Cinco claves para comprender la crisis

Cinco claves para comprender la crisis

En Tucumán, 24 horas de que detonara la última crisis oficialista con la renuncia de Martín Guzmán como ministro de Economía, una serie de disertaciones fue premonitaria del marasmo que se desató el sábado. Economistas, analistas políticos y opositores expusieron en el Foro Económico del NOA un esclarecedor panorama sobre el atolladero económico y político en que se encuentra la Argentina

“En Argentina va a pasar de todo. Pero no sé en qué orden”. Juan Carlos de Pablo, citado por Sergio Berensztein en el Foro Económico del NOA 2022.

1.- Sin respuestas

La “recuperación” que costó un ministro

La intempestiva renuncia de Martín Guzmán como ministro de Economía de la Nación (a la luz del atolladero económico y financiero de la Argentina, no puede resultar sorpresiva ni imprevista) ha descolocado todavía más al Gobierno federal. Y ha expuesto la dimensión de crisis total que enfrenta la gestión de Alberto Fernández. Su administración no sólo carece de respuestas, sino que las pocas que ensaya no son fiables. El mandatario, durante la semana pasada, sostuvo que la falta de dólares en el país era consecuencia de la recuperación económica. El sábado, además de dólares, había carencia de gabinete económico. Es casi un elogio de la derrota: cuando no había “recuperación económica” no estábamos tan mal…

El día anterior a este último desmadre oficialista que representa la renuncia de Martín Guzmán, en Tucumán se celebró el Foro Económico del NOA (#Fenoa 2022), organizado por la Fundación Federalismo y Libertad. Las disertaciones de economistas, analistas políticos y opositores fueron, en enorme medida, anticipatorias y esclarecedoras de este nuevo marasmo oficialista.

2.- Querer y poder

No sólo es una cuestión de nombres

“El Gobierno, ¿va a continuar con esta dinámica o va a intentar hacer algo?”, fue la primera pregunta del consultor Sergio Berensztein en su disertación sobre “Interrogantes de la escena nacional”.

La segunda pregunta partió de la hipótesis que un día después se volvió realidad. “¿Qué pasa si hacen cambios?”. El interrogante, distinguió, consta de tres elementos: “¿Qué quieren hacer? ¿Pueden hacerlo? ¿Tienen con quién hacerlo? En política siempre hay que mirar los objetivos, la forma de implementarlo y el equipo”, completó. “Muchas veces nos quedamos en los ‘¿quiénes?’ y no miramos el conjunto”, aseveró, casi de modo profético.

Léase, el abordaje de la crisis es tripartito: no alcanza con cambiar de nombres. También hacen falta propuestas y un plan para aplicarlas.

3.- BCRA y energía

Autonomía para uno y control para otro

La salida de Guzmán del Ministerio de Economía tiene, entre dos de las más públicas razones, su reclamo para controlar la Secretaría de Energía de la Nación y, por otro, una mayor influencia sobre el Banco Central de la República Argentina. Sobre una y otra cuestión, 24 horas antes de que se conociera su extensa carta de renuncia, habló específicamente Alfonso Prat-Gay, quien fue ministro de Hacienda de Cambiemos (2015-2016) y presidente del BCRA durante la presidencia de Eduardo Duhalde y hasta el inicio del gobierno de Néstor Kirchner (2002-2004).

En primer lugar, el economista puntualiza que un cambio en la política de subsidios, que incluso eximiera a los hogares del escalón más bajo de la sociedad, ahorraría miles de millones.

Por un lado, explica que en Argentina, una familia tipo de dos adultos y dos menores consume 250 kw/h por mes. Por el otro, da cuenta de que aproximadamente el 45% de los hogares argentinos gana menos de dos salarios mínimos vitales y móviles por mes. “Si diseñáramos un esquema en el cual le garantizamos a cada familia que van a tener los primeros 250 kw/h son gratis y que se pagará tarifa plena desde los 251 kw/h; y estudiamos los promedios estacionales para hacer algo similar con el gas, y replicamos el esquema para el transporte público, en lugar de los 4 puntos del PBI destinados para subsidios, bajaríamos a 1 punto de PBI. La contracara es que derrochamos 3 puntos de PBI para subsidiar a quién no debemos”, contrastó.

De modo que el control de la cartera de Energía es estratégico para el Ministerio de Economía. Pero que el Poder Ejecutivo también controle el Banco Central es, por el contrario, algo que Prat-Gay desaconseja encarecidamente.

“Durante su presidencia (2007-2015), Cristina fue por la Justicia, por los medios de comunicación y por la propiedad privada. Y mediante una ley, que desaparece un poco en la discusión, Cristina también fue por la moneda: en 2012 reformó la Carta Orgánica del Banco Central y, esencialmente, lo convirtió en un apéndice del Gobierno de turno. Desapareció aquello que expresaba con mucha claridad el artículo 3: ‘La misión primaria y fundamental del BCRA es preservar el valor de la moneda’. Nada más. Una misión muy clara y específica para la cual, si es independiente, el Banco Central tiene sus elementos. En vez de ello, ahora, al BCRA se le pide que logre la estabilidad económica, la estabilidad financiera, el crecimiento con inclusión social… Objetivos múltiples sin ninguna jerarquía ni ningún orden que, básicamente, obligan al Banco Central al financiar al tesoro. No se lo puede criticar mucho a (Miguel Ángel) Pesce porque la ley lo obliga a concretar el descalabro que está haciendo”, resaltó.

4.- Seis décadas de fracasos

Proteccionismo, esclavismo y castigo

“En los últimos 60 años, Argentina ha tenido ocho programas económicos. La totalidad terminó en crisis. Incluyendo el actual, que es un programa en crisis: falta que se profundice la crisis, pero ya es un programa en crisis y un gobierno en crisis”, diagnosticó el diputado José Luis Espert.

El economista subrayó que los responsables de estos planes fallidos fueron peronistas, radicales, militares, menemistas, “cambiemistas” y kirchneristas. “Así que en materia política no hay ninguno que pueda tirar la primera piedra. Ni siquiera los militares (...). Los argentinos deberíamos hacernos cargo, todos y me incluyo, de lo que estamos votando hace años”, planteó.

Espert hizo hincapié en tres variables centrales como constantes en los fracasados experimentos económicos del país. En primer lugar, que el Estado siga apostando por el proteccionismo industrial en lugar de alentar la competencia de la producción argentina en el mercado internacional. En segundo lugar, que se siga “barriendo” con el sector privado con un régimen de “esclavitud impositiva”, por el cual los empresarios deben trabajar siete de los 12 meses del año sólo para pagar impuestos. En tercer lugar, las leyes laborales, que parecen diseñadas sólo para “castigar” al que da empleo.

5.- El peronismo, ¿coopera?

La sociedad no quiere que le mientan más

“La sociedad está dispuesta a escuchar la verdad. Es lo que nos dicen las encuestas: ‘no quiero que me mientas más. Decime lo que hay que hacer, aunque sea duro’. Se está gestando una oportunidad para que la próximo Gobierno pueda presentarle a la sociedad un programa de cambios proporcionales a los problemas que viene arrastrando el país”, evaluó Berensztein durante su disertación.

“Sin embargo, la pregunta es: si hay un adelantamiento de los tiempos políticos y una crisis que la obligue a la oposición a participar, porque es muy probable que el peronismo quiera comprometer a la oposición para socializar los costos, ¿cooperará o no coopera la oposición?”, inquirió. Y recordó que en la refinanciación del acuerdo con el FMI, la oposición colaboró en el Congreso. “Si no lo hubiera hecho, Dios sabe lo que hubiera pasado ahora”, afirmó.

“Si las elecciones fueran hoy, la oposición podría ganar en primera vuelta y eso implica una enorme responsabilidad”, dispara el también encuestador. “Estamos ante la oportunidad muy significativa de que la Argentina tenga por fin un programa distinto de gobierno, con equipos preparados para hacer la diferencia. Hay que tratar de que la transición hasta el año que viene sea lo más razonable posible. La pregunta es si el peronismo va a cooperar para que eso sea posible teniendo en cuenta que este resultado (la eventual derrota electoral en 2023) va a ser muy difícil de revertir”, concluyó.

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