“En 2020 hubo enseñanza sin aprendizaje”

“En 2020 hubo enseñanza sin aprendizaje”

Un proyecto de apoyo escolar para chicos de Yerba Buena devela los desastres en educación que nos dejó la pandemia. Jornadas sabatinas

LA BURBUJA DE LA PRIMARIA. Alumnos de distintos grados y de diferentes escuelas concurren a las clases de apoyo de la escuela municipal. LA BURBUJA DE LA PRIMARIA. Alumnos de distintos grados y de diferentes escuelas concurren a las clases de apoyo de la escuela municipal.

No hay que hacerle caso a Joan Manuel Serrat; en la escuela postpandémica es triste la verdad, pero tiene remedio. Es tiempo de recorrer los campos de batalla y rescatar a los heridos. Hacer un diagnóstico profundo - y real - de los daños pedagógicos que nos dejó la pandemia, tras su paso o, quizás, su tregua. La escuela no debe quedar herida de muerte.

Con ese criterio, la municipalidad de Yerba Buena tuvo el sábado su primera jornada de apoyo escolar para todos los chicos del municipio, de escuelas estatales y privadas, y de niveles primario y secundario. Las inscripciones superaron las expectativas. Unos 80 chicos se animaron a despegarse de las sábanas el sábado temprano para estar a las 9 en la escuela municipal Petrona de Adami, hasta el mediodía.

Franco Roldán, papá de Abril Mora Valentina, que va a 6° grado, no deja de sorprenderse. “No sé si ella antes de la pandemia hubiera aceptado ir a clase un día sábado, no creo, pero ahora la veo feliz. Todo es gratis y ayuda sobre todo a madres solteras que no pueden pagar una maestra particular”, dice.

“Para nosotros, los papás, esta actividad de los sábados es muy importante porque 2020 fue un año perdido, la mayoría no tenía computadora para asistir a las clases virtuales. Esto está bien organizado, el ambiente es lindo, muy limpito, los pupitres están bien separados y las profesoras son muy buenas”, confiesa.

El programa de Fortalecimiento Educativo Municipal tiene como objetivo la recuperación de los aprendizajes no consolidados durante la pandemia. “Luego de transitar 2020 y 2021 nos dimos cuenta de que no alcanza la sola presencialidad de los alumnos en el aula para ponerse al día con los conocimientos. Es mucho lo que se ha perdido. Y nos dimos cuenta de esto desde que comenzamos con la primera escuela de verano en enero, recuerdo que fue la primera en la provincia en volver a la presencialidad”, recuerda la directora de Educación municipal Victoria Desjardins.

“En vista de la gran necesidad de apoyo escolar decidimos abrir la escuela de invierno Recre-Arte en julio. Comprobamos que este espacio es muy bueno no solo desde el punto de vista de los conocimientos -recordemos que los contenidos se redujeron a lo indispensable en las escuelas- sino del contacto con los pares. Los chicos aquí aprenden a cumplir con las consignas y las tareas, a respetar horarios y a aprender de sus pares”, remarca.

En el transcurso de esas tres experiencias la municipalidad fue evaluando a los alumnos para saber cuáles eran las necesidades pedagógicas reales. Lo que encontraron fue devastador. Matías Montenegro, coordinador de las actividades, devela que el 70% de los chicos (sobre un total de 80 diagnosticados) no comprende las consignas que se le presentan ni puede trabajar en forma autónoma. El 45% presenta mucha dificultad en la lectoescritura.

Andrea Paolini, una de las docentes que trabaja en el programa, observa alarmada la falta de alfabetización casi total de los chicos de 1° a 3° grado. Pero entiende que esto no es solo producto de la pandemia, “partimos de una situación de vulnerabilidad social muy grande. Hay padres que no saben leer ni escribir y no pueden enseñarle a sus hijos. Pero lo peor es que hay docentes que no estaban capacitados para la virtualidad. Por eso, a pesar de todo el esfuerzo que pusieron los docentes en hacer su tarea lo mejor posible, se dieron muchas actividades que no conducían al aprendizaje, que eran vacías de contenido, y los chicos no aprendían nada. Es decir, que hubo una enseñanza sin aprendizaje”, lamenta la profesora de educación primaria.

A partir de todo ese diagnóstico el equipo diseñó los dispositivos de acción pedagógico, en especial, para niños y jóvenes que requieren ser revinculados con la escuela. De allí las dramáticas cifras del estudio evaluativo.

Alejandro Alfaro, profesor de matemática, admite que es imposible aprender su materia con un PDF bajado al celular. Por lo tanto el que no pudo acceder a la virtualidad no pudo aprender, sintetiza. Según la docente Daniela Monserrat, estas jornadas sabatinas no sólo pretenden recuperar contenidos, sino también hábitos para poder reencontrarse mejor posicionados con una escuela que ya no es la misma, pero es la que debemos reconstruir de sus cenizas.

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