La de don José Manuel “Pepe” Guerra es una historia de vida con un apellido ligado a San Isidro de Lules. Se cumplen 100 años de su nacimiento; sus padres, inmigrantes de Salamanca (España), se destacaron por el trabajo familiar, entre otros rubros, en la industria panadera “La flor de España”. Su madre Nazareth fue ejemplo de lucha constante para que sus ocho hijos tuviesen educación superior; y brindó cobijo a extranjeros que llegaban en busca de un nuevo destino.
José Manuel estudió en el colegio salesiano Tulio García Fernández, cuyos valores (sobre todo la espiritualidad de Don Bosco) lo marcaron para siempre. De adolescente fue convocado para ser parte del equipo de fútbol de San Lorenzo de Almagro, pero se le negó el permiso por la distancia; así, lució felizmente la camiseta del club de su pueblo, Almirante Brown. Ya adulto, se hizo cargo del negocio de sus padres “El despacho”, como llamaban a la panadería. Estaban implícitos la responsabilidad comercial, el respeto al cliente y la seriedad laboral que los caracterizó. Mantuvo el trabajo en crecimiento durante 40 años, por lo que fue declarado socio honorario por su trayectoria por la Unión de Fabricantes Panaderos de Tucumán en 1980.
En la administración pública le tocó enfrentar el duro trance del cierre de los ingenios Mercedes y San Pablo. Don Pepe redobló sus esfuerzos fomentando la mano de obra en las fábricas y empresas que con su gestión se instalaron sobre la exruta provincial 38 y adyacencias, para crear un irrepetible cordón industrial con el apoyo de una comunidad luleña que supo reconocer no sólo a un líder político honesto sino a un vecino de escucha atenta y respuesta permanente.
Tras su partida, dejó un legado de esfuerzo y compromiso que su esposa y sus hijos han tomado como tarea ejemplar a seguir y acrecentar.







