En Argentina, el suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes y jóvenes

En Argentina, el suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes y jóvenes

El Estado, Unicef y la SAP instan a mirar esta problemática desde una perspectiva de género. La pandemia hizo explotar las cifras.

LA IMPORTANCIA DE LOS VINCULOS. Hablar abiertamente y mostrarnos disponibles emocionalmente son algunas de las recomendaciones. LA GACETA LA IMPORTANCIA DE LOS VINCULOS. Hablar abiertamente y mostrarnos disponibles emocionalmente son algunas de las recomendaciones. LA GACETA
18 Noviembre 2021

El suicidio es la segunda causa de muerte por factores externos entre los adolescentes y jóvenes de entre 15 años y 29 años en la Argentina (el primer puesto lo ocupan los accidentes de tránsito). Y por cada suicidio consumado de una mujer, hay tres de un varón. Además, las cifras de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) muestran que las curvas de los últimos años van hacia arriba. Tucumán se posiciona en línea con la tendencia nacional y peor todavía: las tasas más altas se registran en las provincias del NOA.

Por eso, en el informe "Abordaje integral del suicidio en las adolescencias. Lineamientos para equipos de salud" -de la Dirección de Adolescencias y Juventudes del Ministerio de Salud de la Nación, junto al equipo de Unicef Argentina y a la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)- se ha pedido que se sume la perspectiva de género a esta problemática. El documento, publicado recientemente, se nutre de esas estadísticas de la DEIS y tiene como objetivo plantear un abordaje integral.

"El suicidio aparece como la culminación de un proceso de sufrimiento muy intenso". Guido Torres Busquets, pediatra

"Para los varones, percibirse como personas sensibles es sinónimo de debilidad. Esa construcción social, donde el hombre no llora, minimiza sus sentimientos y no dice lo que siente, produce dificultades a la hora de enfrentar cuestiones emocionales y cambios psicológicos. Por ello, muchas veces los jóvenes acaban al borde de conductas de riesgo", explica a LA GACETA Lucas Haurigot Posse, psicólogo clínico especialista en adolescentes y jóvenes.

Enseguida profundiza sus conceptos al resaltar que los hombres tienen una traba para expresarse porque nunca les han enseñado a hacerlo. "Poder hablar es un aprendizaje que se inicia en la niñez. Pero en el caso de los varones, se trata de una práctica vedada debido a que no se relaciona con la masculinidad. Entonces alcanzan la aduldez sin saber identificar ni gestionar sus emociones de manera saludable", razona.

"La pandemia ha planteado un desborde en problemáticas de salud mental; esto nos tiene a los profesionales muy preocupados". Lucas Haurigot Posse, psicólogo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada suicidio causa un impacto serio en al menos seis personas. Y a pesar de que hace algunos años se consideraba mejor evitar el tema, ahora se subraya que hablar abiertamente contribuye a salvar vidas. Tan solo en 2019, más de 700.000 personas se mataron en todo el mundo y se trata de la cuarta causa de defunción a nivel global en el grupo etario de 15 a 29 años.

Lamentablemente, tras la crisis del coronavirus la situación ha empeorado. Haurigot Posse bien lo sabe. "El covid ha planteado un desborde en problemáticas de salud mental; estamos muy preocupados. Hoy estamos viviendo una pandemia de salud mental y el varón adolescente no se escapa. Se han incrementado los ataques de pánico, los trastornos de ansiedad y los consumos problemáticos. Vemos chicos de 18 años que llegan desbordados y por su propia iniciativa a la consulta", prosigue el terapeuta.

"El espacio terapéutico puede aportar mucho en estos tiempos. Tiene que ser mirado como un lugar de prevención". Cecilia López, psicóloga.

De acuerdo a la OMS, está demostrado que vivir conflictos, catástrofes, pérdida de seres queridos y aislamiento puede generar conductas suicidas. Por ello, tras las oleadas de coronavirus, la organización sanitaria ha lanzado distintas campañas de prevención. Estas  estrategias se basan en cuatro ejes básicos: limitar el acceso a cualquier medio de suicidio, como pueden ser las armas; formar a los medios de comunicación para que les den a las noticias sobre suicidios la entidad que merecen; fomentar las competencias socioemocionales entre los adolescentes y detectar tempranamente a las personas que expresan comportamientos suicidas.

El doctor Guido Torres Busquets, especialista en cuidados intensivos pediátricos, remarca que la incapacidad de expresarse de los chicos, especialmente entre los 11 años y los 13 años, es un factor de riesgo, en coincidencia con los dichos de Haurigot Posse. Luego menciona al bullying, al aislamiento, al acoso sexual, a la depresión y al efecto contagio como algunos otros. Pero, ¿podemos identificar si una persona que amamos está pensando en quitarse la vida? ¿Hay algún modo de darse cuenta?

El médico entiende que, para ello, se debe prevenir y hablar al respecto. "El suicidio aparece como la culminación de un proceso de sufrimiento muy intenso", expresa. Y en los sectores vulnerables esto se hace más notorio, agrega. En consecuencia, el rol del Estado resulta impostergable. Por ejemplo, se debe trabajar para asegurar el acceso al diagnóstico y al tratamiento de manera oportuna.

Cecilia López, psicóloga especialista en niños, ahonda esa vertiente. "La mayoría de las consultas son por ansiedad, depresión, enojo, intolerancia y dificultad para socializar y relacionarse. Creo que el espacio terapéutico puede aportar mucho en estos tiempos. Tiene que ser mirado como un lugar de orientación y de prevención", fundamenta.

En definitiva, el machismo y los estereotipos de género interpretan, para las voces consultadas, un rol clave. Todas esas construcciones sociales que ponen a los hombres en un lugar de autosuficiencia tienen una contracara peligrosa. Y en los últimos dos años, la pandemia ha exacerbado o fragilizado ese escenario. "Tres generaciones atrás, el varón que expresaba sus sentimientos podía reflejar un signo debilidad, debido a la educación sociocultural. El hombre debía ser fuerte, protector y la autoridad dentro de la familia. Actualmente, eso está cambiando y se nota", aprecia López.

No obstante, a juzgar por las cifras se necesita un golpe de timón más enérgico. En detalle, el escrito de la DEIS revela que dentro de las causas externas de mortalidad en adolescentes, los siniestros viales ocupan el primer puesto con el 43 % de los casos registrados. Sin embargo, los suicidios representan el 24 % de las muertes, situándose en el segundo peldaño. El Centro de Atención al Suicida (CAS) atiende 18 horas diarias de forma anónima, gratuita y voluntaria. La técnica que utiliza es la escucha activa. Los números habilitados para todo el país son (011) 5275-1135 y (0800) 345 1435.

Temas Coronavirus
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios