Los hijos de la droga: el lado más vulnerable de las adicciones

Los hijos de la droga: el lado más vulnerable de las adicciones

El caso del niño que se intoxicó con cocaína encendió las alarmas: los pequeños que crecen en un contexto de adultos que venden o consumen sustancias corren un gran riesgo. Un servicio está cerrado desde la pandemia.

RIESGO. Los niños suelen llevarse todo a la boca, por eso no hay que dejar a su alcance sustancias peligrosas. RIESGO. Los niños suelen llevarse todo a la boca, por eso no hay que dejar a su alcance sustancias peligrosas.

El avance del narcotráfico y del consumo de drogas en nuestra provincia involucra innumerables consecuencias. Entre ellas, el caso del niño de un año que está en grave estado por haber ingerido de manera accidental cocaína en una vivienda del barrio El Palomar, en Banda del Río Salí. Aunque se trata de un caso excepcional, los médicos encienden la alarma: los pequeños cuyos padres son consumidores o venden sustancias están en grave riesgo, advierten.

Según el informe policial, el domingo, una joven madre de 28 años descubrió que su pequeño estaba convulsionando en el piso. Junto a su pareja lo trasladaron hasta un centro asistencial. Los médicos lo derivaron al Hospital de Niños. Llegó al nosocomio con un paro cardiorespiratorio, que obligó a los profesionales a realizar un importante esfuerzo para salvarle la vida.

“Llegó muy grave. Tuvimos que hacerle maniobras de resucitación e intubarlo”, explicó Verónica Pérez Ordóñez, médica coordinadora de la guardia del hospital pediátrico. Luego, el bebé fue llevado a la terapia intensiva, donde hasta ayer permanecía internado.

Ante este caso, que conmocionó también a los médicos, le dieron intervención al destacamento policial que funciona en el hospital. Allí los padres del pequeño fueron entrevistados por la Policía luego que se comprobara que se había intoxicado con cocaína. La madre dijo que en el lugar se había presentado su hermano a realizar un trabajo y, como es adicto, se le pudo haber caído una dosis de la sustancia que su hijo ingirió accidentalmente.

Pérez Ordóñez señaló que en la guardia hospitalaria es muy frecuente la atención de pacientes intoxicados con distintas sustancias que ingieren en forma accidental, como por ejemplo medicamentos o líquidos como la lavandina. Sin embargo, ella no recuerda un caso tan grave de intoxicación por drogas en la provincia.

No obstante reconoció que de un tiempo a esta parte atienden niños de 10 u 11 años que ya presentan adicción a las drogas. Son menores que, generalmente, están en situación de calle, a los que la Policía encuentra y traslada al hospital, describe.

El pediatra Lorenzo Marcos, que se desempeñó durante 43 años en el hospital del Niños y estuvo a cargo de la terapia intensiva, tampoco recuerda un caso similar. Pero sí advierte otra situación alarmante y que tiene que ver con las drogas: en los últimos años de su trabajo (se jubiló en 2019) atendió varios casos de bebés que presentaban síntomas de haber consumido drogas indirectamente a través de la lactancia: “si la madre consume sustancias, estas pasan al bebé que está amamantando”. “Recuerdo casos de bebés con excitación psicomotriz inexplicable, convulsiones, coma y hasta con parada cardiorespiratoria”, describe.

Marcos remarca que la cocaína es muy peligrosa para los niños. “Se trata de una sustancia que produce estimulación cardíaca y respiratoria, aumento de frecuencia y presión arterial, estimulación de centros simpáticos del hipotálamo que produce excitación psicomotriz y sensación de placer excesivo, agresividad, pupilas dilatadas, vasoconstricción y hemorragias cerebromeníngeas. La intoxicación con cocaína es muy grave”, precisa.

El toxicólogo Alfredo Córdoba sostiene que apenas un gramo de cocaína (lo que generalmente contiene el “papelito” que se vende) es muchísima cantidad para el organismo de un niño. “Si la sustancia es ingerida, esta puede causar principalmente efectos en el sistema digestivo; en el estómago e intestino. Puede ocasionar, incluso, un infarto intestino mesentérico. También hay que considerar otro tipo de secuelas a nivel hepático”, describe.

“Por otro lado, es necesario evaluar si se ha adulterado la droga que consumió el menor con otra sustancia, ya que puede tratarse de una intoxicación mixta”, señala.

Según el médico, se ha probado que el consumo de drogas por parte de los progenitores o personas que están al cuidado de un menor es un gran riesgo. Por varios motivos: esto genera situaciones de violencia, los chicos crecen en un entorno en el cual naturalizan el uso de sustancias y luego pueden empezar a consumir a tempranas edades.

Al mismo tiempo, hay casos de bebés que presentan síndrome de abstinencia. Son pequeños de menos de 40 días cuyas madres tuvieron lo que se denomina un consumo problemático de droga, al menos en el tramo final de sus embarazos o incluso cuando los amamantaban. “Son chicos que presentan un llanto constante o llevan el puño de la mano a la boca. Si la mamá consumió en el embarazo seguramente ese bebé recibió poco oxígeno y no se desarrolló bien. Podría tener alguna secuela”, explica el profesional.

Esta situación la conoce muy bien Dennis Ríos Obando, jefe del servicio de asistencia a las adicciones del hospital del Carmen, el único lugar donde hasta antes de la pandemia se atendía e internaba a mujeres adictas. Pero ahora ese espacio continúa cerrado y, aunque llueven las consultas, no hay recursos para atenderlas, según explica.

“El consumo ha crecido muchísimo, especialmente desde la pandemia. La situación de los bebés que crecen con madres adictas es muy preocupante. El embarazo es un riesgo y especialmente en el momento del parto porque los pequeños presentan síndromes de abstinencia que pueden ser gravísimos”, remarca.

Para el especialista, urge atender esta problemática de la adicción en las mujeres porque son muy vulnerables y hoy no tienen lugares donde buscar ayuda. Los bebés, cuando nacen, muchas veces terminan en la Sala Cuna porque las mamás no se pueden hacer cargo. Si se hacen cargo, esos niños crecen en un contexto de violencia, son consumidores pasivos y seguramente también se volverán adictos en algún momento.

En síntesis: el aumento en el consumo de drogas compromete gravemente la vida y el futuro de muchos niños, concluyeron los expertos consultados.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios