Por Fabio Ladetto
23 Abril 2021
“Reencuentro” es una palabra que transmite la esperanza de volver a verse cara a cara. Esa ilusión es la que llevará Grillo Córdoba esta noche al escenario de la Casa de la Cultura de Yerba Buena (Las Higueritas 1.850), cuando desde las 21 comience a hacer rodar tangos y milongas tras un año de silencio artístico y muchos proyectos pendientes.
El cantante reconoce estar “motivado de una forma particular para esta presentación, que me permite volver a la relación directa con el público, a sentir lo que produce ese feedback con el público en vivo”.
- ¿Cuáles son los compositores infaltables en tu repertorio?
- Generalmente lo varío entre lo clásico y lo nuevo; admiro a Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Enrique Cadícamo o los hermanos Expósito, pero también me gusta lo de compositores contemporáneos como Cacho Castaña, Juanca Tavera, Jorge Fiorio o nuestro Rubén Cruz. Tengo muchos referentes entre los cantantes, pero creo tener un estilo propio, por ahí parecido a la forma de cantar de mi viejo, quien desde chico me empujó sin querer al tango.
- ¿Él te llevó al escenario?
- Mi inicio como cantor de tangos es muy particular. Siempre me gustó, pero todo empezó cuando estaba haciendo un karaoke en un bar y me escuchó un empresario con “Nada”. Él tenía que llevar un espectáculo que represente a la Argentina a México para una feria en 2010. Terminé yendo para mi debut ante el público, con Lucho Hoyos y Víctor Juárez como acompañantes. A la vuelta, Lucho me produjo mi primer disco y al año siguiente volví a México para los Juegos Panamericanos y ya me dediqué profesionalmente al género. Luego fui a Chile, a Brasil y recorrí toda la Argentina. El tango me permitió viajes muy enriquecedores, y había otros planeados que espero poder concretar en el mediano plazo, si el covid-19 afloja.
- La pandemia limita la cantidad de participantes, arriba y abajo del escenario.
- En esta oportunidad me acompañará Francisco Pancho Santamarina, mi compañero de ruta en los últimos cuatro años y con quien vamos hacer clásicos como “Volver”, “Los mareados”, “Palomita Blanca” hasta los nuevos “Romeo y Julieta” o “Los Yeites del querer”, recién salidos del horno. A mí me gusta el gran show, con orquesta y bailarines en un gran teatro, algo for export, pero esto conlleva una producción que el momento actual no lo permite. Tucumán tiene público para estos espectáculos, como quedó demostrado con “Tango del Bicentenario” en 2016, con lleno completo en cada presentación. Hay muchas producciones de esa envergadura que tenemos en carpeta. Esta noche la capacidad de la sala estará acotada para cumplir con las pautas sanitarias.
- ¿Los jóvenes tucumanos se están acercando al tango?
- La relación con la nueva generación se da más desde lo musical que desde lo escrito. Es lo complejo y rico de la composición lo que los atrae e investigan sobre eso. En Buenos Aires hay chicos de 18 años que te acompañan como si fueran viejos maestros del género.
- ¿Es más que los amigos del bar, la percanta que me abandonó y la noche porteña?
- Mucho más, tiene su parte alegre y picaresca, con letras entretenidas. De la tristeza y la melancolía hablan el 90% de las composiciones, del género que sea. Siempre canto algunos temas jocosos.
- ¿El tango te espera, como dicen que los saben?
- Si uno se pone a escucharlo, siempre el tango te llega al corazón. Mi relación con él fue desde muy chico, cuando escuchaba cassettes con mi viejo y me encantaban. Quizás a otros les llegue más tarde, pero cualquiera que le preste un poco de atención a sus letras, lo van a sentir.
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