obliga a buscar fuentes de ingresos adicionales.
La eliminación de la baja temporal de retenciones implicaría un ingreso adicional estimado en más de U$S700 millones, pero podría tener un costo político y económico significativo si provoca una fuerte caída en la liquidación de divisas.
Según datos del INDEC, la cuenta corriente de la balanza de pagos registró un déficit externo de U$S5.191 millones, lo que evidenció la creciente demanda de dólares y la necesidad de mantener un flujo constante de divisas.