Discusiones pendientes sobre el sistema político

La dirigencia se alista para los comicios. A 42 días de las elecciones provinciales, el oficialismo y la oposición lidian con sus propios demonios. En las huestes peronistas, las internas territoriales abundan, sobre todo en la Capital, y minan la confianza entre los distintos sectores. Las versiones sobre supuestas alianzas y posibles traiciones están a la orden del día. También hay inquietud en relación a dos planteos judiciales que se nacionalizaron por presentaciones del alfarismo y que aún no tienen resolución: la fecha de las elecciones y la postulación del gobernador Juan Manzur a la vicegobernación. El mejor escenario para la Casa de Gobierno, admiten en los pasillos, sería que los planteos no prosperen. En los peores, podría haber definiciones y esto, derivar en que eventualmente se retrasen los comicios y/o en que Manzur se quedara fuera de la fórmula que encabeza Osvaldo Jaldo. En el primero de los casos, el acto electoral quedaría más cerca del proceso presidencial y sostienen que tendrían que rezar para que en ese entonces la mochila del Gobierno de Alberto Fernández esté un poco menos pesada y no afecte la performance del peronismo local. Los últimos viajes del ex Jefe de Gabinete a Buenos Aires, además, alimentaron suspicacias. En el segundo, se debería buscar un reemplazo de emergencia para el “jefe de campaña”.

Entre los disidentes, en las filas de Juntos por el Cambios (JxC), el comienzo tardío de la campaña condiciona y limita las tareas proselitistas. Parte de los acoples, de hecho, aún no están definidos. La disociación -pese al acuerdo- entre los miembros de la dupla Roberto Sánchez-Germán Alfaro se vive con resignación en el armado.

Mientras, los frentes y partidos minoritarios así como los acoples más pequeños de todos los colores tratan de completar listas, de conseguir fiscales y de alcanzar los recursos mínimos para encarar lo que queda.

Por debajo de esta superficie coyuntural descrita corren discusiones más profundas sobre el sistema político y de representación. Oficialistas y opositores coinciden en un punto: el sistema de normas es perfectible. En la Legislatura resonaron los temas que generan controversia. Durante esta gestión, se abordaron o se presentaron una treintena de iniciativas relativas al sistema electoral y de representación. Si bien la mayor parte provino de la oposición, hay una porción que se originó en bancas afines al Gobierno.

Algunas de ellas no llegaron a formalizarse porque no contaban con el apoyo suficiente. Las iniciativas implicaron desde la paridad; el voto electrónico y la boleta única; límites para prácticas clientelares y la regulación para el personal de la Junta Electoral hasta la subdivisión de las secciones electorales; la creación de la figura de subdelegado comunal y la rejerarquización de algunos municipios y hasta la elección de parlamentarios por departamentos.

Cuatro de los pendientes

1-Acoples: el sistema de colectoras sin dudas es el más criticado por las oposiciones, pero el más efectivo para los oficialismos. Los sectores mayoritarios los emplean y por ello el número de candidatos prolifera y suele rondar los 20.000, teniendo en cuenta los últimos procesos provinciales.

Esta versión aggiornada de los sublemas fue incluída en la Constitución de 2006 y por ello hay límites para cambiarla.

Los acoples no son más que acuerdos entre partidos que permiten que varias listas de candidatos a concejales, legisladores y delegados apoyen a los mismos candidatos para la gobernación y la vicegobernación y las intendencias, dependiendo de los casos. Es por eso que, por ejemplo, el nombre de Jaldo estará en la Capital en al menos 20 boletas de partidos distintos que llevarán listas alternativas para la Legislatura.

Antes de los comicios de 2019, se habían planteado en la Cámara alternativas para limitar el número de colectoras por frente y para implementar Primarias provinciales. Ninguno avanzó ¿Hay posibilidades de que cambie el sistema? En el Ejecutivo aseguran que no habrá cambios de tono electoral durante lo que resta de esta gestión y que es muy poco probable que suceda durante una próxima conformación si es que el PJ conserva la mayoría de bancas como se prevé. El motivo es sencillo y obvio: el sistema es una ventaja para que el oficialismo siga en el poder sin sobresaltos.

2-La elección de los legisladores: la representación de los parlamentarios en relación al territorio estuvo en el centro de la polémica interna recientemente. El año pasado, hubo un proyecto del entonces vicegobernador Sergio Mansilla que circuló por distintas comisiones pero que no llegó a presentarse porque le bajaron el pulgar desde la Casa de Gobierno a último momento. Preveía la departamentalización de la selección de parlamentarios con el objetivo de que haya representantes de todos los departamentos de la provincia. La idea era modificar el Este y el Oeste, no así la Capital. La Constitución establece la división de las tres secciones y que por Capital se seleccionarán 19 legisladores, por el Este 12 y por el Oeste, 18.

