¿Qué hacer cuando un niño se atraganta?

¿Qué hacer cuando un niño se atraganta?

Tras el caso del chico que falleció en Córdoba, al caer con un chupetín en la boca, expertos cuentan cuáles son los accidentes infantiles más comunes y cómo se debe actuar rápidamente.

Estaba jugando en el patio de la escuela. El niño de 10 años disfrutaba de un chupetín, cuando un compañerito lo empujó. Al tropezarse y caer, se atragantó con la golosina. No podía hablar. Los docentes intentaron ayudarlo hasta que llegó una ambulancia. Mientras lo llevaban al hospital, el pequeño hizo tuvo dos paros cardíacos. Murió unos días después.

El hecho, que ocurrió en Córdoba y conmocionó a todo el país, nos hizo dar cuenta de que la vida de los niños está en riesgo incluso en situaciones totalmente cotidianas y que no aparentan ser una amenaza para la seguridad de nadie.

Los accidentes domésticos como este ocurrió en Córdoba o como las quemaduras, intoxicaciones, heridas con objetos cortantes, atragantamientos, contactos con electricidad y ahogamiento son algunos de los principales tipos de lesiones por causas externas (LCE), las cuales representan la primera causa de muerte en niños de entre uno y 15 años, de acuerdo a las estadísticas que manejan desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

Entre los motivos más comunes de estos fallecimientos figura la asfixia, que puede ser causada cuando un niño se atraganta con un objeto, con una golosina o hasta con un pedazo de carne.

Consultas frecuentes

En el hospital de Niños los accidentes domésticos son el motivo de una de las consultas más frecuentes. En el servicio de emergencias prácticamente a diario atienden chicos por ingesta de líquidos peligrosos, como por ejemplo lavandina o disolventes de pinturas. También llegan porque se introducen cuerpos extraños en nariz, boca y oídos.

La jefa del servicio, Julieta Vilar, explica que también ven casos de atragantamiento. “Los chicos pequeños corren más riesgo de llevarse a la boca objetos que puedan provocar un caso grave de asfixia, que generalmente se produce por elementos de algún juguete, aros, con una golosina o por un trozo de comida”, describe.

Ante estos casos es crucial actuar con rapidez. “Son momentos decisivos porque pueden ocasionar la muerte del paciente o un daño neurológico severo si está mucho tiempo sin respirar y el cerebro no recibe oxígeno”, explica Vilar.

Lo importante, según detalla, es determinar en qué estado está el niño al momento de ingerir el cuerpo extraño. Si notamos que deja de respirar, que no puede hablar ni llorar, hay que hacer rápidamente las maniobras oportunas para desobstruir la vía aérea. Mientras tanto, hay que pedirle a alguien (un vecino o quien sea) que llame al 107 urgente para activar la cadena de emergencia.

“Lo que debemos hacer es lo que se conoce como maniobra de Heimlich. Esto varía de acuerdo a la edad. “En menores de un año hacemos cinco golpes fuertes con el talón de la mano entre las escápulas o huesos omóplatos, y luego lo damos vuelta y le damos cinco compresiones a nivel del tórax hasta que el paciente respire o elimine el cuerpo extraño. Y en caso de niños mayores de un año o adolescentes, se debe realizar la maniobra colocándose detrás del paciente, abrazándolo y haciendo compresiones en la zona del esternón”, especificó Vilar.

“Un accidente de este tipo le puede ocurrir a cualquier persona, aunque es más frecuente en niños. Un simple caramelo puede causar una obstrucción de las vías aéreas. Por lo tanto sería de gran ayuda que se avance en la enseñanza de maniobras de desobstrucción y de reanimación cardiopulmonar (RCP) en todas las escuelas y reparticiones públicas”, señala.

Por otro lado, remarca que los niños son exploradores por naturaleza, por lo que es fundamental tener la precaución de mantener alejado de su alcance aquellos elementos u objetos muy pequeños y darles juguetes de acuerdo a la edad. Evitar poner en sus manos, por ejemplo, un collar de perlas para jugar, porque se puede romper y el niño podría ingerir una perla. También debemos tener cuidado con las semillas, que es muy común que se las lleven a la boca.

Cada segundo vale oro

En la Dirección de Emergencias del Siprosa también atienden frecuentemente accidentes domésticos que tienen como protagonistas a los niños. A los médicos y enfermeros les ha tocado en varias oportunidades asistir a niños por atragantamiento o por obstrucción de la vía respiratoria por un objeto extraño.

Porque en estos casos cada segundo vale oro es que los profesionales recomiendan a la gente aprender primeros auxilios. Cualquier persona puede tomar un curso o taller de RCP.

Vicente González, enfermero instructor de RCP, señala que lo más importante es la prevención; esto significa no dejar ningún cuerpo extraño, sólido y pequeño al alcance de un niño. “Muchos de los juguetes tienen el tamaño suficiente para atragantar a un niño”, remarca.

En la cadena de supervivencia, según explica, es fundamental conocer las señales de una persona que se está asfixiando: no puede hablar, llorar ni gritar y probablemente se tome del cuello con las manos.

El pediatra Federico Caillou detalla según su experiencia cuáles son los objetos que más pueden ocasionar atragantamientos en menores: monedas, botones, pilas tipo botón, globos o partes pequeñas de juguetes, salchichas, caramelos y dulces duros, frutos secos, uvas y chicles.

Para él, el papel del pediatra es fundamental en la prevención. “Siempre, en cada consulta, hay que darles información a los padres sobre lo que deben hacer ante una urgencia y para evitar situaciones de riesgo”, remarca.

A grandes rasgos, para prevenir accidentes, los especialistas aconsejan no dejar solos a los niños pequeños en ningún momento, no cocinar con un bebé en la cocina ni portándolo en brazos, tener precaución con las estufas y los braseros, no dejar líquidos calientes en mesadas, no dejar objetos pequeños a su alcance (mucho menos si son cortantes), colocar un disyuntor eléctrico en el hogar, instalar cercas alrededor de las piletas, amurar debidamente televisores y otros muebles y electrodomésticos.

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