Cartas de lectores III: ¡Argentinos, a las cosas!

Cartas de lectores III: ¡Argentinos, a las cosas!

25 Junio 2022

Filósofo, intelectual y ensayista José Ortega y Gasset (1883-1955) fue un hombre adelantado a su tiempo, con pensamiento crítico y abierto, pero también fue un gran defensor de la libertad. Nació el 9 de mayo de 1883 en Madrid, España, para el mundo y de entre sus libros destacamos su magistral obra: “La rebelión de las masas”, publicado en 1930. En él define magníficamente a la democracia liberal (bien entendida) y dice: “… el liberalismo es la suprema generosidad, es el derecho que la mayoría otorga a las minorías y es por tanto el más noble gesto que ha sonado en el planeta: proclama convivir con el enemigo, más aun, el enemigo débil. Era inverosímil que la especie humana hubiera llegado a una cosa tan paradójica, tan elegante, tan antinatural, ¡ejercicio difícil y complicado! ¡convivir con el enemigo! ¡gobernar con la oposición!” (pensemos todo esto en función de nuestra lamentable grieta). En 1928 y 1939 dio sendas conferencias en Buenos Aires (donde vivió varios años exiliado). En una de ellas, en la Plata, el pronunciaría esas palabras que perdurarían hasta nuestros días como una invitación o interpelación: “Argentinos, a las cosas, a las cosas! Y déjense de cuestiones previas, de suspicacias y de narcisismos”. Esa frase se iba a hacer tan famosa como su creador, y las cosas pueden traducirse como: las verdaderas cuestiones importantes. Porque, aunque nos duela, esas palabras resumen como éramos entonces y como hoy seguimos siendo. Los argentinos nos pasamos la vida discutiendo nimiedades entre nosotros y perdiendo el valioso tiempo. Mientras dejamos pasar una y otra vez por nuestro anden el tren del desarrollo, del progreso y la oportunidad sin subirnos a él como debiéramos. Porque si el problema a tratar es: “si sacamos a los animalitos de los billetes y ponemos a los próceres”, si se discute, “si hay que decir todos o todes”, “si la boleta tiene que ser única o sábana”, “o si la culpa de la inflación la tiene el supermercadista o el dólar” veremos mientras que no hay gas para las estufas en las escuelas. No hay lugar en las cárceles para más presos. Faltan redes cloacales. Falta el gasoil. No estamos inundando el mercado mundial con nuestros alimentos, ni tampoco educando a nuestros jóvenes como debiéramos (resultados de Pruebas Aprender lamentables), amén de los cientos de ellos que ya migraron buscando un futuro mejor. El sabio español a su amigo tucumano Máximo Etchecopar oportunamente le decía: “nada bueno tendrán ustedes hasta que no se convenzan de que la principal riqueza de un pueblo la constituye el trabajo. Concluiremos que seguramente la época histórica en que vivio Ortega y Gasset fue determinante para su visión del mundo, pero no dejemos de pensar que sus palabras retumban hoy en nuestras cabezas. ¿Resurgiremos?: nadie lo sabe, pero de seguro si así fuera, deberíamos citar y recordar con admiración a José Ortega y Gasset, un grande del siglo XX.

Juan Marcotullio

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