19 Julio 2021
Ricardo Jaimes Freire, que se sentía orgulloso de ser boliviano naturalizado, escribió: “el pueblo con la planta del déspota en la nuca, muerde la tierra esclava con sus rabiosos dientes y tiñe, entretanto la sociedad caduca, con el sangriento rojo de todos los ponentes”. En Tucumán fue docente en la Escuela Normal y en la UNT, escritor, poeta, diplomático boliviano, con una intensa vida dedicada a la educación y la cultura latinoamericana. En San Andrés la escuela pública lleva su nombre. Mientras trabajé en esta escuela, todos los años se lo homenajeaba. Asistía el cónsul de Bolivia, con su música y una bandera nueva de Bolivia. Recuerdo una de sus frases: “el pueblo boliviano es revolucionario culturalmente y patriota”. El 9 de julio, el Presidente victimizó al pueblo boliviano por una supuesta intervención argentina, acusando a un ex presidente de traficante de armas y culpable de una masacre; de acuerdo con el ex presidente boliviano, que no asume que fue derrocado, no por esto sino por la condena de su propio pueblo que no aprobó su gestión. En el discurso, el Presidente actúa como abogado del ex presidente boliviano contra un ex presidente argentino, elegido por el pueblo en elecciones libres, más allá de supuestos errores. Actuó como un militante peronista en campaña por las próximas elecciones. ¿Qué tenía que ver Bolivia con el acto por la Declaración de la Independencia argentina? ¿Por qué lo aplaudió el Gobierno de Tucumán? ¿Si Bolivia tiene que hacer reclamos contra Argentina, no son otros los lugares donde debe presentar pruebas legítimas? ¿Un frustrado ex presidente boliviano es más valioso que un ex presidente argentino? ¿Todo vale? Victimizar al pueblo boliviano es desconocer la admiración que en Tucumán se tiene de ellos por su capacidad y tenacidad en las tareas agrícolas. Muchos políticos deben caminar con la cabeza gacha y no como Salieris de la política. El Presidente se acordó de atacar a un argentino, pero se olvidó de pedir perdón al pueblo argentino por todos los muertos que no se vacunaron por falta de tardía compra de vacunas; debe hacerse cargo de estos argentinos muertos por su culpa, de la inflación, del cepo a la educación, de liberar delincuentes condenados por la Justicia; por desconocer las libertades ciudadanas consagradas en la Constitución Argentina; por Formosa, por la corrupción de sus funcionarios VIP, por su propia impunidad. Le duele un hecho de la historia de Bolivia pero no le duelen las muertes por inseguridad y por inacción de su gobierno.
Elvira Arnedo
La Rioja 151
San Miguel de Tucumán
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