Algunas escuelas siguen cerradas y son vandalizadas

Algunas escuelas siguen cerradas y son vandalizadas

A un mes del inicio del ciclo lectivo, vecinos y docentes piden la apertura de los edificios y las clases presenciales.

NECESITA MEJORAR. Según datos del Ministerio de Educación, aún son 30 las escuelas que no pueden abrir. NECESITA MEJORAR. Según datos del Ministerio de Educación, aún son 30 las escuelas que no pueden abrir. LA GACETA / FOTO DE MATÍAS QUINTANA

Hoy se cumple un mes desde que en Tucumán los chicos volvieron a las aulas de manera presencial. De acuerdo con los datos aportados por el Ministerio de Educación, hay 60 escuelas en toda la provincia que esperan abrir puertas para que los chicos vuelvan a las aulas. Son 30 menos que en febrero, cuando se realizó el relevamiento para conocer el estado de los establecimientos.

El resto de los edificios tienen clases bajo un sistema dual que combina la virtualidad y el dictado de contenido presencial.

Padres y docentes entienden que no se trabajó a tiempo y que durante la pandemia se hizo poco para poner a punto los establecimientos escolares. Una reflexión común es que la pandemia no es una excusa que alcance para justificar el deterioro de la infraestructura educativa pública, ya que se trata de una situación crónica.

Actualmente, hay escuelas que no cuentan con suministro de agua o de luz y que, como agravantes, sufren robos o son blanco del vandalismo.

Sí o no

La Escuela Secundaria Congreso de Tucumán es una de las escuelas que se encuentra sin clases. Y fue escenario de un conflicto cuando, según cuenta la entonces supervisora de la zona, se firmaron dos actas diferentes, en menos de dos horas, que se contradecían: una consignaba que la escuela estaba en condiciones para abrir sus puertas. La otra decía que no.

En la Escuela Congreso hay aulas que presentan peligrosas grietas y fallas estructurales, obras sin concluir, sanitarios destruidos, filtraciones en cielorrasos y techos tapados de basura. Para ocuparse del mantenimiento sólo hay una sola persona por cada turno.

Lo mismo ocurre en la Escuela Campo Norte donde hasta hace dos días estaban sin energía eléctrica y sin agua. Allí concurren cerca de 400 chicos, que hoy estudian desde sus casas.

Mediante un expediente presentado en la Dirección de Construcciones Escolares que depende de la Secretaría de Obras Públicas, el director de ese establecimiento pidió que se repare el tablero de luz, que fue robado. Los ladrones también se llevaron la cerca perimetral y otros elementos de valor en enero de este año. Tampoco pueden cumplir con protocolos esenciales en medio de la pandemia. Sin agua, no hay medida sanitaria que se sostenga.

“Siento desesperación por volver a las clases presenciales. Pero no tirado de los pelos. Sino como corresponde”, explica Abel Correa, director del establecimiento. En las últimas horas las gestiones habrían encontrado respuesta de las autoridades.

Saliendo de los límites de la capital, en Las Talitas, la Escuela Fernando Pedro Riera espera por una respuesta. Ha sido centro de robos durante los últimos años. Y durante la cuarentena, la ausencia de personal dejó el camino libre a los malvivientes que rompieron vidrios, robaron sanitarios, la bomba de agua y dejaron sin luz algunos sectores de la escuela.

Ayer el director Orlando Ruiz recibió la visita de las autoridades ministeriales y de Construcciones Escolares para solucionar algunos de todos los problemas. Durante nuestra visita todavía seguían sin agua y sin energía eléctrica. Aunque sí hubo una promesa para empezar las clases presenciales en las próximas semanas.

Carlos Leiva, es papá de un alumno que asiste al establecimiento. Vive en la zona desde hace 12 años y ha intentado por todos los medios exponer la situación. Ante la falta de respuestas hasta pensó en cambiar a su hijo de escuela, pero fue el quien le pidió quedarse.

A unas pocas cuadras está la Escuela Docencia Argentina. Aunque no pudimos ingresar, el último relevamiento realizado por los directivos y presentado ante las autoridades, detalla problemas como el hundimiento de pisos en baños y aulas, paredes electrificadas, falta de agua, sanitarios rotos, falta de mobiliario y la lista sigue. Las imágenes a las que accedió LA GACETA fueron proporcionadas por vecinos y padres de alumnos que denunciaron la situación.

Noelia Rodríguez es ex alumna de la escuela, aunque terminó sus estudios hace 10 años atrás, rindió materias que debía hace poco y fue a pedir el certificado correspondiente. El edificio con que se encontró no es el que ella recuerda. “Está destruida” cuenta. Y aunque sus hijos aún son pequeños asegura: “No los mandaría a esta escuela”.

A más de 50 km hacia el sur, está Monteros y ahí la Escuela Nª119 Provincia de Mendoza también está cerrada. Allí los padres fueron más ruidosos y anticiparon una protesta -se realizó ayer por la tarde- con la idea de exponer sus reclamos. Quieren que haya clases presenciales, pero antes piden que la escuela sea un espacio digno para docentes y alumnos.

Ayer, tres semanas después del inicio del ciclo lectivo y antes de la protesta, autoridades del Ministerio de Educación visitaron a los directivos y convocaron a un grupo de papás a una reunión que más tarde fue publicada en las redes sociales del propio establecimiento.

Según cuenta Judith, una de las madres que impulsa la marcha, intentaron persuadirlos para que la movilización se suspenda.

Algunos operarios cambiaron los focos y hasta pintaron las paredes de la entrada, las que se ven. Sin embargo, no hay fecha para el regreso presencial a las aulas para el nivel primario y secundario. Los jardines abrirían la semana que viene.

Desplazamiento

Esta semana se conoció que el Ministerio separó de su cargo a la profesora y supervisora de Educación Media Andrea Miguel. La Provincia salió al cruce de la profesora que había denunciado que fue desplazada por haber expuesto el mal estado de los edificios escolares.

José Luis González, director de Asistencia Técnica Pedagógica, explicó que la docente enfrenta una investigación administrativa por falsificación de documentación pública.

Un mes antes, Miguel había presentado junto a otros siete supervisores, un petitorio que ingresó como expediente. El documento llevaba la firma de Andrea Miguel, Aníbal Vizcarra, Patricia Pettorosi, Raúl Signorelli y Marcela Fernández, entre otros. Allí los supervisores docentes de nivel medio le recordaron al ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, que la reparación de los edificios escolares y la cobertura de cargos vacantes son indispensables para el inicio del ciclo lectivo 2021.

El titular de la cartera educativa dijo que no existió ninguna persecución y aclaró que la maestra es investigada por su mal accionar mucho antes que ella denuncie el deterioro en las escuelas.

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