“El cierre de la Sociedad Francesa es de forma transitoria”

“El cierre de la Sociedad Francesa es de forma transitoria”

El presidente de la entidad, Gerardo Isas, reconoce que se debe sanear su título de propiedad y adecuar el lugar para conseguir la habilitación municipal y volver a recibir actividad artística.

“El cierre de la Sociedad Francesa es de forma transitoria”

Un anuncio generó alarma en la comunidad artística y cultural de la provincia. En el acceso de la Sociedad Francesa (San Juan 751), por donde hasta fines de 2022 pasado pasaron recitales de música, teatro, danza y cine, había un banner donde se precisaba que a partir del primer día de este año el espacio “cierra sus puertas tras 127 años de actividad”.

“Es así, pero de forma transitoria”, aclara a LA GACETA el responsable del lugar y gestor artístico, Gerardo Isas, quien destacó la importancia de “visibilizar la situación de la cultura independiente y marginal de esta ciudad, lo que sería un logro más allá de esta situación coyuntural”.

Así, el arquitecto plantea la necesidad de un replanteo integral de las disposiciones edilicias sobre los lugares afectados al desarrollo artístico en la capital. En su concepto, “el actual marco normativo establecido es restrictivo de las libertades del ser humano”. Y para abundar, compara el diseño urbanístico legal de dos ciudades de similar superficie: San Miguel de Tucumán y París (ver aparte).

- ¿Por qué cierra la Sociedad Francesa (SF)?

- San Miguel de Tucumán, como tantas ciudades, tiene un sistema de habilitación de espacios. Si alguien es un trabajador autónomo, un emprendedor, un profesional, habilitar un espacio no es una opción, es una obligación. La SF Francesa decide emprender la habilitación como la Casa de Francia para funcionar como espacio cultural, y para eso ingresa la solicitud pertinente en el municipio el 17 de enero de 2018. A partir de ese momento se realizan enormes esfuerzos para adecuar los 1.000 m2 a los lineamientos estipulados por las ordenanzas. Aspectos dominiales, adecuación a disposiciones en materia de seguridad, estudio de usos permitidos según el distrito (Código Planeamiento Urbano, CPU 98), ordenanzas especiales, presentación de planos... son solo algunos de los aspectos que moderan las habilitaciones.

- ¿Cuál es el problema que enfrentan en términos de habilitación?

- Existe alguna imperfección en el título de propiedad, pero hay un mecanismo disponible para subsanar esa instancia. Pretender gestionar un espacio sin ese instrumento habilitante es ilegal, temerario y marginal para una institución como la nuestra. Por las normas, partimos de la base de la deshabilitación colectiva para llegar a la habilitación puntual otorgada o no por el municipio.

- Circularon versiones de que se iba a derrumbar el edificio para hacer una playa de estacionamiento o una torre de departamentos, ¿son ciertas?

- Son falsas. Creer eso es no conocer lo que decimos, ni lo que hacemos.

- ¿Qué implica estar bajo el paraguas de la Ley de Patrimonio Histórico, los limita o los ayuda?

- La ley es un instrumento neutro. Es un primer intento, de 2004, para visibilizar un tema largamente postergado por los tucumanos. Para muestra, observar la situación de la Comisaría Segunda, una obra de arte en una ciudad que vende historia.

- ¿La Municipalidad o la Provincia podrían salvar esta situación? ¿Son responsables de este cierre o hay conflicto con esas gestiones?

- Cuando me encuentro con la palabra responsable, la relaciono con la palabra culpa, por lo que pido separar ambos conceptos. Tanto municipio como Provincia están abocados a resolver esta instancia, dentro del marco regulatorio vigente. No hay conflicto en ese ámbito, lo que no significa que, en lo personal, no sea un crítico de las legislaciones vigente.

- ¿Corre peligro la institución como tal?

- La SF es una persona jurídica, una mutual fundada en 1879 y desde entonces ejerce un modelo democrático de gobierno. Tiene constituido su Consejo Directivo (Isas lo preside) y planes educativos y culturales en marcha, que incluso superan la gestión de la sede que los constructores llamaron Casa de Francia. El proyecto Sociedad Francesa es de una enorme vitalidad, tanto por su fuerza creadora como por el lugar que ocupa en la sociedad.

ANUNCIO OFICIAL. Un banner en el acceso a la Sociedad Francesa anticipa que sus puertas estarán cerradas. ANUNCIO OFICIAL. Un banner en el acceso a la Sociedad Francesa anticipa que sus puertas estarán cerradas.

