Un hombre se encuentra en grave estado después de pelear por una infracción de tránsito

Un hombre se encuentra en grave estado después de pelear por una infracción de tránsito

La persona, de 63 años, fue operada luego de haber recibido una patada por parte de un motociclista que pasó un semáforo en rojo. El agresor dijo que el hijo del herido lo insultó primero.

La jueza López cuestionó una idea del defensor oficial. La jueza López cuestionó una idea del defensor oficial.

Un hombre de 63 años se encuentra en gravísimo estado después de haber recibido una patada en el rostro durante una pelea por una infracción de tránsito registrada en la avenida Presidente Perón, Yerba Buena. Al agresor, de 27 años, se le dictó la prisión preventiva por 60 días.

El sábado, pasadas las 23, Patricio Scida (19) esperaba cruzar la arteria en la intersección de esa avenida y calle Las Rosas, donde hay un complejo de semáforos. En ese momento, el motociclista Ángel Ismael Cativa, que circulaba junto a su pareja Samanta Escacena, pasó en rojo. El joven lo insultó y el motociclista retornó. Comenzaron a discutir y después se tomaron a golpes de puño.

Julio Rubén Scida, que esperaba a su hijo a bordo de una camioneta VW Amarok, al observar lo que estaba sucediendo, también se sumó a la pelea. “Fue una cosa de locos ver cómo se pegaba esa gente. El hombre mayor lo tenía sucio al joven, mientras que la novia del motociclista, le pegaba al adolescente con un casco rojo. El chango se defendió y le aplicó un golpe de puño a la chica que la dejó tirada en la avenida”, indicó Julio Díaz, testigo presencial del hecho.

Patada y caída

Era tan grave el incidente, que los guardias de los countries que están en esa esquina intervinieron separando a las dos partes. Mientras tenían sujetado a Cativa, Julio Scida fue a buscarlo, pero lo recibió aplicándole una patada en el rostro. El agredido cayó pesadamente al suelo. Fue derivado al hospital Padilla donde le diagnosticaron que tenía un traumatismo encéfalo craneano que le había generado un coágulo que ponía en peligro su vida. Lo derivaron a un sanatorio privado donde fue intervenido quirúrgicamente durante cuatro horas. Superó la operación, pero su estado sigue siendo grave.

Cativa y Escacena fueron trasladados a la comisaría de Yerba Buena. De allí fueron trasladados para ser atendidos por las lesiones que habían sufrido. Él tenía un corte en el rostro; ella, una lesión en la mano. Los funcionarios de la fiscalía de Graves Atentados contra las Personas dispusieron que ambos quedaran demorados, pero después de constatar las lesiones, sólo dispusieron de la aprehensión del joven.

La audiencia

El debate desarrollado por este caso tuvo un alto voltaje. En primer lugar, por pedido del defensor oficial, Gustavo Estofán, se declaró ilegal la aprehensión porque estuvo demorado 10 horas hasta tanto se resolvió su situación. El auxiliar fiscal Gonzalo Zavalía, por expreso pedido del fiscal Pedro Gallo, lo acusó de lesiones graves y pidió que se le dictara la prisión preventiva por nueve meses.

Por esquivar el control

Cativa, que trabaja para una empresa de transporte y es técnico instrumentista, no negó ninguno de los hechos que se habían ventilado en la audiencia. Reconoció que había pasado el semáforo en rojo porque se dio cuenta que había un control y que sólo llevaban un casco. También dijo haber agredido a los Scida.

“Ese chico, cuando pasé el semáforo en rojo, me gritó hijo de puta. No entiendo por qué lo hizo si él estaba en la platabanda”, explicó. “Paré la moto y le pregunté: ‘¿qué me dijiste?’ ‘¡Que sos un negro hijo de puta!’. Insistí y me volvió decir negro hijo de puta. Y ahí comenzamos a pelear”, añadió con total franqueza.

Cativa relató que después vino el padre del joven y comenzó a atacarlo. “Ahí se metió mi pareja e intentó defenderme. El más joven le pegó una piña a mi mujer que la tiró al suelo. Luego llegaron los guardias y nos separaron. El chango se fue a la camioneta y le decía que terminara, que ya estaba. Pero él, al aprovechar que los de seguridad me soltaron, se me vino al humo. Ahí le tiré una patada que le dio en la cara. Sólo estaba defendiéndome”, resumió.

“No soy una persona violenta. Sólo reaccioné así porque me puse mal por lo que le hicieron a mi pareja. Si no me hubieran insultado, nada de esto hubiera pasado”, explicó Cativa. El testimonio no fue desmentido por Patricio Scida. “Lo único que puedo decir es que mi papá está peleando por su vida en estos momentos”, señaló.

El defensor rechazó la acusación del fiscal; dijo que no correspondía que se le dictara la prisión preventiva y solicitó que se disponga su inmediata libertad. “Hay que ser sinceros, aquí está sentado el motociclista acusado de agresión, no así el dueño de la camioneta que también lesionó a él y a su pareja”, dijo Estofán.

La jueza Juana López aceptó la acusación en contra de Cativa; ordenó que siga detenido, pero por dos meses y no por tres, como había solicitado Zavalía. Pero antes de terminar la audiencia le dijo al defensor: “me gustaría aclararle que este señor no está aquí por ser un motociclista y el otro no está por ser dueño de una camioneta. Está aquí porque agredió a una persona y su estado es grave. Hay que trabajar en serio para acabar con estos hechos de violencia”.

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