Reutemann, el “outsider” que no quiso pelear por la Presidencia

Reutemann, el “outsider” que no quiso pelear por la Presidencia

Carlos Reutemann se caracterizó por la austeridad en la gestión, por su frialdad y por la defensa del campo en tiempos kirchneristas.

UN HOMBRE DE POCAS PALABRAS. Carlos Reutemann fue gobernador de Santa Fe y terminó su carrera política en el Senado de la Nación. UN HOMBRE DE POCAS PALABRAS. Carlos Reutemann fue gobernador de Santa Fe y terminó su carrera política en el Senado de la Nación.

Hay dos anécdotas que recorren Santa Fe y que describen lo que ha sido Carlos Alberto Reutemann más allá del político. La primera se dio durante la campaña que lo llevó a gobernador de esa provincia. Asediado por la prensa para intentar sacarle declaraciones, “Lole” agarró su automóvil y salió por la ruta. En medio camino encontró a un coprovinciano varado al costado por desperfectos en su vehículo. Al ver el capot levantado, Reutemann se acercó e intentó ayudar a un sorprendido conductor. Detectó la falla y, en el siguiente pueblo, compró los repuestos y se los envió, como lo haría cualquier hombre de campo. La otra anécdota intentó desnudar que, detrás de la persona desconfiada y calculadora, había una persona con una fuerte empatía en la adversidad. Cuentas que, tras las inundaciones en la ciudad de Santa Fe del 29 de abril de 2003, por la crecida del Río Salado, “Lole” solía visitar las zonas, más allá de los cuestionamientos naturales de los afectados, y en una oportunidad se puso a tomar mate con una familia en el techo de una estación de servicios mientras escuchaba un rosario de quejas. Esas inundaciones fueron su karma.

Carlos Alberto Reutemann falleció ayer a los 79 años, después de una prolongada internación. El gobernador santafesino Omar Perotti decretó dos días de duelo por el deceso del senador nacional. Nacido en Santa Fe el 12 de abril de 1942, ingresó a la política a principios de la década de 1990. Siempre cultivó un perfil bajo. Pero, ¿qué representó “Lole” para la política argentina? El analista político Sergio Berensztein describió ante LA GACETA cuatro atributos que caracterizaron la carrera política del ex piloto de Fórmula Uno.

“Lole” entra a la política de la mano del PJ. De la mano de Carlos Saúl Menem, el peronismo de los 90 sale a buscar figuras nuevas frente al desgaste de la dirigencia ante un escenario de hiperinflación y de transición democrática que debilitó precisamente a los referentes nacionales. “Se trató de una búsqueda desenfrenada de candidatos competitivos frente a la frustración generalizada del electorado ante la carencia de figuras nuevas”, dice el politólogo. Menem siguió el mismo camino que otros países: el reclutamiento de los denominados “outsiders”. Berensztein enumera algunos casos del menemismo: además de Reutemann, que llegó a la gobernación de Santa Fe, la lista incluye al cantante Ramón Ortega, que gobernó Tucumán, y el del motonauta Daniel Scioli, hoy embajador argentino en Brasil. “Todos ellos aspiraron o flirtearon la idea de convertirse en presidenciables”, acota.

“Lole” y sus atributos como dirigente. Berensztein señala que Reutemann fue un gobernador que se caracterizó por la austeridad, “muy de la pampa gringa”. Por esa razón tuvo un innato rechazo al intervencionismo. “Pese a provenir de una familia suiza, fue un exponente de la pampa gringa, con una austeridad piamontesa de rechazo al fuerte gasto público”, describe el analista consultado por nuestro diario. Gobernó Santa Fe de esa forma, con la particular dosis de desconfianza, como una manera de marcar distancia de la política considerada tradicional. “Vi algo que no me gustó”, dijo sobre la política en 2002, una frase pronunciada en plena búsqueda de un presidenciable que alejó a Reutemann de la marquesina de los favoritos en tiempos de Eduardo Duhalde.

“Lole” como referente de la expresión del campo. Reutemann fue uno de los dirigentes políticos oficialistas que más distancia marcó respecto de la Resolución 125 de retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias. “Tuve una posición dura para defender a los productores y me enfrenté al kirchnerismo, pero defendí a los productores de Santa Fe”, dijo en una entrevista concedida en 2015. Por su manera de pensar y por su origen, estuvo del lado del campo en la batalla con el Gobierno. “Pero no fue un político que intentó capitalizar esa situación para sí, en tiempos en que muchos políticos y gracias a la política compraron campos”, señala Berensztein. Reutemann, añade, expresó, en buena medida, los valores y los principios de una persona que conocía, como pocos, el corazón agroindustrial de la Argentina; se ponía en los pies de aquellos que producían.

• “Lole” y la franqueza como su principal legado. Berensztein reconoce que, personalmente, esperaba mucho más de Reutemann como dirigente político. La franqueza era su principal legado y eso se describía en su mirada dura y fría. “Me quedé con las ganas de que Lole se jugara en una de las curvas e intentara llegar a una de las principales metas que puede aspirar un dirigente político: la Presidencia de la Nación”, remarca el politólogo. Nunca fue un político que se caracterizara de ganar como sea, una dimensión que sí pudo observarse en su mentor, Menem, o en otro ex presidente, Néstor Kirchner, por ejemplo. “Reutemann, como presidente de la Nación, le hubiera hecho muy bien a la Argentina, extrapolando con lo que fue como gobernador de Santa Fe”, señala. Berensztein explica su pensamiento: “Reutemann no perdió la dimensión humilde de decir de dónde venía; siempre buscó mantener los valores típicos del hombre del campo, cultivando la solidaridad, más allá de los cuestionamientos que pudieran realizarse a su gestión”.

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