Bioestimulantes en caña: una herramienta de recuperación en casos de estrés hídrico

Bioestimulantes en caña: una herramienta de recuperación en casos de estrés hídrico

Una especialista mostró los resultados de los estudios de dos de estos productos.

BENEFICIO. El bioestimulante es una opción más sostenible, como complemento de fertilizantes usados en caña.  BENEFICIO. El bioestimulante es una opción más sostenible, como complemento de fertilizantes usados en caña.
23 Octubre 2021

“El interés por empezar a evaluar este tipo de productos se debió a la necesidad de encaminarnos hacia prácticas agrícolas más sostenibles y a la búsqueda de herramientas y de soluciones que ayuden a los cultivos a afrontar condiciones ambientales adversas”, indicó Fernanda Leggio, técnica de la sección Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc). Dijo esto durante una capacitación sobre alternativas para la fertilización nitrogenada en caña de azúcar, al mostrar los resultados de las experiencias realizadas con el uso de dos bioestimulantes comerciales en este cultivo.

Los bioestimulantes son sustancias capaces de mejorar o de eficientizar los procesos metabólicos de las plantas, mediante una mejor absorción y asimilación de nutrientes, una mejor tolerancia y recuperación ante una situación de estrés, y la mejora de algunas características agronómicas.

Los ensayos aludidos por Leggio se basaron, principalmente, en la evaluación de dos productos bioestimulantes, sobre su efecto en el rendimiento cultural de los cañaverales. “Las alternativas de uso fueron como fertilizantes en caña planta, como complementos de la fertilización nitrogenada y sobre su uso como recuperador de estrés hídrico. Los resultados permitieron recomendar su uso en caña planta con resultados similares a los obtenidos actualmente con el uso de biofertilizantes”, dijo.

Añadió que, además, demostraron un comportamiento muy positivo cuando fueron utilizados como complemento de los fertilizantes nitrogenados sintéticos -disminuyendo la dosis a la mitad-.

La caña de azúcar es un cultivo con grandes requerimientos de agua, pero de diferentes magnitudes según las fases fenológicas del cultivo. La fase de mayor requerimiento hídrico es la que coincide con el período de gran crecimiento -de diciembre a marzo-, cuando se define la población final de tallos por unidad de superficie. Un período de déficit hídrico en esta etapa puede traducirse en pérdidas significativas. Otro momento clave se da durante las fases de emergencia e inicio del macollaje -entre septiembre y octubre-, cuando las primaveras secas pueden provocar un retraso en el desarrollo fenológico del cultivo lo que afectaría también el rendimiento cultural.

“Ante estos dos escenarios de condiciones de estrés, ambos bioestimulantes lograron recuperar el cultivo, que alcanzó un mejor desarrollo y producción final. Este comportamiento se debería a una mejora en la actividad de los procesos fisiológicos en estos períodos de alta demanda metabólica”, contó. Destacó que ninguno de los productos afectó negativamente el rendimiento fabril y por ende, la producción final de azúcar.

Concluyó que el uso de este tipo de productos se vuelve una alternativa de fertilización en caña planta, una técnica más sostenible al usarse como complemento de los fertilizantes sintéticos, y una herramienta para ser usada como recuperadora ante condiciones de estrés hídrico.

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