Copa América: una loca serie de viajes y partidos

Copa América: una loca serie de viajes y partidos

El equipo de Scaloni tiene una maratón por delante.

DE CERCA. En entrenador del seleccionado, Lionel Scaloni, viene trabajando con los jugadores que eligió en Ezeiza. Ya tiene la lista copera, como así también el organigrama de actividades de los próximos días. DE CERCA. En entrenador del seleccionado, Lionel Scaloni, viene trabajando con los jugadores que eligió en Ezeiza. Ya tiene la lista copera, como así también el organigrama de actividades de los próximos días.

Hay singularidades que contiene la Copa América, que ya está confirmada para jugarse en Brasil. Una de ellas es que, entre el domingo (cuando viaje a Río de Janeiro) y el lunes 28 (cuando regrese de Cuiabá), el plantel de la Selección argentina de fútbol recorrerá en 16 días unos 13.000 kilómetros en avión para cumplir con la fase clasificatoria. Lógico, de avanzar a las rondas finales, habrá más kilometraje para sumar. Y cansancio, porque esto no se trata solamente de sentarse en una nave y ya. De los resultados dependerá con qué ánimo se lo neutralizará.

Argentina decidió no concentrarse en Brasil de forma permanente mientras dure el torneo. Para el partido del lunes ante Chile (comienza a las 18) en el “Nilton Santos” de Río de Janeiro, viajará desde Buenos Aires la noche anterior. Como no prevé entrenarse en suelo carioca, realizará una última práctica en Ezeiza el domingo por la mañana. A poco de terminado el partido, un vuelo charter traerá al plantel de regreso. Hablamos de unos 4.000 kilómetros en línea recta, y de unas cinco horas de vuelo, ida y vuelta, viajando a 800 kilómetros por hora.

Antes de volver a viajar, se entrenará en Ezeiza desde el martes al jueves. Y en este último día, a la noche, otra vez a preparar los bolsos para ir a Brasilia a jugar con Uruguay, el viernes desde las 21. Aquí sí habría una tregua en el tema del ida y vuelta. Se quedaría en la capital brasileña, porque el lunes 21 tendrá que presentarse allí ante Paraguay. Esa incursión de cuatro días le demandará unas seis horas en avión, para cubrir los casi 4.700 kilómetros.

De vuelta en Buenos Aires, tendrá casi una semana para trabajar en casa, porque en la fecha 4 quedará libre. El domingo 27, otra vez a subirse a un avión. Destino: Cuiabá, la capital del estado de Mato Grosso. El último rival de la fase de grupos será Bolivia, el lunes 28, en el Arena Pantanal. Para esa travesía, se necesitan unas tres horas y media entre ir y volver, con alrededor de 2.300 kilómetros para agregar.

Dependiendo, primero si clasifica, y después en qué posición, Argentina volvería a jugar, ahora en cuartos de final, entre el viernes 2 (en Goiania o Río) y el sábado 3 (en Brasilia o Goiania). Y, si llegara a semifinales, lo hará entre el lunes 5 y el martes 6 (en Río o Brasilia). A esa altura, quizás el DT Lionel Scaloni y su gente ya decida otra estrategia y tal vez esta sea concentrarse en territorio brasileño. Una eventual lucha por el tercer lugar, o una final, devolverá al seleccionado a la cancha el viernes 9 (en Brasilia) o el sábado 10 (en el Maracaná).

Esta maratón argentina que, en el mejor de los casos, durará 28 días, asoma casi como una extensión de la previa de esta loca Copa América, cuya realización pasó por las “mil y una”. Y nadie descarta que lo siga haciendo.

Se juega nomás

Seis de los 11 jueces del Supremo Tribunal Federal de Brasil votaron ayer a favor de la realización de la Copa América. Los magistrados tenían hasta ayer para votar de forma remota. Se necesitaban seis votos para dar el visto bueno, lo que finalmente ocurrió.

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