- Esa informalidad no les impidió hacer espectáculos el año pasado, ¿por qué ahora cambian de criterio y deciden cerrar?

- La Sociedad Francesa se gestionó desde 2008 hasta 2020 con actividades de baja intensidad y permisos provisorios, que es un dispositivo que permite, cumpliendo con todas las medidas de seguridad requeridas, habilitar el espacio por 24 horas. La pospandemia cambió todo y las solicitudes para actividades culturales, en especial de arte escénico, crecieron el 430%, medido en horas. El volumen de solicitudes de espacio y las expectativas de los usuarios nos llevaron a tomar esta medida que consideramos extrema, pero necesaria para una gestión responsable del espacio.

- ¿Qué va a pasar con las actividades que se venían desarrollando en la SF?

- Hemos cumplido con toda la agenda 2022 y aspiramos a admitir en agenda los 12 pedidos de sala para este año, y que incluye la reedición de obras como “Jardín florido” (de Carlos Correa, ganadora de la última Fiesta Provincial de Teatro, que se montó en el sótano) y “Bodas de sangre” (el clásico de Federico García Lorca en la versión de María José Stefani y Marcos Acevedo, puesta en la sala central), adaptadas para el particular espacio escénico de la Casa, en cuanto el contexto sea propicio.

- ¿Cómo evalúas la historia de la SF a lo largo del tiempo?

- En 1876, bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda, Tucumán despliega el proyecto de lo que quería ser: un componente de la economía global. La Sociedad Francesa es un vestigio de ese impulso. La misión que se autoimpone, en su Estatuto de 1893 (el espacio como tal se inauguró el 14 de julio de 1895), habla de solidaridad, hermandad y producción cultural. Los logros que nos propusimos los tucumanos como sociedad en aquel entonces aún no se han cumplido. La SF es parte de ese devenir y, como la tucumanidad, tiene aún mucho para transformar.

“Una reliquia”

La Ordenanza 2648/98, reformulada en 2002, es el Código de Planeamiento Urbano, y sus disposiciones abordan la construcción y las actividades humanas que pueden desarrollarse en San Miguel de Tucumán, por lo que rige la relación entre el crecimiento del municipio y de sus habitantes. El presidente de la Sociedad Francesa, Gerardo Isas, critica su contenido a partir de una comparación con París, en tanto ambas ciudades tienen una superficie similar, de unos 100 km2.

“La capital francesa tiene, desde mediados del XIX, un ordenamiento que crea la figura del Distrito como unidad administrativa. Cada uno recepta, claramente, una lectura sobre las características, funciones, cultura e historia que los caracteriza y que lo diferencia del resto; son 20 distritos, con cuatro barrios en su interior, los que conforman los 80 barrios parisinos. En San Miguel de Tucumán rige un catálogo de restricciones para la edificación y los usos posibles de sus habitantes con una hiperfragmentación espacial que desdibuja, desde su origen, el concepto de barrio, al que se le niega entidad. Tenemos 22 distritos y si se caminan unas seis cuadras, se pueden atravesar unos tres o cuatro; la fracción de una avenida puede ser un distrito o los frentes de una plaza”, describe.

“No tienen nombre que aludan a su geografía ni a su historia, sino a una clara determinación de funciones. Por ejemplo, el Distrito 1 son los barrios Norte y Sur, pero están tratados como áreas con ciertas cualidades, la de residencial exclusivo, que se contrapone con el residencial mixto, para el resto de la ciudad”, agrega.

Isas precisa que los arquitectos trabajan sobre dos planillas para determinar sus proyectos: la de Edificación, que regula construcciones y la de Usos, que fija actividades posibles en cada lugar. “El Área Central es de unos ocho km2 en una ciudad de unos 95 km2, y corresponde a lo que conocemos como las Cuatro Avenidas, que se planifica a fines del XIX y que reúne lo residencial y lo comercial; ahí se quintuplica la capacidad de construcción sobre el resto de la ciudad. 

Además, está el Uso, que es un simple Excel con los 22 Distritos y 522 actividades humanas: educativas, comerciales, industriales, artísticas, culturales, de servicios, profesionales, religiosas... Hablamos de 11.000 casilleros, que dicen sí o no a cada emprendimiento que se pudo imaginar y tabular en su última actualización, que es de 2013. Esto incide en el precio, porque a mayor posibilidad de utilización del lote, mayor es su valor. Al revisarla, me cuesta hallar el servicio de internet, pero si encuentro venta de discos y cassettes, objetos difíciles de encontrar, aún en tiendas vintage. Es una reliquia”, concluyó.

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