La representación política sigue siendo un “territorio masculinizado”

La representación política sigue siendo un “territorio masculinizado”

Una investigación reveló que en la provincia la injerencia de las mujeres en puestos de poder y representación es del 46%.

CASA DE GOBIERNO DE TUCUMÁN / ARCHIVO LA GACETA CASA DE GOBIERNO DE TUCUMÁN / ARCHIVO LA GACETA

Desde hace años, las mujeres argentinas vienen impulsando notables movimientos para alcanzar cambios que les permitan vivir en un marco de mayor paridad que deje de lado las desigualdades de género. En el marco de este proceso, Argentina fue el primer país del mundo en otorgar por ley pisos de participación en la representación política de las mujeres en el sistema electoral. Así, por ejemplo, la Ley N° 24.012, sancionada en 1991, exige que las listas de candidaturas de representantes del Congreso incorporen un 30% de mujeres; porcentaje que se extendió al 50% en 2017, en el ámbito nacional. A pesar de los cambios conseguidos las diferencias persisten y las mujeres aún deben sortear diversos desafíos para lograr un acceso equitativo a las diversas esferas del poder político y económico.

El informe “¿Quién tiene el poder en las provincias argentinas? Un Índice de Género, Decisión y Representación”, elaborado por el centro de investigación y diseño de políticas públicas Fundar, reflejó la disparidad en materia de toma de decisiones y representación que aún persisten en el país y para representar esta realidad desarrolló el Índice de Género, Decisión y Representación (IGDR) que permite evaluar las posibilidades que tienen las mujeres de integrar las élites políticas, judiciales y económicas en cada provincia del país. A partir de estas variables, Tucumán se ubica como una de las provincias con menor representación femenina en lugares de poder, en todo el país y a nivel regional.

Territorio masculinizado

El trabajo de Fundar detalló que en esta jurisdicción el porcentaje de representación se ubica en el 46% y solo supera dentro de la región a La Rioja (44%). Para llegar a este porcentaje, el documento remarca que en lo concerniente al acceso a puestos de poder y participación política, la injerencia de mujeres en el Poder Ejecutivo local solo llega al 16%. En el Poder Judicial, la representación es mayor (46%) y esta condición le alcanza a la provincia para ponerse un punto (85%) por encima del promedio nacional (84%). A diferencia de lo observado en el ámbito estatal, la influencia de las mujeres es mayor en los puestos de liderazgo en el sector privado. En este rango, la participación es del 34% y a nivel global, el porcentaje provincial es igual al nacional (52%).

Como parte del trabajo, los profesionales destacaron un mejor desempeño en materia política y sostuvieron que aunque solo tres mujeres encabezan gestiones municipales, sobre un total de 19 localidades, el desempeño en el indicador de Ejecutivo Local ubica a la provincia en el sexto puesto a nivel nacional y el segundo en la Región Noroeste. En relación a los “saldos pendientes”, el informe indicó que Tucumán es una de las dos provincias que aún mantiene una ley de Cupo femenino del 30% y esto tiene un correlato directo con la presencia de mujeres en órganos legislativos donde su presencia no supera el 30%.

Sistema tramposo

La legisladora provincial Nadima Pecci afirmó que el principal obstáculo que hoy experimenta cualquier persona que quiera participar de la política tucumana “es el sistema electoral tramposo que existe”. La dirigente sostuvo que este “mecanismo” ha sido diseñado “para que accedan siempre los mismos” lo cual distorsiona la representación y destruye a los partidos políticos. “Este sistema en donde las elecciones implican un gran costo económico, donde el clientelismo es un factor constante, donde los partidos se presentan de a cientos para apoyar a un mismo candidato, donde reina la confusión, es muy difícil que quien no compite con esas reglas llegue, se trate de un hombre o una mujer. Nuestro país fue el primero en tener leyes de “cupo femenino” (que por cierto fueron votadas por hombres) y no existe impedimento legal para qué las mujeres participen. Tal vez deberíamos salir de esta dicotomía hombre/mujer y entender que quienes accedan no pueden representar solo los intereses de su género, sino de toda la comunidad y trabajar para que haya igualdad ante la ley, no privilegios, justicia independiente y división de poderes”.

En esta misma línea, la dirigente de Juntos por el Cambio remarcó que la participación femenina y el acceso a los cargos depende del sistema electoral y de los estímulos para que las mujeres se involucren. “Basta ver la participación mayoritariamente femenina en la justicia para entender que tal vez lo que falla son los incentivos y sobre todo el gran desgaste y descreimiento de la política”, dijo. Y agregó: “Hay que entender que para que haya verdaderamente democracia debe haber instituciones que funcionen, y para ello, quienes accedan a los cargos públicos deben ser los más idóneos, tanto en su formación profesional como en lo moral, y eso va más allá de ser hombre o mujer”.

Complejidades

Consultada por este escenario, Alejandra Arreguez, dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), detalló las múltiples dificultades que deben sortear las mujeres para insertarse en distintos ámbitos. “Desde salarios más bajos, mayor desocupación y precarización, la carga de las tareas domésticas, hasta el hecho de estar expuestas a situaciones de abusos y acoso, que dentro del poder político tienen acusados como el legislador Ricardo Bussi, que es encubierto desde la Corte por orden de Osvaldo Jaldo y Juan Manzur hasta funcionarios como José Orellana que está condenado por abusos y al otro día se anuncia como candidato. Ni hablar de las consecuencias que a los hijos y amigos del poder se los rodea de impunidad, como se vio en el caso Lebbos, Tacacho o ahora mismo con la denuncia que pesa sobre el hijo del empresario Trápani. Eso es también una forma de enviar un mensaje que busca cerrar las puertas a las mujeres. Por todo esto, en Tucumán hemos llegado al punto de tener que impulsar la iniciativa para que los abusadores no sean parte de las listas”, dijo Arreguez. Y sostuvo que frente a esto “es hora que las voces de las mujeres lleguen a la Legislatura". En relación a esto consideró que urge mejorar las condiciones de acceso a cargos electivos ampliando la participación femenina, pero también la presencia de los reclamos y derechos en la agenda política. “Hoy, la mayoría de los acoples, tanto del Frente de Todos (FdT) como de Juntos por el Cambio (JxC) están encabezados por hombres y planean ir nuevamente a una composición como la actual donde menos del 20% de los legisladores son mujeres. Además de la representación minoritaria, hay una nula presencia de nuestras demandas. Se trata de un recinto ensañado con las mujeres, que avaló, por ejemplo, la tortura de una niña obligándola a parir”, denunció.

Pendientes

En la Legislatura se acumulan los proyectos que promueven la puesta en vigencia de la Ley de Paridad de Género en Tucumán. Este mecanismo ya rige a nivel nacional, y ciertamente sus efectos fortalecieron la representación femenina en el ámbito del Congreso: el 56,6% de los diputados y senadores son hombres, y el 43,4%, mujeres. Esta normativa fue sancionada en 2017, y determina que, como requisito para la oficialización de listas, es obligatorio ubicar de manera intercalada mujeres y varones "desde el/la primer/a candidato/a hasta el/la último/a candidato/a suplente". Sin embargo, Tucumán y Tierra del Fuego todavía no están adheridas.

En la provincia, la actual composición del Poder Legislativo cuenta con nueve legisladoras de un total de 49 bancas. Es decir que, si bien en los comicios de 2019 había más electoras habilitadas (625.452) que electores (600.666), sólo el 18,3% de las bancas son ocupadas por mujeres; mientras que el 81,7% corresponden a hombres.

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