En la Argentina, el 22% de los muertos viales son transeúntes

En la Argentina, el 22% de los muertos viales son transeúntes

Se celebra hoy el Día Mundial del Peatón. Según un funcionario municipal ha mejorado la conducta del caminante tucumano. La violencia del cordobés.

EN LA VÍA PUBLICA. Si bien la mayoría de las sendas están borradas, no todos los transeúntes cruzan por la esquina, sino por mitad de cuadra o lo hacen conversando, confiando en que tienen paso. EN LA VÍA PUBLICA. Si bien la mayoría de las sendas están borradas, no todos los transeúntes cruzan por la esquina, sino por mitad de cuadra o lo hacen conversando, confiando en que tienen paso. LA GACETA / DIEGO ARÁOZ

“¡Eh, pedazo de bol… qué no ves que está en verde el semáforo!” “¡Animal! ¿No ves que estoy cruzando? ¡Yo tengo la prioridad! ¡Enterate!” Estas y otras expresiones más subidas de tono se escuchan a diario en la vía pública y tienen por protagonistas al conductor y al transeúnte. Aunque ser caminante urbano también tiene sus bondades: “la calle atronadora aullaba en torno mío. Alta, esbelta, enlutada, con un dolor de reina una dama pasó, que con gesto fastuoso, recogía, oscilantes, las vueltas de sus velos, agilísima y noble, con dos piernas marmóreas...”, escribió hace más de 150 años el poeta francés Charles Baudelaire. Menos afortunada fue Bridget Driscoll, una ciudadana de Londres, que en 1897 murió atropellada por un vehículo a motor. Para evocar este penoso episodio y con el objetivo de concientizar a la ciudadanía, la Organización Mundial de la Salud instauró el 17 de agosto como el Día Mundial del Peatón.

De acuerdo con una reciente estadística de la ONG Luchemos por la Vida, se estima que en el país, el 22% de las víctimas mortales son peatones, y en ciudades populosas como Buenos Aires, superan el 33%. Los transeúntes son el colectivo más indefenso y constituyen la cuarta parte de los muertos en el mundo. No se han divulgado muestreos sobre este asunto en Tucumán, pero conocido es el desapego a las normas de nuestros comprovincianos, especialmente las viales y en general, los caminantes no se sienten respetados por los conductores de vehículos.

Los caminantes y los especialistas viales: “me pone nerviosa”

“Siempre soy cuidadosa para cruzar. Me pone nerviosa que cuando lo estoy haciendo, producen la aceleración de los motores de sus vehículos y me da la impresión de que ya se me vienen encima, entonces me apuro para llegar a la vereda”, dice Eugenia Agüero, maestra jubilada. Lucrecia Pinto, jubilada de 82 años, comparte esa sensación de descortesía automovilística y colectivera, pero “más problema me causan las veredas rotas y la suciedad; la Municipalidad tendría que hacer algo”. Una joven tucumana que estudia crítica de arte en Buenos Aires, afirma que el transeúnte es un poco más respetado en esa capital. “Me siento más segura acá porque hay más controles, más plata y más cámaras, aunque hay que tener cuidado en las bicisendas de no ser atropellada. En Tucumán, siento temor por los motoarrebatos, algo que no me sucede en CABA. Cruzar una avenida ancha como la Rivadavia por la mitad de cuadra es peligroso, me acostumbré a hacerlo por la esquina”, dice Julieta Ordimán. Pero todo anverso tiene su reverso. “Algunos no dan bola cuando vas a dar un giro, ellos tienen que ver el semáforo, sé que el peatón tiene prioridad, en general no tengo reclamos contra ellos, por ahí se cruzan como si no hubiera nadie. Somos más irrespetuosos los conductores que los peatones, muchas veces cometo infracciones como estacionar en doble fila y mi hija me reta”, relata Gladys, 62 años, profesora jubilada.  

El celular, un peligro

Alberto Gasparini, capacitador de Luchemos por la Vida, señala que hay un problema de concentración de personas y autos en un mismo lugar, que se produce en las grandes capitales y en Tucumán también. “Me imagino que allí hay más accidentes en el centro que en la periferia, respecto a peatones. Con el asunto de la pandemia, en la que se está trabajando de manera virtual, uno ve mucha gente en la calle todo el tiempo con el teléfono, incluso yo voy por las bicisendas -no hay muchas- y veo gente hablando por teléfono que a veces pierde el control de la bicicleta y ni hablar de los peatones. El celular ha sido una de las causas de los accidentes de tránsito. Con la pandemia parece que la gente está un poco más rebelde, más trastornada. Estoy medio desalentado. Espero que todo esto pase”, comenta.  
El docente comenta que cuando ve que un chico que va con su mamá, tira el papel del alfajor en la vereda, “ahí estamos fallando, es un indicio de la falta de respeto por el otro, alguien tiene que levantar al papel, lo lógico no es poner más barrenderos, si no, tirar menos papeles. También están los malos ejemplos de los gobernantes -no solo de este gobierno- que no respetan las normas que ellos mismos dictan, gente del gobierno que va en el auto sin el cinturón de seguridad… la gente ve esos malos ejemplos y lamentablemente, cree que al no hacerlo es una revancha, pero no se da cuenta que al no ponerse el cinturón está peligrando su propia vida. Cuando hablamos de 21 muertos por día y 7.000 por año, parece que fuera una estadística muy fría, pero si se muere alguien de mi familia en un accidente, no es un dato estadístico, es una realidad y un drama”, asevera.

En su opinión, como consecuencia de una política de Estado, hay países que han mejorado la seguridad vial, como España. “El gobierno se involucró, no solo es cuestión de controlar, sino hay que educar, concientizar, la infraestructura vial tiene que estar perfecta para que acompañe la educación y las campañas. También está otro tema, queremos que controlen, pero cuando lo hacen con nosotros, no nos gusta, es complejo el tema”, asegura.

No es el paraíso

Todo indica que La Docta no es el paraíso soñado por un peatón. Alicia del Castaño, docente técnica en Educación Vial y una de las responsables del Manual del Peatón, dirigido a los niños, sostiene que aún no existe la decisión política en el país para la creación de la carrera de docente en educación vial: “la tecnicatura que diseñé fue en seguridad vial para que los chicos pudieran hacer un año de formación pedagógica y salir como educadores viales de derecho”. En su mirada, el cordobés de la capital es “muy violento, te tira el auto encima, no hay forma de que el peatón pueda ejercer su derecho de paso, sobre todo en las calles que son corredores de líneas de colectivo. Te insultan, te tocan bocina y a nosotras nos mandan a lavar los platos. El del interior es muy distinto, la velocidad es otra, la gente se conoce y aun existiendo violación de la norma, hay como una camaradería, hay otro registro de la presencia del prójimo”.  

Del Castaño explica que el peatón es el sujeto más vulnerable de la infraestructura vial y lamentablemente es sobre quien menos políticas existen. “En la Ciudad Universitaria, se iban a hacer los pasos peatonales como lomos de burro para inducir al conductor a que baje la velocidad para cuidar el tren delantero. Cuando el labrado de actas y el cobro de multas no alcanzan, entonces el Estado tiene que buscar que se baje la velocidad generando lomos de burro. Ya que no cuidan la vida de la gente, por lo menos, cuiden el tren delantero de su vehículo, es lamentable, pero es así. Por el lomo de burro, frenan, pero por un grupo de escolares, no. Ese es el conductor que tenemos”, indica.

Nacida en Santa Rosa de la Pampa y radicada en Córdoba, la docente apunta que el transeúnte no tiene una disciplina, pero tampoco tiene un Estado que le enseñe por dónde cruzar. “No le enseñan en la escuela ni sus padres. La indisciplina no solo forma parte del Gobierno que no enseña a través del sistema educativo, sino que las docentes se cubren diciendo que no les da puntaje y que es otra cosa más que tienen que enseñar. En un momento, Córdoba fue la ciudad en el país que más muertos por atropello tenía. No hay normas que hagan cumplir la prioridad del peatón”, agrega.  

