Enrique Piñeyro: "el avión está disponible para los vuelos que hagan falta"

Enrique Piñeyro: "el avión está disponible para los vuelos que hagan falta"

El actor y piloto de aviones trabaja desde España. le ofreció su avión a la Nación para ir a buscar vacunas.

Enrique Piñeyro: el avión está disponible para los vuelos que hagan falta

Su currículum es tan amplio como variado. Enrique Piñeyro se ha desempeñado como actor, productor y director de cine; guionista de teatro; piloto de aviación; médico aeronáutico e investigador de accidentes aéreos, entre otras muchas actividades. En 2014, antes de la pandemia por covid-19, estrenó en Argentina una obra de stand up que él mismo escribió y protagonizó: “Volar es humano. Aterrizar es divino”: “Extraño la actuación. Por suerte pudimos hacer unas funciones en noviembre pasado en Madrid; fue muy estimulante ver que todo seguía casi igual y se podía hacer teatro”, dijo en diálogo con LA GACETA desde la India, donde se encuentra realizando tareas humanitarias.

Italiano nacionalizado argentino, Piñeyro se encuentra “dando vueltas por el mundo”, tal como lo cuenta él mismo, y fijó su residencia actual en España. Desde ahí colabora actualmente con la organización Open Arms, una ONG española dedicada al rescate de las personas que intentan llegar a las costas europeas en el marco de la crisis migratoria en Europa. “Colaboré haciendo vuelos experimentales para poder ubicar la posición de los barcos y puedan asistir a los migrantes en tiempo y forma porque cuando te demorás el número de víctimas comienza a ascender”, cuenta indignado. “Es la peor tragedia porque demuestra el grado de insensibilidad al que hemos llegado. Europa estuvo rapiñando en África durante 500 años y no se hacen cargo de los tratados marítimos y de derechos humanos. Esta situación me shockea realmente, es una de las más brutales violaciones a los derechos humanos hoy”, explica y adelanta que compró un barco para poder colaborar con los salvatajes.

Dos de sus películas, “Whisky Romeo Zulu” (2004) y el documental “Fuerza aérea sociedad anónima” (2006), impactaron en la política aeronáutica argentina e influyeron para la creación, en 2007, de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), autoridad aeronáutica de la República Argentina. Este organismo descentralizado, dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación, regula y fiscaliza la aviación civil Argentina, funciones que cumplía el Comando de Regiones Aéreas de la Fuerza Aérea Argentina. “Ya tener una autoridad civil en eso está muy bien. Se descentralizaron los exámenes médicos, mejoró el inglés de los controladores. Hay mucho por hacer, pero claramente fue un cambio positivo lo que sucedió años atrás”, recuerda.

- ¿Cuál le parece que es la situación de Aerolíneas Argentinas?

Creo que ningún gobierno le hizo bien a Aerolíneas Argentinas. Mariano Recalde la usó como una especie de unidad básica. No estoy en contra de que la aerolínea de bandera tenga déficit, pero con lo que gastaron ahí podrías tener la flota de Emirates con el servicio de Lufthansa. Mucha plata de allí se fue al “fulbito” político.

Mauricio Macri directamente saboteó la aerolínea. La sacó a Isela Costantini, la primera manager profesional que llegaba a ocupar ese lugar, alguien que entendía del manejo de empresas de tecnología compleja. Era inédito y a la primera objeción que puso contra el delirio de las low cost le pegaron una patada. Pareciera que el objetivo era hundir aerolíneas, no rescatarla.

Macri ni hablar. Metió las low cost a las trompadas que ya habían quebrado antes de la pandemia como Norwegian Air Shuttle y Avianca. Antes, Fernando De La Rúa la había dejado morir, el riojano (Carlos Menem) la depredó.

- ¿Cuál sería la solución para tener una buena aerolínea de bandera?

Debería haber una gestión profesional, unificar la flota de aviones para que sean de un solo tipo. No importa que sean Airbus, Boeing. Por suerte se unificó ya Austral y Aerolíneas porque antes tenías todo diversificado: dos gerentes de mantenimiento, dos directores de personal, dos directivos. Después hay que multiplicar todo por las tres marcas diferentes de aviones. Lo que hay que hacer es racionalizar. Aprovechá que podés perder plata. No dejés que se caigan rutas como Nueva Zelanda, Sidney o algunas rutas europeas: abrí rutas, abrí negocios. Hacé rutas que beneficien a la economía aunque pierdas plata con los vuelos.

- Hace poco fue noticia por haber realizado el vuelo sin escalas más largo de la historia sobre un Boeing 787, ¿cómo fue esa experiencia?

Éramos toda una tripulación nueva y teníamos que volar como sectores, para familiarizarte con el avión. Éramos seis pilotos y lo que hicimos fue dar dos vueltas al mundo. Con ese avión es muy fácil, tiene una autonomía increíble. Tomamos a Ezeiza como antípoda para hacer el recorrido y fuimos a Seúl. Si te pasabas de Seúl, ya era más corto ir por el otro lado.

Lo planificamos bien y quisimos hacer directo. Los aviones suben 2.000 pies cada cuatro horas hasta llegar al nivel final de velocidad crucero. Nosotros hicimos ese ascenso de 100 pies cada diez minutos, es decir, más lento. Nos ahorramos mucho combustible y podríamos haber volado dos horas más. La meteorología estaba muy buena, el viento colaboró la mayor parte del trayecto porque fue viento de cola y con esos cruzamos bien. Realizamos el recorrido de 10.520 millas náuticas -19.483 kilómetros- entre Seúl y Buenos Aires, en un tiempo de 20 horas y 19 minutos.

- ¿Qué sucederá con los vuelos comerciales a nivel mundial, luego de la pandemia?

Es un golpe duro a la aviación mundial esto que está sucediendo. Ahora no está claro qué pasará pero si el mundo vuelve a la normalidad, la aviación también. Es difícil hacer predicciones. Los primeros vuelos que hicimos cruzando el Atlántico solos, es una escena que nunca te imaginás ver. Aterrizamos en Barajas y éramos el único avión en uno de los aeropuertos más grandes del mundo que tiene cuatro pistas simultáneas. Era un desierto total. En Ezeiza también. Cuando salimos no había nadie, era algo fantasmagórico.

Es muy triste, cuando estábamos en el segundo aeropuerto  de Dubai veíamos los Airbus a380, unos monstruos de 400 toneladas, todos estacionados, con el tren de aterrizaje envuelto en plástico y las ventanitas selladas con cintas de alta velocidad. Parecían ballenas encalladas en la costa, es deprimente.

Me apena mucho que los chicos de 18 a 20 años que están iniciando su carrera para volar, les va a costar mucho porque cuando todo se normalice, van a tener que competir con pilotos muy calificados que están sin trabajo y que volverán al ruedo. Habrá mucha competencia entre pilotos. ¡Con lo que nos gusta volar a los pilotos!

- ¿Cuál es la situación de la aviación a nivel mundial?

Los aeropuertos están muy bien, las comunicaciones hoy son increíbles, antes eran una pesadilla. Cuando volaba en LAPA era otra historia, todas las comunicaciones estaban llenas de ruidos. Hoy viajás en silencio, con conexión a internet. Mirás un monitor y podés ver a todos los aviones que están cruzando el océano junto con vos. No estás preocupado por el tráfico porque los aviones que ves están a 300 millas tuyas, no hay posibilidad de un cruce.

Hoy podés ver donde estás todo el tiempo. Cuando esquivás tormentas le podés decir al controlador exactamente cuánto te vas a desviar. Cambió todo mucho. En general la aviación en el mundo está muy bien, excepto en algunos países de África y Sudamérica.

- Hace poco sobrevoló la costa de Argentina y pudo filmar la flota pesquera extranjera en nuestras aguas territoriales, ¿qué sucedió con ese video?

En abril volamos a 5.000 pies sobre la flota pesquera extranjera que depreda nuestros mares y provoca desastres ecológicos. Estaban bien adentro de nuestras aguas territoriales y algunos periodistas salieron a decir cualquier cosa. Dijeron que había 30 barcos, y nosotros vimos más de 500.

Yo lo único que quise mostrar es que es insuficiente lo que se hace. Es un control que hay que hacer todos los días y promover la sanción. Sí acusaron recibo y pasaron algunas cosas como que cuestionaron un astillero que estaba en Chubut. Pero a lo que voy es que los aviones son herramientas de comunicación que muestran todo bajo otra luz. Una cosa es seguir esa información en la pantalla y otra sobrevolar sobre sus cabezas. Estuvimos 20 minutos ahí y era como sobrevolar la costa de Nueva York. Eso hace que el problema tome otra dimensión y consideración. No quiero embarcarme en una pelea política chiquita, no me interesa. Creo que mostramos un punto de visión inédito.

- ¿Ofreció su avión avión y pagar todos los gastos para traer vacunas al país?

Le hice la oferta a Cancillería y nos dijeron que la remitiéramos a Salud. Ahí nos contestaron en 24 horas diciendo que agradecían la iniciativa y que lo analizarían. Hoy te digo que hago la misma oferta a todas las provincias, porque pueden empezar a comprar por su cuenta las vacunas y no dependen de Nación. Independientemente del color político porque creo que no hay tiempo ni espacio para hacer política partidaria. El Gobierno Nacional debería convocar a todos independientemente de lo que pensemos para tratar de atenuar este pandemonio. Es una situación crítica. 40.000 casos nos tienen que hacer pensar y ponernos a hacer algo.

Hubo una campaña rara antes de que responda el gobierno. El avión está disponible no para un vuelo sino para los vuelos que hagan falta porque esos fondos que están usando en logística se pueden liberar para usarlos en atención: aumentar camas, comprar respiradores o invertir en personal de salud.

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