Los días que no van a las aulas los chicos estudian menos

Los días que no van a las aulas los chicos estudian menos

Según un informe del Observatorio Argentinos por la Educación la brecha tecnológica sigue abierta en educación.

A un año y tres meses del inicio de la escuela virtual en la Argentina, la brecha entre los chicos que pueden o no acceder a ella sigue abierta. Un estudio del Observatorio Argentinos por la Educación señala que una de cada cuatro familias no tiene internet ni computadora para estudiar en su casa. El panorama se mejoró con el formato híbrido (clases presenciales y virtuales) que adoptaron provincias como Tucumán. Sin embargo los chicos cuando no van a la escuela estudian menos de cuatro horas diarias, advierte el informe.

El estudio indica que las clases sincrónicas y las plataformas educativas fueron usadas en menos del 20% de las escuelas primarias estatales. Tucumán se encuentra dentro del 8% que utiliza la plataforma Google Classroom. Desde la Coordinación Digital del Ministerio de Educación se ofrece a las escuelas la posibilidad de utilizar Google Suite gratuita. Cada director gestiona la suite de Google para trabajar desde las escuelas. Esta aula virtual puede combinarse con otras plataformas educativas como Conectate con la Escuela, que es local, o Juana Manso, nacional.

Según el informe, el 19,6% de las escuelas utiliza clases sincrónicas por videollamadas (Zoom y Meet). En cambio, el envío de materiales impresos (34,1%) y de archivos digitales (28,8%) es lo más corriente en las clases no presenciales.

El informe se denomina “Vínculo educativo y experiencia pedagógica en la reapertura escolar”, y se realizó entre el 29 de marzo y el 18 de abril en todo el país. Sus autores son Melina Furman (Universidad de San Andrés), Víctor Volman y Federico Braga, del Observatorio Argentinos por la Educación.

Aprenden menos

Si bien el 85,5% de las familias consultadas participó de la escuela en vía remota, el 14,5% no tuvo continuidad pedagógica. El 52,7% no cree que sus hijos hayan tenido un buen aprendizaje el año pasado y consideran que en la modalidad presencial se aprende más. De hecho el 47,6% destinó apenas entre dos y cuatro horas diarias a estudiar, mientras que el 39% solo dos horas y 2,4% no dedica tiempo a tareas escolares en el hogar.

¿Vino para quedarse?

La gran pregunta es si este sistema bimodal vino para quedarse en la Argentina. Las instituciones educativas, poco a poco, van adquiriendo más destreza en su utilización y los docentes están cada vez más diestros en el manejo de las herramientas tecnológicas. Pero faltan recursos tecnológicos en los sectores más vulnerables.

De todos modos la consultora en evaluación educativa María Cortelezzi, reconoce que en la Argentina “la modalidad híbrida va impregnando las prácticas docentes, las experiencias de los estudiantes y la organización de los hogares. Un cuarto de los padres y madres esperan que en un escenario de vuelta a la normalidad, esta modalidad continúe”, destaca.

Sin embargo, tres de cada cuatro familias relevadas (74%) prefieren que cuando pase la pandemia la escolaridad vuelva a ser únicamente presencial. Solamente una de cada cuatro familias (24%) desea mantener un formato bimodal que alterne entre educación presencial y virtual. Es mínimo el porcentaje de familias que optarían por una educación únicamente virtual (2%).

Dos grandes desafíos

Al margen de que se trabaje con materiales impresos, por Whatsapp o con clases sincrónicas, para la pedagoga y presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos Irene Kit, “hay dos grandes desafíos para el sistema educativo: el primero es cómo lograr conectar con los intereses y motivaciones de los y las estudiantes para aprender. El segundo es cómo utilizar todos los recursos disponibles para ir dando devolución y retroalimentación a los y las estudiantes. Cada recurso presenta sus propias ventajas y dificultades para esta retroalimentación. Sin este diálogo entre docentes, estudiantes y familias, la cosecha será muy magra”, advierte.

El doctor en Educación Gerardo Adrián Suárez justifica la respuesta de las familias que prefieren la presencialidad completa en cómo se ha impuesto el modo virtual, “sin la decisión previa de sus actores principales (docentes y alumnos), ni el soporte tecnológico propio de la educación a distancia. Por eso, es lógico que las familias prefieran volver a la presencialidad”, opina.

Temas Coronavirus
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios