Por el sedentarismo, los chicos tienen dificultad hasta para caminar

Por el sedentarismo, los chicos tienen dificultad hasta para caminar

Argentina está entre los países menos activos a nivel general. La mitad de los niños pasa más de dos horas frente a pantallas.

No pueden caminar más de tres cuadras sin cansarse. Les cuesta hacer gimnasia. En sus cuerpitos, cuando llegan al jardín o empiezan la primaria, ya se nota la falta de actividad física: tienen pantorrillas poco desarrolladas, baja tonicidad muscular, dificultades para desplazarse, falta de destreza y agilidad y poca prensión en las manos, según describen docentes.

Esos detalles les dan la pauta de cómo son las rutinas de los chicos, especialmente después de la pandemia. Pasan muchas más horas bajo techo, sentados, frente a las pantallas. No están acostumbrados a caerse, a sostenerse, a trepar, a correr.

¿Cuál es una de las grandes deudas con la infancia? El movimiento. Esto ha quedado en claro en un reciente informe internacional. Argentina se ubica entre los países con más niños y adolescentes inactivos, según el Reporte Matriz Global 4.0 de Active Healthy Kids Global Alliance (AHKGA). El estudio evaluó a 57 países de seis continentes para determinar los niveles y tendencias globales en la actividad física en los menores.

Los estilos de vida modernos, aumentos en el tiempo de pantalla digital y la creciente urbanización están contribuyendo a un problema de salud pública generalizado, advierten.

El reporte evaluó 10 indicadores: actividad física, deporte organizado, juego activo, transporte activo, conducta sedentaria, capacidad física, familia y pares, escuela, comunidad y medio ambiente, y políticas. El país tuvo malos resultados en sedentarismo, obesidad y actividad física en general.

Según este trabajo, solo el 38,8% de los adolescentes de entre 13 y 17 años realiza actividad física de moderada a vigorosa al menos 4 días a la semana, 60 minutos cada día. Solo el 16,5% cumple la recomendación de hacer actividad una hora por día.

El reporte también remarca como un dato malo el hecho de que más del 40% de la población de 5 a 17 años tiene sobrepeso u obesidad. Otro punto en el que sacó baja nota es por la cantidad de horas que los chicos pasan frente a las pantallas: el 38% dedica dos horas o más a los dispositivos electrónicos.

Otra calificación insuficiente se relaciona con los deportes: solo 4 de cada 10 chicos y adolescentes realiza actividades físicas extracurriculares.

En el recreo

El recreo escolar es un importante termómetro para ver cómo están los chicos, advierte la seño Julieta Ramírez, maestra de primaria. “Vemos niños con dificultad para caminar y desplazarse, baja tonicidad muscular, con importantes índices de sobrepeso, y alimentación desbalanceada. Son chicos a los que incluso les cuesta muchísimo agarrar un lápiz”, señala. Desde los ocho o nueve años, según dijo, ya llevan el celular y lo usan en el recreo. Eso a muchos niños ya les atrae más que patear una pelota, lamenta.

Adolfo Steimberg, profesor de educación física, señala que lo ideal es que los niños y adolescentes practiquen por lo menos una hora diaria de actividad física de acualquier tipo. “Nuestro gran problema es que venimos de dos años complicados, como fueron el 2020 y el 2021, donde muchos niños hicieron pocas actividades. Entonces, hoy tenemos un rango de chicos que no saben correr ni trotar. Eso será un inconveniente importante a futuro, y que ya se está viendo en las escuelas donde de hecho es poca la carga horaria de actividad física”, apuntó.

Según el experto, los padres no deberían solamente pensar o conformarse con las horas de educación física que los niños y adolescentes tienen en las escuelas o colegios. “Deben proponerles otras opciones porque eso es insuficiente. Hay muchas alternativas. Es necesario que ellos busquen algo que les guste hacer y lo realicen todos los días si es posible”, aconsejó.

La importancia de desarrollar masa muscular desde la infancia es que los chicos van a tener tonicidad, huesos más firmes y un cuerpo mejor adaptado y preparado para practicar cualquier deporte, señala Steimberg.

“Contar con masa muscular es fundamental para la vida cotidiana”, insistió. Y remarcó que no es necesario ir a un gimnasio para lograr ese objetivo; basta con trotar, saltar la piola o hacer ejercicios de destreza. “Igualmente, si quieren ir a un gimnasio pueden hacerlo, controlados por un profesional. No importa la edad; hay que desmitificar que los chicos no pueden hacer aparatos. Sí pueden hacerlo, solo que bajo supervisión de un especialista”, indicó.

De acuerdo a su experiencia, hay situaciones puntuales en las que se nota que los chicos están débiles: no quieren saltar ni correr; les cuesta cualquier ejercicio simple de educación física. “La pandemia dejó muchas secuelas. Hoy no estamos viendo la dimensión que tendrá esto en el futuro porque la falta de actividad física incluso puede favorecer a que los chicos (y también los adultos) estén más deprimidos”, señaló.

El estudio

El Reporte Matriz Global 4.0 fue realizado por más de 600 expertos a nivel mundial. Incluyó a 57 países. En nuestro país, la investigación fue liderada por Pablo Lobo y Gabriela De Roia. En contacto con LA GACETA, Lobo señaló que uno de los grandes problemas de Argentina es que no cuenta con estudios suficientes que permitan monitorear y evaluar de forma más minuciosa cuán activos o inactivos son los chicos.

Según explicó, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños, niñas y adolescentes realicen actividades físicas en forma de juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas o educación física, todos los días al menos durante unos 60 minutos. Sin embargo, el 80% de los chicos, en especial los adolescentes, son insuficientemente activos físicamente, detalló Lobo, que es integrante del laboratorio de Estudios en Actividad Física, Universidad de Flores. Un dato que a él le llamó la atención es que aproximadamente la mitad de los chicos argentinos supera las tres horas diarias de tiempo de pantallas.

“Tenemos chicos con menos fuerza, con menos capacidad cardiorespiratoria. Es lo que se dice, pero no hay un estudio serio que demuestre esto. Lo que si sabemos es que el comportamiento sedentario es un factor de riesgo que puede incrementar l a prevalencia de enfermedades no transmisibles a más temprana edad”, opinó.

Según su experiencia, lo que cambió es el uso del tiempo libre y eso impactó en la falta de movimiento. Por cambios culturales y por cuestiones de seguridad hoy ya no se usa ese tiempo libre para actividad física. Es una problemática grande, que no se resuelve solo en casa con acciones aisladas. Hay diferentes formas de revertir esto. Por ejemplo, generando más oportunidades para que el tiempo libre se destine a la actividad física. También se puede sumar movimiento en los desplazamientos”, señaló.

A diferencia de los adultos (se recomiendan 150 minutos semanales de gimnasia) a los chicos se les aconseja 60 miniutos por día. ¿Por qué es tan importante el movimiento en ellos? “Están en una etapa de desarrillo de su organismo que requiere mucho movimiento y resistencia para desarrollar músculos y densidad ósea. Lo que se forma en la niñez y en la adolescencia los marcará para el resto de sus vidas”, concluyó.

El reporte Matriz Global 4.0 ha establecido estos desafíos:

● Aumentar las oportunidades de actividad física en la escuela (recreos activos, programas extracurriculares, pausas activas, transporte activo), aumentar la cantidad de educación física por semana y convertir la educación física en una materia obligatoria para todos los niveles escolares.

● Facilitar el libre acceso a los espacios públicos, áreas verdes, parques infantiles, instalaciones deportivas e infraestructura para el transporte activo, teniendo como prioridad el tema de la seguridad del medio ambiente.

● Desarrollar políticas de actividad física que brinden oportunidades de programas deportivos más equitativos, accesibles, inclusivos, flexibles y atractivos, dirigidos específicamente a niñas, niños y adolescentes con discapacidad, de familias de bajos ingresos y/o en situación de segregación o marginación, así como adolescentes para reducir la disminución de la actividad física relacionada con la edad.

El sedentarismo, un factor de riesgo que afecta en tres dimensiones

En Argentina, un tercio de los niños y niñas empiezan primer grado excedidos de peso. Y al terminar el ciclo, la proporción se agranda: la mitad presenta sobrepeso u obesidad, según mostró un estudio realizado entre 2012 y 2017 por el Programa Nacional de Salud Escolar (Prosane), que midió las variaciones antropométricas de casi 11.000 chicos del país.
El sedentarismo es un factor de riesgo que afecta en tres dimensiones. La primera afección para la salud es la dimisión física, donde el niño aumenta el peso corporal por no moverse y no tener actividad física agregada a su vida. Ese problema a mediano o largo plazo lleva a inconvenientes cardiometabólicos como aumento en los líquidos en sangre, como ser el colesterol, triglicéridos, incremento de la insulina resistencia y alteraciones en los niveles de glucosa, explica la licenciada en nutrición, Lucía Vallejo Trejo.

“La segunda dimensión es la cardiometabólica y la tercera es psíquica y social. Un chico sedentario, por lo general tendrá a futuro problemas de relaciones sociales, baja autoestima, trastornos psicológicos y en algunos casos se puede evidenciar alteraciones de desarrollo psicomotor. Todo esto impacta sin dudas en la calidad de vida del niño”, agregó.

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