Los sí y los no del regreso del público a los estadios

Los sí y los no del regreso del público a los estadios

La batería de habilitaciones que decidió el Gobierno nacional para esta etapa de la pandemia (la cual -se sostiene-, está cediendo en sus efectos), le tocó esta vez al fútbol. El regreso del público a los estadios se fue demorando por obvias razones. Finalmente se dio y tuvo ayer en Tucumán su primera experiencia, con el partido que jugó Atlético con San Lorenzo en el Monumental. En una etapa de puesta en escena de las nuevas disposiciones, queda claro que todo es perfectible, porque hay cosas que se hicieron bien, y otras que no.

Vale hacer un repaso de cómo fue la previa a este fin de semana de fútbol. Una vez que se hizo el anuncio del Decreto de Necesidad y Urgencia -que produjo no pocos nervios y un estado de incertidumbre en la dirigencia por la demora en ser dado a conocer-, cada club puso manos a la obra en el esquema que se había armado para que los hinchas puedan volver. Tanto lo que pasó con la gente de Atlético, como la que está pasando con la de San Martín, se anota en la balanza de lo bueno. Los “Decanos” sólo habilitaron a sus socios para ir a la cancha y los trámites se circunscribieron a ponerse al día con las cuotas. Por su lado, los “Santos” sí dejaron un espacio para los sectores populares. En ambos casos, todo se hizo con corrección, sin amontonamientos, ni improvisaciones, lo cual habla bien del esquema que cada club dispuso para la ocasión.

Yendo al juego de ayer en 25 de Mayo y Chile, se notó en general un correcto comportamiento de la gente en la previa, y durante el partido. Sí hubo algunos grupos que, pese a los lineamientos de cuidado personal que se pidieron, hicieron caso omiso a estos. Así, hicieron lo habitual en la previa del ingreso a una cancha, reuniéndose sin tomar los recaudos del caso que impone una pandemia que todavía no ha pasado, ni mucho menos.

La Policía y la gente del club fue ágil en el pedido de la aplicación o de la certificación en papel para comprobar si cada fanático contaba con al menos una dosis de vacuna. Pero hubo demora en abrir las puertas del estadio. Un detalle a tomar en cuenta, sobre todo para el partido de mañana de San Martín: quienes ayer fueron temprano al Monumental, se encontraron con que las vallas de control no estaban puestas. En consecuencia, nadie los controló. Por otro lado, hubo quienes también manifestaron que la dirigencia debería contemplar más facilidades para que otros hinchas puedan ingresar. Esto, se sabe, por ahora no es posible, dada la situación de prueba a que fue sometido este regreso de las hinchadas. Bueno sería ver que mañana, en La Ciudadela, el estado de las cosas que en general se dieron en el “José Fierro” se repitan. Que los excesos del pasado no reaparezcan. Que lo que se logró ganar se quede, para el disfrute de quienes tienen en el fútbol un modo de vida.

Es bueno entender que esta no una carrera por determinar quién es el más atrevido. Ni siquiera se trata de una competencia que mide pasión y sentimiento. En esta etapa de nuestras vidas, en la que recién estamos pudiendo volver a los hábitos que supimos tener antes de que la covid-19 alterara al mundo, cada conquista que se consiga debe ser celebrado con la responsabilidad que el caso requiere. Las tribunas de un estadio son lugares donde, además de alentar a los colores favoritos, uno puede reencontrarse con los afectos, salir de la rutina, olvidar aunque sea por un rato los problemas que se pueda llegar a tener. Por eso, haber recuperado esa parte de nuestras vidas requiere de un compromiso de todos. Ese que, al menos durante los días previos y en este fin de semana, pudo verse plasmado en buena medida en Tucumán.

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