También hubo un proyecto en sintonía que lleva las firmas de Enrique Orellana y Jorge Delgadino, que preveía la subdivisión de las secciones.

Los impulsores de ambas detallaron en distintas ocasiones que, con el modo vigente, se dan fenómenos como que en ocasiones hay departamentos sin representantes o bien o que por la amplitud de las secciones electorales los legisladores del Oeste, por ejemplo, abarcan la representación de vecinos de Tafí del Valle y de Las Talitas, con realidades y problemáticas muy distintas.

En las cercanías del despacho del legislador Mansilla comentan que cuenta con mediciones que darían cuenta de que el 80% de los ciudadanos encuestados del interior querrían legisladores más cercanos. La resistencia provino de bancas oficialistas y de algunas opositoras. Los oficialistas que no están de acuerdo consideran que departamentalizar dará más poder a los intendentes, porque cuentan que tienen más recursos que, por ejemplo, los legisladores y sería más complicado que otros dirigentes puedan accionar en sus áreas de influencia. Añadieron que si esa posibilidad se abriría, deberían ponerse sobre la mesa también otras discusiones que no serían del agrado de los jefes municipales como aumentar el número de bancas o municipalizar grandes comunas y recategorizar municipios. Crear más municipios generaría que los ya establecidos deberían ceder recursos porque la masa coparticipable sería la misma para dividirse entre más. Los opositores que no acuerdan con la iniciativa argumentan fundamentalmente la desconfianza. Consideran que cualquier proyecto de este tipo del PJ tendría algún trasfondo para perjudicarlos. Un condimento que también les jugaría en contra, añaden, es que sería más difícil cubrir el territorio porque no siempre cuentan con referentes territoriales fuertes en todos los departamentos.

¿Los cambios tienen chances de avanzar? Los más optimistas afirman que sólo faltó un poco de tiempo para conseguir apoyos y que habría quedado abierta la puerta para los próximos años. Es probable que la discusión vuelva a darse el año próximo, cuando se alejen los tiempos electorales.

3-La rejerarquización de municipios y la municipalización de comunas: en todos los sectores reconocen que la situación tiene necesariamente que actualizarse. En la Cámara son conscientes de que hay comunas que cuentan con más habitantes que algunas municipalidades. Mientras, hay municipios que merecen ascender de categoría y recibir más recursos y otros que tienen que descender ¿Se hará? Las iniciativas tienen pocas oportunidades de progresar. Sucede que, tal como se mencionó antes, nadie querrá ceder recursos para que otro lo reciba. Si sucede, no será pronto y sería trabajoso. No podría avanzar sin muchas negociaciones y consenso.

4-La paridad de género: desde 2017 en el ámbito nacional rige la paridad, que prevé que las listas para el Congreso se conformen 50% y 50%, con hombres y mujeres intercalados. En Tucumán, la norma vigente es la del cupo femenino, que garantiza un piso del 30% de candidatas por lista. Hay varias iniciativas de distintos signos políticos que tienen estado parlamentario. Actualmente, de las 49 bancas legislativas, sólo nueve están ocupadas por dirigentas. En términos generales, las perspectivas no son mejores para la próxima conformación porque son pocas las que encabezan listas para el Legislativo. Si bien depende de qué número de postulantes ingresen por cada nómina y de algunos corrimientos que pueda haber por licencias en el futuro, no habría cambios sustanciales. Entre las mujeres que lideran armados están Carolina Vargas Aignasse (PJ), Silvia Elías (UCR), Sara Assan (PJ), Josefina Bussi (FR), Alejandra Arreguez (FIT) por la Capital; Stella Maris Córdoba y Mabel Carrizo por el Oeste, ambas del oficialismo y Gabriela Gramajo (FIT) por el Este, entre otras. En proporción a la cantidad de acoples siguen siendo pocas.

¿Puede actualizarse el sistema? No estaría en los planes por el momento.

Los asuntos pendientes son muchos y las políticas son perfectibles. Las posibilidades de cambios, sin embargo, son pocas debido a diversos factores. Uno de los condicionantes a la hora de abrir la puerta a algunas iniciativas, admiten, es que hay ítems que están incluídos en la Constitución y esto implicaría que para introducir modificaciones habría que reformarla o bien, diseñar proyectos enrevesados para sortear los muros constitucionales. Además, en la Casa de Gobierno consideran que si se habilitan las conversaciones por algún tema que figura en la Carta Magna, implicaría abrir la puerta de tratar todos los que son urticantes o que fueron volteados por la Justicia. Ningún Gobierno quiere esa complicación, salvo que le sea útil para algún fin. Hay otro escollo que está al tope y es la mayoría abrumadora del oficialismo. Es casi imposible que se motoricen cambios a un sistema que es beneficioso para la fuerza predominante y que le facilita la permanencia en el poder. Todas las trabas, a su vez, están hilvanadas por la voluntad política, es decir, la voluntad del oficialismo.

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