Los últimos incidentes ocurridos en Ranchillos y en Monteros reavivaron la discusión sobre el uso de armas no letales por parte de la Policía tucumana recobró impulso. Mientras que algunos sectores políticos plantean desde hace tiempo la necesidad de mejores equipamientos, desde la comandancia de las fuerzas de seguridad consideran que en nuestra provincia estos hechos son aislados y que la apuesta debe pasar por capacitar a los efectivos para disuadir y que la Justicia sea más dura con los violentos. 

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