Presentan “Querido Eichmann”, de Marcos Rosenzvaig

Presentan “Querido Eichmann”, de Marcos Rosenzvaig

Se trata de una ficción basada en la época en que el jerarca nazi vivió en nuestra provincia.

EL AUTOR. Marcos Rosenzvaig se pone “en la mente del monstruo”. EL AUTOR. Marcos Rosenzvaig se pone “en la mente del monstruo”.
20 Octubre 2021

Hoy a las 19, en la Casa Museo Sucar (Salta 532), el Centro de Investigaciones Tucumán de la Fundación Federalismo y Libertad presentará la novela de Marcos Rosenzvaig “Querido Eichmann”. El evento, auspiciado por la Municipalidad, es de entrada libre y gratuita.

Rosenzvaig construye una ficción alucinada sobre el período en el que el jerarca nazi Adolf Eichmann trabajó y vivió en Tucumán. En 1950, recién llegado a la Argentina luego de haber huido de un centro de detención de Europa, Eichmann -uno de los máximos responsables de la “solución final”, es decir la matanza de 6 millones de judíos- se traslada a Tucumán. Viaja contratado por una empresa alemana para desempeñarse como hidrólogo en la construcción de una futura represa, que nunca pudo concluirse. Su nueva identidad es Ricardo Klement, y su rostro es el mismo, ya que se ha ocupado de hacer desaparecer todas sus fotografías.

Con las herramientas de la novela histórica, el autor se mete en la mente del monstruo y narra en primera persona ese periodo desconocido de la vida del criminal nazi.

Como si fuera una pesadilla emanada de la mente de Eichmann, la novela convoca los espíritus de los judíos asesinados, a los que trata de ahuyentar con planes desbocados para construir un cuarto Reich en Tucumán, con sus cómplices locales. Desfilan presencias extraterrestres, proyectos de rescatar a Adolfo Hitler escondido en la Patagonia, limpiezas étnicas en el norte argentino. Y a medida que crece la irracionalidad de sus proyectos, se desarrolla el inquietante vínculo con la preadolescente Cecilia, hija del ingeniero que dirige la obra, y alter ego de su hermana Irmgard, que desde la infancia lejana sigue escribiéndole con tinta invisible las dos palabras que sellaron su destino: “Querido Eichmann”.

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