Las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales

Las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales

Los mayores de 65 años son los que más sufren estos incidentes.

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Puede ocurrir mientras caminan por alguna de las tantas veredas rotas de la ciudad. O cuando pasean por un centro comercial con escalones y rampas. También puede suceder en ese lugar que consideramos el más seguro: el hogar. Cada vez son más las personas mayores que sufren una caída . Después de los 65 años, un tropezón puede cambiarle la vida completamente a alguien, e incluso ocasionarle la muerte.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales, por las que anualmente fallecen en todo el mundo más de 650.000 personas.

En todo el mundo se ha registrado un incremento de consultas por caídas, las cuales tienen como protagonistas a los adultos mayores en una gran parte de los casos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EEUU (CDC, por su sigla en inglés), cada año, alrededor de 36 millones de personas mayores de 65 años experimentan un accidente de este tipo. Uno de cada cinco incidentes causa una lesión grave, generalmente en la muñeca, el brazo, el tobillo o la cadera.

A medida que la población envejece cada vez más, aumenta el número de personas de la tercera edad que muere o que sufre una lesión grave tras una caída, explica el traumatólogo Héctor Piedrabuena, que considera que las caídas son un problema de salud pública, que debe ser estudiado más a fondo para prevenirlo.

Según remarca el profesional, los adultos mayores de 65 años son más propensos a caerse por varias razones: por debilidad muscular, por el retraso en la repuesta de los reflejos y las dificultades visuales o por la falta de equilibrio, coordinación y destreza, propias de la edad.

Otros factores de riesgo son los medicamentos, que pueden causar mareos o somnolencia. Pero también -señala Piedrabuena- hay cuestiones ambientales que son predisponentes. “Tenemos una ciudad que no está bien adaptada para el envejecimiento poblacional. Hay muchas barreras arquitectónicas que dificultan el traslado. A esto se suma la gran cantidad de veredas rotas que existen”, precisa. “Las autoridades deberían diseñar políticas eficaces para reducir los riesgos de caídas en la vía pública”, reclamó.

“Tal vez la caída no cause la muerte, pero en los adultos mayores que sufren un incidente de este tipo pueden requerir un tratamiento quirúrgico y en la cirugía o en el posoperatorio sufrir complicaciones que sí pongan en juego su vida. Generalmente, en la tercera edad, cuando se cae una persona la calidad de vida cambia totalmente”, especifica.

Lesiones más comunes

¿Cuáles son las lesiones más comunes en los adultos mayores? En Tucumán, en primer lugar, las fracturas de cadera. Le siguen las de muñeca, las de hombro, las de tobillo, piernas y rodillas. Otro dato que sorprende, al menos tres de cada 10 caídas en la tercera edad, ocurren en el hogar.

¿Se pueden prevenir las caídas? Piedrabuena habla de algunas medidas que es posible tomar para disminuir los peligros en casa. Por ejemplo, existen ayudas especiales para ancianos que viven solos, como las pulseras que detectan las caídas. Otra opción es colocar cámaras de seguridad para observarlos.

Otras medidas que ayudan: no dejar salir solos a los adultos mayores, sacar las bañaderas y colocar agarraderas en el baño (uno de los sectores más peligrosos) o trasladar el dormitorio a la planta baja si la casa tiene escaleras, enumera el médico.

A menudo se cree que la fragilidad es una condición propia e indefectible de la vejez. Sin embargo, la pérdida de la fuerza y la masa muscular, la disminución de la velocidad de la marcha, la reducción de las actividades y de las capacidades para llevar adelante tareas pueden prevenirse y también son reversibles, sostiene Moisés Schapira, médico especialista en geriatría y atención de adultos vulnerables.

“Se sabe que lo único que sirve para minimizar el riesgo de que una persona tenga fragilidad es una alimentación adecuada y la actividad física”, destacó. “Son los pilares de un envejecimiento saludable”, añadió.

A modo de ejemplo citó el caso de una persona a la que operaron del intestino, estuvo internada, sin comer, se desnutrió, pasó a ser frágil y dejó de caminar. Pero con la dieta y el ejercicio adecuados volvió a recuperarse.

“Lo mismo pasa con la persona que tuvo una fractura y deja de caminar, deja de comer, se deprime. Pero al consolidarse la fractura, vuelve a moverse, a comer bien, a hacer actividad y así recupera la normalidad. No estamos hablando de situaciones definitivas”, insiste el especialista.

¿Qué es la sarcopenia?

La debilidad muscular, también denominada sarcopenia, es uno de los principales factores de riesgo para las fracturas óseas por caídas. Según diversos estudios, uno de cada ocho mujeres mayores de 65 años presenta un significativo deterioro de la masa muscular, mientras que en los hombres la cifra es de uno sobre 20. Por ello, además de la actividad física, a medida que se envejece hay que sumar más proteínas a la dieta, resalta Schapira

“La sarcopenia tiene que ver con la disminución de la masa y la fuerza muscular. En el adulto mayor, la sarcopenia se asocia con más caídas, más internaciones, mayor dependencia… Si hay algo que un adulto mayor y uno como médico debería prevenir es la fragilidad y la sarcopenia”, remarca.

Alimentación adecuada

Respecto de las características de una alimentación adecuada durante toda la vida, y en especial en la vejez, Schapira precisó que esto implica que sea completa y que incluya buena cantidad de proteínas. “Se calcula que el consumo adecuado de proteínas debe ser de un gramo por kilo de peso corporal. Es decir que una persona que pesa 70 kilos debe comer 70 gramos de proteínas por día”, aclaró.

Asimismo, indicó que las mejores fuentes de proteínas son la carne vacuna y la proteína llamada “madre”, que es la proteína del huevo. Como contrapartida, aclaró que “no se puede encontrar proteína vegetal que permita un buen aporte, dado que este tipo de fuentes no tienen alto valor biológico y son complejas para absorber. En especial, la carne vacuna se destaca por su gran aporte de proteínas de alto valor biológico, es decir que contienen todos los aminoácidos esenciales que necesita el organismo, sostuvo.

Además, recomendó ingerir buena cantidad de frutas y verduras, que van a complementar las vitaminas que son requeridas para que la persona no entre en carencias nutricionales.

En cuanto a la actividad física, Schapira mencionó los resultados del trabajo “Honolulu Heart Study”, en el que se dividió a los adultos mayores según cuánto caminaban por semana: los que caminaban menos de un kilómetro por semana, los que caminaban entre uno y ocho km, y los que caminaban más de ocho km por semana. “Se vio que cuanto más caminaban, menos se fracturaban y menos se enfermaban, inclusive del corazón. En conclusión, una caminata al día mantiene al médico alejado’”, aseguró.

Las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales. Los mayores de 65 años son los que más sufren por esos incidentes. El peligro está dentro y fuera del hogar. ¿Cómo se pueden prevenir los golpes?

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