“Ha mejorado la conducta”

Hace pocos años, la Municipalidad de San Miguel de Tucumán inició una campaña para disciplinar al transeúnte. “Ha mejorado bastante la conducta del peatón. Hace cinco años prácticamente no había conducta vial por parte del peatón, era de un 35%, ahora hay un 75% que mejoró su conducta en cuanto al cruce por sendas peatonales y por las esquinas. El automovilista también ha empezado a respetar al peatón. Tenemos 300.000 peatones circulando por San Miguel de Tucumán entre las cuatro avenidas, el volumen es bastante importante”, afirma Enrique Romero, subsecretario municipal de Tránsito.

El funcionario asevera que el conductor está en un proceso de desculturalización, entonces “el tipo es omnipotente a la hora de manejar en la calle. Tanto la moto como el auto, la camioneta, el colectivero o el taxista, creen que pueden hacer lo que se les da la gana en la calle. Con el auto pedagógico y el megáfono mejoró la conducta del peatón. Lo seguimos haciendo ahora en la periferia”.  

Romero sostiene que el hecho de que la mayoría de las sendas peatonales están borradas y casi nadie las respeta, no implica que el peatón no cruce por la esquina. “La ley indica perfectamente las prioridades del peatón y obliga al automovilista a respetarlas, lo que pasa es que acá no lo hacemos”, comenta. ¿Debería haber sanción? “La observación de la sanción se genera a partir de un accidente, si usted golpea a un peatón. No tenemos estadísticas de peatones muertos en accidentes. En las avenidas hemos puesto para avalanchas en las platabandas para que la gente no cruce por ahí, en algunas como la Terán o la Soldati. En esta última nos han sacado una para avalancha frente a los hoteles. En avenidas como la Sarmiento que tiene platabanda alta, es peligroso cruzar a mitad de calzada porque a partir de la Esquina Norte los vehículos empiezan a tomar velocidad por la onda verde, que está calibrada a 60 km/h y un vehículo necesita 30 metros para frenar”, explica.

La luz roja

¿Y los ciclistas que son generalmente muy transgresores? “Estamos empezando a ver cómo los controlamos, el ciclista no respeta ninguna norma de tránsito, igual que las motos. El 100% de las motos viola la luz roja en algún punto de su trayecto y el 27% de los autos, lo mismo. Ahí el peatón no sabe cómo resolver su tema cuando está cruzando y una moto viola la luz roja”, afirma.  ¿Cómo se soluciona esta falta de respeto por el otro? “Con educación y prevención vial que es lo que no hace el gobierno provincial que debería enseñar, de acuerdo con la ley 24449 y sus modificatorias, desde el preescolar hasta el nivel terciario y no lo hace”, añade Romero.

EXTRACTO DEL “MANUAL DEL PEATÓN” PARA NIÑOS

Por la docente Alicia del Castaño y el comisario Horacio Martínez (Córdoba 2012)

* Cuando transitamos por el barrio, por la ciudad, tenemos que considerar que estamos con otras personas que también lo hacen de distintas formas, unos como peatones y otros como conductores.

* Peatón es la persona que transita a pie, empuja o arrastra un coche de niño o de minusválido o cualquier otro vehículo sin motor de pequeñas dimensiones, quienes llevan a pie una bicicleta o ciclomotor de dos ruedas, los minusválidos que circulan en una silla de ruedas y las bicicletas que conducen por menores de diez años.

* Debemos reconocer las distintas partes de la vía para saber cómo y por donde debemos transitar.

* Para convivir y compartir los distintos espacios de la vía pública, existen las señales de tránsito y las normas de comportamiento vial que juntas (señales + normas) forman las reglas del juego que hay que cumplir para transitar con seguridad.

* En este manual se encuentran las normas que los peatones deben conocer y cumplir. Además, hay información muy importante para compartir con las personas que viven con vos.

* Los mayores (familiares y docentes) deben acompañar al escolar, en la lectura del presente manual enseñando hábitos seguros para que los niños puedan prevenir riesgos y transitar más seguros.

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