Una nueva Sirenita

En 1989 la productora Walt Disney volvía presentar una película animada digna de su trayectoria: “La Sirenita”. Allí se narraba el tradicional cuento publicado en 1834 por el escritor Hans Cristian Andersen (Copenhague, Dinamarca) mucho más “endulzado” para los infantes. El autor de “El Patito Feo” y “La reina de las nieves” (“Blancanieves”), había ideado la historia de una mujer mitad pez que se enamora de un humano y, al no poder estar con él debido a la diferencia de esos dos mundos, decide intercambiar su preciosa voz con una hechicera para obtener un par de piernas, volverse humana y así conseguir enamorar al príncipe. Si no lograba hacerlo, se convertiría en espuma, algo que sí sucede en el cuento real y que Disney decidió omitir para la joven sirena, convirtiéndola en otro éxito y en un clásico. “La Sirenita” se convirtió rápidamente en un éxito para la crítica y el público luego de su estreno en Estados Unidos el 17 de noviembre de 1989. El film de dibujos animados estaba a la altura de los mejores de Disney y capturaba el ritmo de las nuevas generaciones.

En los últimos años Disney se dedicó a recrear sus clásicos animados con actores reales y muchos efectos especiales modernos: “El Rey León”, “El Libro de la Selva”, “Aladino”, “La Bella y la Bestia” y “Pinocho”, recientemente estrenada en su plataforma Disney+, son algunos de los ejemplos. Y llegó el turno de “La Sirenita”, un estreno programado para el 26 de mayo en 2023 en cines y que se divulgó días atrás con un tráiler que generó polémica porque la actriz Halle Bailey interpretará a Ariel y es una mujer negra.

Bailey nació en 1998 en Atlanta, Georgia, junto a su hermana la cantante Chloe, con quien tuvieron un dúo de música llamado Chloe x Halle. Rápidamente se posicionaron debido a su talento y participaron de la Met Gala en 2021, asistieron a los Premios Óscar este año y se destacaron actuando en los Grammys de 2019 y en los VMAs de 2020. “Estoy muy agradecida de haber sido yo quien reinvente a Ariel y poder mostrarle a otras hermosas niñas negras y morenas que, hey, puedes esto también, eres mágica, y mítica, y todas las cosas hermosas que hay entre medias”, dijo entre lágrimas en una entrevista a pesar de haber recibido miles de comentarios negativos cuando surgió la noticia de que ella interpretaría a la princesa de Disney.

Apenas se dio a conocer el tráiler, en redes sociales comenzaron a circular cientos de videos de niñas morenas viéndolo y reaccionando: “¿Es negra? ¡Es negra!”, dijeron algunas niñas. Caras de asombro, sonrisas y gritos denotaban la importancia de la representación en pantalla de las llamadas minorías. Ante los comentarios racistas, un profesor de historia, Ernest Crim III, salió a explicar en un video en TikTok que las sirenas se encuentran desde hace mucho más tiempo en la mitología de África Occidental.

“Las mujeres negras históricamente han estado ausentes en las narrativas y representaciones mediáticas, y, en las pocas oportunidades en las que aparecían, casi siempre era en el rol de esclavas. En los inicios de la televisión la única mujer negra que apareció en los dibujos animados fue Mammy Two Shoes en Tom y Jerry, una mujer negra trabajadora doméstica quien, además, apareció siempre sin rostro. Posteriormente se fueron incluyendo a las mujeres negras en algunos productos audiovisuales, sin embargo, como mujeres empobrecidas, adictas, prostituidas, hipersexualizadas; ocupando siempre roles de servicio, representadas como agresivas, regañonas y hostiles (reproduciendo el estereotipo de la negra enojada), violentas, conflictivas”, escribió la escritora y doctora en Ciencias Sociales Esther Pineda en sus redes. “En las pocas oportunidades en las que estas no aparecen como personajes negativos, son personajes de relleno; esto quiere decir, sin diálogos, personajes sin desarrollo que, por lo general, aparecen entre un grupo más grande o como una de las amigas de la protagonista de la trama”.

“¿Por qué molesta una sirenita negra?”, se preguntó la escritora y se respondió: “Porque rompe con el estereotipo, con el histórico lugar asignado a las personas negras en la televisión y en el cine; indigna porque el personaje es protagónico, porque sale de ese lugar anacrónico y estático que se les asignó a las personas negras y en el que se las confinó. Una sirenita negra enfurece porque rompe con los imaginarios de inferioridad, ignorancia, fealdad y miseria asociados a la negritud; pero sobre todo, porque no muestra a una mujer negra en el rol de la esclava sufriente bajo los inclementes latigazos de un amo blanco, a la que los productos culturales acostumbraron a su audiencia”.

En esta sintonía la cantante y rapera estadounidense Melissa Viviane Jefferson, más conocida por su nombre artístico Lizzo, ganó un premio Emmy al mejor reality por “Lizzo’s Watch Out for the Big Grrrls” (Amazon Prime), un programa en el que varias mujeres compiten por sumarse al cuerpo de baile que acompaña a la cantante en su gira mundial. Su discurso al recibir el galardón fue emocionante y repercutió en el mundo virtual: “Cuando era chica soñaba con ver a alguien como yo en los medios: gorda como yo, negra como yo y hermosa como yo. Si tuviese que volver el tiempo atrás para decirle algo a la pequeña Lizzo sería algo así: ‘la vas a ver, pero vas a tener que ser vos’ ”. Sus palabras se volvieron virales porque generó que se ponga sobre la mesa la representación en los medios de comunicación y la necesidad de que todas las personas pueden encontrar historias y personajes en los cuales verse reflejados y a los cuales aspirar.

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