Aunque tiene sólo 20 años, difícilmente Azul Medina tenga en lo que le resta de vida un octubre más perfecto que el de 2023. Ya en el primer día del mes se dio el lujo de ser parte de un logro histórico de las Yaguaretés: derrotar por primera vez a Brasil (la mayor potencia femenina del continente) y romper así dos décadas de dominio de las Yaras en el Sudamericano femenino. Y apenas una semana después, ya con la camiseta de Cardenales, fue una de las figuras en la obtención del título del Nacional de Clubes, el torneo que convocó a los mejores equipos femeninos del país en Tucumán.

Pero vamos por partes. Si bien ya pasaron cinco años desde el debut de Azul con las Yaguaretés (sin contar su etapa previa con las juveniles, en las que casi no llegó a tener competencia a causa de una lesión), confiesa que el sentimiento de revancha no fue tan intenso en ella como en otras jugadoras que llevaban más años de frustraciones contra el poderío de Brasil. "Igual, sí me había tocado estar en los últimos torneos y estar siempre ahí, a un try de ganarles. Y esta vez finalmente pasó. O mejor dicho: nosotras hicimos que pasara. Fue increíble", describe Medina, parte de un plantel que quedará en la historia y del que también formaron parte otras dos tucumanas: Andrea Moreno (Alberdi Rugby) y Candela Delgado (Monteros Voley).

AL ATAQUE. Azul fue titular en la final del Sudamericano contra Brasil, en Paraguay. Foto: Prensa UAR

En el torneo disputado en Paraguay, el seleccionado argentino dirigido por el salteño Nahuel García arrasó a sus rivales en el camino hacia la final, en la que derrotó 20-12 a Brasil con Azul entre las titulares. "Nos sentíamos muy sólidas como grupo, algo que ya desde la qualy que se jugó en Uruguay. Creo que eso fue la base de todo. Es un proceso nuevo, en el que se trabajó desde cero, haciendo mucho hincapié en la parte humana para recién pasar a la parte física y de rugby", explica. Por supuesto, como casi todo seleccionado argentino campeón, las Yaguaretés tenían "su" canción para combustionar el espíritu antes de salir a jugar: "Pa' la Selección", de La T y la M. "No sé si decir que era una cábala, pero era nuestra canción de vestuario. Las jugadoras, los entrenadores, todos los que la escuchábamos nos motivábamos cuando empezaba a sonar. Se te ponía la piel de gallina. Fue todo muy eufórico realmente", describe.

Por ahora, la agenda de las Yaguaretés entró en pausa hasta dentro de dos semanas, cuando comenzará la pretemporada orientada a los próximos objetivos: el Challenger Series, clasificatorio para entrar al Circuito Mundial, que se hará en tres etapas (enero, marzo y mayo); y el repechaje para los Juegos Olímpicos de París 2024, que tendrá lugar en junio.

Mejor, imposible

Después de 10 años, Cardenales volvió a ser organizar el Nacional de Clubes femenino, y al igual que en las dos ediciones anteriores en las que había sido anfitrión (2012 y 2013), se quedó con la Copa de Oro. Fue la quinta consagración en la historia para las "purpuradas", pero la primera para Azul, que tuvo además el dulce sabor de la revancha. "El del año pasado iba a ser mi primer Nacional de Mayores con 'Giuly' (Giuliana Agüero, capitana de Cardenales y también Yaguareté), con ellas siempre fuimos de la mano en todo, pero no pude jugar a causa de una lesión. Entonces esto era como una revancha para mí. Ni te digo cuando me enteré que se iba a jugar en Tucumán y en mi club. Ahí dije: es ahora, tenemos que hacer que pase", relata Azul.

FIGURA. Medina esquiva la marca en la final del Nacional contra Universitario de Córdoba. Foto: Inés Quinteros Orio.

Y pasó: al igual que las Yaguaretés en el Sudamericano, Cardenales superó claramente a todos sus rivales y en la final se reencontró con Universitario de Córdoba, con el que había perdido la final del año pasado en "La Docta". Sedientas de revancha, las "purpuradas" salieron a llevarse por delante al campeón y recuperar la corona que habían ganado por última vez en 2015. "Me siento una privilegiada por haber ganado mi primer Nacional en nuestro club, con nuestra gente. Además, tuve el gusto de haber llegado a jugar con varias de las chicas, en especial con Rita Cazorla, con la que teníamos una promesa de hacerlo. Y encima, teniendo revancha de la final del año pasado. Fue perfecto", concluye.

Para Medina, el empuje de la gente del club fue el diferencial. "El puente que nos hicieron antes de entrar a la cancha, las madres que estaban cocinando desde el jueves, los hermanitos que inflaban globos, los novios y las familias que apoyaban desde la tribuna...todo eso nos dio mucha seguridad. Y a eso sumale que "Anita" (Ana Andrada) fue mamá hace menos de tres meses y ella ya estaba jugando un Nacional. O sea, amamantaba a su bebé antes de los entrenamientos, o de los almuerzos o de los partidos", comparte un poco de la intimidad de la conquista.

Tiempos

La rutina de una jugadora de seleccionado no es fácil de llevar. A las prácticas y compromisos con el club se suman las de la Academia y los viajes a concentraciones nacionales y torneos con las Yaguaretés. Eso sin contar el trabajo personal en el gimnasio, por lo que Azul debe dedicarle muchas horas a la semana al rugby. Eso sin descuidar los estudios de Marketing, la carrera que eligió. Y aunque su padre, Rudy Medina (entrenador que llevó a las "purpuradas" a ganar sus primeros cuatro Nacionales), siempre se caracterizó por su exigencia, Azul asegura que nunca tuvo problemas por eso: "es que desde chica siempre fui muy responsable e independiente con mis cosas. En mi familia saben que de mis tiempos me encargo yo. Ese es mi territorio, mi templo".