La relación entre el gobernador Osvaldo Jaldo y su antecesor Juan Manzur penduló entre el statu quo y la confrontación prácticamente desde el inicio de la segunda gestión que compartieron (2019). Los puntos más álgidos fueron la interna; la Jefatura de Gabinete nacional y el interinato; las elecciones del año pasado y las primeras medidas de Jaldo. En estos últimos capítulos, la médula de las diferencias entre ambos es la relación con el Gobierno de Javier Milei.

El mandatario provincial se mantiene como un aliado de la Rosada en el interior y aporta los votos de sus bancas afines en el Congreso en proyectos clave. De hecho, retiró tres diputados del bloque peronista para conformar uno propio. El ex gobernador, en tanto, permanece en las filas opositoras de Unión por la Patria (UxP) y tiene una agenda disidente en relación al mileísmo.

El martes, el tranqueño había estado en el programa Panorama Tucumano y, en una entrevista con el periodista Federico van Mameren, había enviado un mensaje a su némesis. Al ser consultado sobre el vínculo, había reconocido que no hablaban hace tiempo. “Nos respetamos mucho. Él no me obstaculiza ni yo a él. Me hubiese gustado que esté más cerca del Gobierno. Hay que legislador por la provincia y hay que llegarse por la Casa de Gobierno a ver si los tucumanos necesitan algo”, lanzó Jaldo.

Los protagonistas no se comunicaban desde el 8 de enero, cuando fue el cumpleaños de Manzur. Hasta ahora. Jaldo y Manzur retomaron el diálogo el viernes y hay un atisbo de acercamiento. La excusa fue también un saludo de celebración. Manzur llamó por teléfono a Jaldo, que cumplió 66, y quedaron en reunirse. El recado público de Jaldo en Panorama parece haber sido recibido.

Los motivos

La comunicación esta vez fue directa, pero había habido algunos contactos antes mediante la otra senadora peronista por la provincia, Sandra Mendoza. Las oportunidades tuvieron que ver con la agenda de los referentes tucumanos en la Cámara Alta.

Jaldo recibió, mediante una emisaria, un pedido específico de la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, para que los senadores locales avalaran la designación del rabino Axel Wahnish como embajador en Israel. Sucede que había sectores de UxP y el radicalismo que tenían cierta resistencia, porque Wahnish es muy cercano a Milei. Villarruel recurrió a Jaldo y a su par Gerardo Zamora (Santiago del Estero), que contaban con cuatro votos definitorios. Jaldo habló con Mendoza, para que hiciera extensivo el pedido a su ex compañero de banca. Manzur, sin embargo, ya se encontraba ocupado en el asunto: es íntimo amigo del rabino y no sólo votó a favor sino que operó intensamente para que el resto de las bancas justicialistas hicieran lo mismo y saliera por unanimidad.

“Es una buena señal para lo que viene”, interpretaron en los pasillos de la Casa de Gobierno. Y lo que viene no es nada menos que el nuevo intento de tratamiento de la llamada Ley Ómnibus y del esperado paquete fiscal. A la gestión Jaldo le interesa particularmente este último, en el que está incluído el blanqueo de capitales; la modificación del Impuesto a las Ganancias y la moratoria de deudas impositivas, aduaneras, entre otros aspectos. Tanto el gobernador como el ministro de Economía, Daniel Abad, habrían mantenido reuniones en Buenos Aires por estos temas. Jaldo, de hecho, mantuvo un encuentro con el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem (LLA).

El mandatario quiere cumplir con la Rosada y, fundamentalmente, generar la llegada de dinero para Tucumán. En los despachos del poder analizan que, por el nivel de salarios, la modificación en el mínimo no imponible de Ganancias no tendrá un impacto significativo en la jurisdicción. Además, se sumaría que el resto de los puntos incrementarían los recursos coparticipables. Mientras que en la Ómnibus acotada, consideran, no habría artículos que perjudiquen directamente los intereses de la provincia.

Los temas fiscales tendrían cuanto menos asegurados los votos de los tres diputados jaldistas (Gladys Medina, Elia Fernández y Agustín Fernández) y de las senadoras Beatriz Ávila (PJS) y Mendoza. Jaldo y Manzur se sentarán pronto a hablar sobre esta cuestión, dicen en el Ejecutivo local. En el caso de la oposición provincial, podrían ir por el mismo camino Paula Omodeo (CREO), Gerardo Huesen (LLA) y los radicales Mariano Campero y Roberto Sánchez.

Jaldo no sólo conversa con los diputados y senadores del distrito, sino que también opera y acerca a otros gobernadores del Noa y Nea a la Nación. Conversa de manera fluída con mandatarios como Zamora, Gustavo Sáenz (Salta), Raúl Jalil (Catamarca), Carlos Sadir (Jujuy) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos).

Un gesto más. Al margen de las cuestiones parlamentarias, Manzur y Mendoza estuvieron con el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley. Jaldo pidió a ambos que lo inviten a Tucumán. La visita protocolar está siendo organizada para julio.

Incomodidad

La dirigencia del oficialismo provincial no termina de acomodarse a los vaivenes de la relación Jaldo-Manzur. Los legisladores del PJ que viajaron a La Rioja para el plenario del Norte Grande, por ejemplo, pasaron algunas situaciones incómodas. El anfitrión, el gobernador Ricardo Quintela, que recurrió a la Corte por los fondos nacionales, tuvo una postura crítica hacia Milei en el discurso de cierre. Los parlamentarios participaron de comisiones en las que se trataron decenas de iniciativas por los fondos públicos como contra el recorte a las Universidades, para que se reincorpore la modificación de impuestos internos al tabaco o por subsidios para el transporte. Los más cercanos a Manzur firmaron varias de ellas. Los jaldistas, en general, pasaron calor.

Caminos separados

Jaldo está muy concentrado en la gestión y trata de mantener una buena relación con la Nación para asegurarse algunos beneficios económicos. Repite que la dirigencia debe ponerse en el “cuero” de quien debe gobernar en este contexto económico y social. Se alista para recibir la primera tanda de vacunas contra el dengue para empleados públicos más expuestos (sería la primera semana de mayo) y en profundizar sus decisiones en materia de Seguridad. Considera que, por el momento, su decisión de estar cerca del mileísmo es la correcta. Manzur, en paralelo, sigue trabajando con la mirada puesta en la reconstrucción del PJ nacional. Sigue con una ronda de reuniones con referentes que se alejaron del partido para que vuelvan y espera poder presidir la comisión que quedará a la cabeza del movimiento. En agenda, tiene mitines pendientes con Juan Manuel Urtubey, Miguel Picheto y Eduardo Duhalde.

Jaldo y Manzur siguen caminos separados, pero el péndulo volvió a marcar una cercanía por ahora.