Tucumán Cine: el documental y las voces distintas dominaron la agenda

Tucumán Cine: el documental y las voces distintas dominaron la agenda

Esta noche a las 20 se conocerán los premios en el teatro San Martín. Una actividad presencial con la música de las películas de Fellini.

“EL CORAZÓN DEL BAÑADO”. La película del tucumano Gonzalo Saleme se hizo recorriendo el río Pilcomayo.  “EL CORAZÓN DEL BAÑADO”. La película del tucumano Gonzalo Saleme se hizo recorriendo el río Pilcomayo.

Importa mucho pensar que en los festivales no sólo interesa el resultado de las competencias y los premios, sino para qué sirven los encuentros. La directora Paula Hernández contó ayer en una entrevista a LA GACETA que la generación de un nuevo y fuerte cine argentino tiene mucho que ver con la realización de estos eventos y el trabajo de las escuelas de cine desde hace años.

Por eso no puede soslayarse la opinión de los jurados que son quienes tuvieron una relación particular con esas obras. El contexto es la finalización del Tucumán Cine Gerardo Vallejo. El encuentro organizado por el Ente Cultural tendrá su cierre de gala presencial a las 20 en el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601), donde se anunciarán los premios con sus cuatro competencias (una de ellas, internacional). Además, la Banda Sinfónica de la Provincia rendirá un homenaje a Federico Fellini con temas de sus películas más famosas, compuestos por Nino Rota.

“Lo que más me interesa de este tipo de convocatorias es tener la posibilidad de ver películas a las que no tendría acceso de otro modo. Me queda un panorama de lo que se está haciendo, sobre todo de primeras obras, es como una foto de lo que hay y de lo que se viene”, respondió la actriz Valentina Bassi a LA GACETA.

“Fue muy ecléctico y predominó el documental. Me interesó mucho ver diferentes miradas de distintos temas. Fueron propuestas muy interesantes. Muy personales, vi un sesgo de autor que me gustó de cada película. Ese interés de contar una historia desde el punto de vista personal; la mirada propia”, precisó.

Para Agustín Toscano, otro de los jueces, lo mejor es la pluralidad de voces, la cantidad y variedad de regiones del continente que aportan sus historias, y en el caso del cine nacional, la equidad de género y la impronta federal en la curaduría de la muestra. “La propuesta que más me interesó explora el material de archivo (propio y ajeno) construyendo un relato autobiográfico, tan intenso en lo personal como en lo político. Es cine hecho en primera persona por una directora cordobesa (del interior de Córdoba)”, consigna.

Para Facundo Morales fue una experiencia nueva, y destaca lo importante para la industria de la continuidad de este tipo de evento, muy golpeada por la pandemia. “La selección de los 24 cortos fue buena, de mucha calidad. Había de todo, de varias provincias y de distintos géneros. Fue un poco difícil, pero no nos costó mucho ponernos de acuerdo. El criterio fue elegir el que más nos impactó, y el ganador es un justo ganador”, definió. Luego celebró que hubo muchas actividades durante el festival, variadas, entrevistas y charlas.

Bassi, Toscano y Rodrigo Díaz fueron jurados para las competencias de largometrajes latinoamericana y argentina (con premios de $200.000 y $100.000, respectivamente); Verónica Quiroga, Morales y Mariana Sena para cortos ($50.000); y Luciana Tagliaprieta, Yesica Praznik y Alejandro Gallo Bermúdez, para videoclips tucumanos ($25.000).

Crisis en el sector

Toscano abunda en la descripción de la situación: “algo está quieto en la industria del cine nacional. El poco cine argentino que se programó en el festival no se filmó en pandemia. De esta ola de películas las más interesantes son documentales. Obras que muchas veces supieron capitalizar el tiempo de retraso en estrenos y concreciones, propios de la época”, señala el director de “El motoarrebatador”.

“Lo que evidencian en conjunto es la crisis del sector. Ya estábamos en caída desde hace varios años. La covid terminó de ponerle una cinta de clausura a una cinematografía a la que ya se le había ido quitando presupuesto y poder político. Y lo que queda son películas de muy bajo presupuesto, de pocas semanas de rodaje, de poco valor de producción en las realizaciones; trabajos que apenas superan la hora, ideas resumidas en pocos trazos, como soporte de guiones muy buenos”, señaló críticamente.

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