04 Julio 2021
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“Instrumentar el sistema de Boleta Única de Papel equivaldría a que el Estado diese un paso más en el camino de otorgar a los comicios mayor autenticidad. Y lo que el Pacto de San José de Costa Rica pide, justamente, son elecciones genuinas y auténticas”. En esos términos dimensiona el constitucionalista Rodolfo Burgos la importancia de avanzar hacia la instrumentación de un régimen que reemplace la tradicional boleta partidaria, con el cual se vota prácticamente en todo el país desde el retorno de la democracia.
Justamente, el jurista puntualiza en diálogo con LA GACETA que, actualmente, Córdoba y Santa Fe votan con sistemas de boleta única. En el primer caso hay una papeleta para toda la oferta electora; en el caso santafesino hay una por cada categoría electoral.
“Reduce los costos referidos a la impresión de boletas y, sustancialmente, los costos de fiscalización de los comicios, que son muy difíciles de afrontar para los partidos chicos. Para los partidos grandes significa, a la vez, un sinceramiento en los gastos de la campaña, porque los fondos para pagarles a los fiscales no suelen ser declarados ante la autoridad electoral”, precisó.
Simultáneamente, el sistema de Boleta Única de Papel implicaría enormes beneficios para los electores. “El sistema presupone que a todas los ciudadanos les llegará la oferta electoral completa. Ya no debe entrar al cuarto oscuro a elegir de entre las boletas que encuentra sino que sólo debe marcar su preferencia de entre las diferentes categorías, porque todas las posibilidades ya están impresas en la papeleta que entrega el presidente de mesa. Eso, precisamente, supone un compromiso mayor del elector con su deber cívico”, contextualiza.
Burgos recordó, además, que en la actualidad la Boleta Única de Papel es empleada para que los argentinos voten en el extranjero. Y en Tucumán se utiliza en la actualidad para que sufraguen los detenidos que todavía no han recibido condena.
Según el pronunciamiento de la Red de Acción Política, que impulsa a nivel nacional la sanción en el Congreso del régimen de Boleta Única de Papel, sólo la Argentina junto con otros 15 países siguen usando el sistema actual de boleta partidaria.
Acuerdo e imposibilidad
Dadas las evidentes ventajas del sistema de Boleta Única de Papel, Burgos sostiene que lo único que resta es un acuerdo político del Gobierno y de la oposición para concretar un avance sustancial en materia de transparencia electoral.
El especialista hace hincapié, además, en que el empleo de una única boleta en papel es, también, una garantía para el control posterior de los comicios. Precisamente, recordó que durante el Gobierno de Cambiemos se manifestó la intención de impulsar la variante electrónica, o directamente el voto electrónico, pero que ese sistema ha generado reproches ya no sólo de los sectores políticos sino de los propios expertos en informática. En Alemania -explica- el sistema se abandonó porque el control de los resultados sólo podía recaer en ingenieros; y el Estado valoró que los resultados de los comicios deben estar al alcance del control de cualquier ciudadano. Eso, con la Boleta Único de Papel está garantizado, subraya el constitucionalista.
En contraste, Burgos lamenta que la instrumentación de un sistema que representaría un gran avance en materia nacional, en Tucumán sería impracticable de llevar a los comicios provinciales. “Ningún papel puede contener 100 ofertas electorales y en nuestra provincia, con el régimen de acoples, hay un centenar de partidos políticos”, consigna.
“El problema de Tucumán no está sólo en sistema electoral sino, sobre todo, en su sistema de partidos”, concluye.
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