Sarcopenia: qué es y cómo prevenir la afección que perjudica a los adultos mayores

Sarcopenia: qué es y cómo prevenir la afección que perjudica a los adultos mayores

Cómo diagnosticar y prevenir el deterioro de la masa muscular esquelética.

La alimentación y la ejercitación son esenciales para prevenir el debilitamiento de los huesos. La alimentación y la ejercitación son esenciales para prevenir el debilitamiento de los huesos.
24 Julio 2023

Durante la vejez se produce generlamente la pérdida de funciones corporales esenciales y de habilidades relacionadas a la motricidad fina. Entre estos cambios, la pérdida de masa muscular esquelética es de las más frecuentes. La condición llamada "sarcopenia" puede generar una desmejoría en la calidad de vida.

La Revista del Hospital Italiano define a la sarcopenia como una pérdida progresiva y gradual de la masa, la función y la fuerza del músculo esquelético que se presenta durante el proceso del envejecimiento.

La pérdida de la masa muscular esquelética contribuye a un mayor riesgo de discapacidad física, fragilidad, pérdida de la independencia,pobre calidad de vida, incremento de los costos para el cuidado de la salud y aumento de la tasa de mortalidad de las personas envejecidas, indica la institución.

Cómo se diagnostica la sarcopenia

La sarcopenia debe ser diagnosticada por un especialista. Es común entre las personas mayores y los pacientes oncológicos o con inmunodeficiencia. La determinación de masa muscular esquelética puede verse mediante resonancia magnética o absorciometría dual de energía de rayos X.

El European Working Group on Sarcopenia in Older People, propone considerar los siguientes criterios de evaluación para hacer diagnóstico de sarcopenia:

1) Masa muscular disminuida

2) Fuerza muscular disminuida

3) Capacidad física disminuida.

Cómo prevenir la sarcopenia

El Hospital Italiano, en su estudio sobre la sarcopenia, sugiere algunas formas de prevenir y tratar la afección.

Proteínas. Se recomienda una ingesta diaria de al menos 0.8 g/kg/día de proteínas, idealmente entre 1.2 y 1.5, repartidas en partes iguales a lo largo del día, puesto que se evidenció la relación entre esto y la mejor utilización del músculo de los aminoácidos de la ingesta en relación con la actividad física.

Vitamina D. Se recomienda, a su vez, el aporte de al menos 800 UI/d de vitamina D3 , lo que ha demostrado también aumentar el rendimiento celular en la síntesis proteica, además de las evidencias ya conocidas de aumentar la potencia muscular y la disminución que esto conlleva de caídas en los ancianos.

Ejercitación. Se sugieren programas de ejercicios que operen la resistencia. Se debe empezar con cargas al 40% de la máxima tolerada para cada grupo muscular. La frecuencia recomendada es de dos veces por semana y una de ejercicios aeróbicos para aumentar la extracción periférica de oxígeno. Entre serie y serie debe haber un descanso de dos minutos. La actividad física debe realizarse dos horas antes o después del consumo de proteínas.

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