¿Podrán divididos?
¿Podrán divididos?

La interna del peronismo gobernante remeció todo el escenario político tucumano. Los tres sectores mayoritarios de la oposición, que cuentan con representación legislativa y ejecutiva, también sintieron los movimientos que estallaron tras la pelea entre el gobernador, Juan Manzur, y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo. La distancia entre ambos, que llevan casi un mes sin contacto, no parece achicarse. Los gestos de uno y otro no hacen más que dar cuenta de que la foto de la tregua transitoria tardará en llegar.

Los disidentes creen que, con el justicialismo tambaleante, están ante una oportunidad histórica. Pero hay una pregunta que se hacen oficialistas y disidentes ¿podrán aprovechar la división en el PJ y sacar un rédito electoral?

A grandes rasgos, los tres grupos opositores que se cuentan desde adentro y desde afuera son el que se encolumna tras el diputado José Cano y la senadora Silvia Elías; el que está con los intendentes radicales Mariano Campero (Yerba Buena) y Roberto Sánchez (Concepción) y el legislador republicano Ricardo Bussi y el último, el que encabeza el intendente capitalino, Germán Alfaro.

Columna dividida

La interna en el radicalismo, columna vertebral local de Juntos por el Cambio (JpC), se ha profundizado en las últimas semanas. Las diferencias entre los sectores de Cano-Elías y Campero-Sánchez parecen irreconciliables por el momento. Si bien mantienen el diálogo, no logran llegar a un acuerdo en relación al punto de quiebre: la inclusión de Fuerza Republicana dentro del armado para las próximas elecciones.

Las declaraciones públicas fueron subiendo de intensidad y las respuestas, también. Una muestra de ello fue en el living de LG Play, donde Campero defendió la alianza con los republicanos y endureció algunos conceptos que había esbozado antes. Básicamente, dijo que no es Bussi lo que molesta a sus correligionarios sino que es el hecho de que ellos son ganadores en un partido que hace una “mística de la derrota” y en el que no hay una vocación de poder. De todas maneras, expresó que esperan poder llegar a un consenso dentro de JpC y poder aspirar a ganar el poder en las elecciones de 2023.

Mientras siguen con las conversaciones con distintos sectores, los jefes municipales y Bussi están en campaña y siguen recorriendo el interior. Insisten en que los votos de los republicanos son clave para poder llegar a ser realmente competitivos y a que el objetivo final es transformar Tucumán desde el poder. Aseguran que intentaron llegar a una coincidencia interna en la UCR, pero que no les dieron el lugar para hacerlo. Bussi, por su parte, negó en múltiples oportunidades ser funcional al oficialismo y manifestó que no puede serlo con quienes le han inventado causas y lo quieren ver preso.

En la parte de la UCR que se identifica con Cano y Elías están convencidos de que Bussi fue enviado por la Casa de Gobierno a romper la oposición. Le reprochan a Campero que, con mayor o menor sutileza, los esté tratando de perdedores, cuando sienten que lo han respaldado desde sus inicios. Además, distintos dirigentes remarcan que descreen de sus argumentos para juntarse con Bussi porque sostienen que en las últimas contiendas nacionales el espacio que integra el radicalismo ha superado a Fuerza Republicana. Afirman que es muy temprano para hablar de los comicios provinciales, cuando necesitan sortear aún los comicios de medio término. No descartan apoyar a Campero para que pueda eventualmente postularse a la gobernación, pero creen que no es el momento de discutirlo. Cano y Campero habrían tenido una extensa reunión la semana pasada, pero no habrían logrado coincidencias en sus puntos de vista. Probablemente, el desfase tenga que ver con que para unos la discusión es por este año y para otros, por 2023.

¿Cuál será la reacción? La conformación inminente de la mesa de JpC en Tucumán. En los próximos 15 días se convocará a los presidentes o interventores de los partidos que lo integraron en la última contienda. Entre los invitados estarán los representantes de la UCR, del PRO, de la Democracia Cristiana, de la Coalición Cívica y del Partido por la Justicia Social, entre otros. El asunto fundamental será definir el criterio de incorporación de posibles socios políticos en el frente y dar la discusión de quiénes sí y quiénes no. Además de la cuestión “Bussi”, está la del CREO, el partido que encabeza el presidente de la Sociedad Rural de Tucumán, Sebastián Murga. El objetivo que trazó Mauricio Macri en distintos encuentros con referentes locales es que hay que fortalecer a las figuras y afianzar la presencia en las cámaras Alta y Baja. El contrapeso en el Congreso es clave para “frenar” los proyectos del Gobierno nacional, consideran.

La mirada de los aliados

Los socios del radicalismo ven con preocupación la división. En el caso del PRO, el partido local pasa por un buen momento después de la normalización tras dos años de intervención. La dirigencia pudo acordar y ordenarse para comenzar a trabajar con la mirada puesta en los próximos procesos electorales. Sus miembros están entusiasmados porque en el ámbito nacional se están consolidando numerosas figuras como nunca antes, como Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodriguez Larreta. Aunque en Tucumán la mayoría está más cerca de Macri, tener tantos nombres instalados les resulta promisorio para traccionar las posibles listas de Tucumán. Trascendió que dentro del la interna radical, en principio, acompañarían lo que decida la mesa nacional de la UCR. Es decir, que podrían llegar a rechazar la inclusión del bussismo.

Por otro lado, se entusiasman con presentar una lista propia. Sucede que hay dirigentes del partido que están “dispersos”, trabajando en diferentes gestiones, como en los municipios de la Capital y de Yerba Buena. De esta manera, quedarían contenidos dentro de su propia agrupación.

El Partido por la Justicia Social (PJS) habla con todos los espacios radicales, pero apuesta a un armado propio en el que confluyan distintas vertientes políticas. De hecho, hay un grupo numeroso del partido que está en el alfarismo. Si bien Alfaro no cierra la puerta a JpC, viene sosteniendo que el radicalismo debe resolver sus cuestiones intestinas para llegar más fuerte a la contienda nacional.

El PJS lleva un poco la delantera puesto que ya relanzó el partido y anunció que la candidata a senadora será la diputada Beatriz Ávila. En los últimos días aparecieron algunas pintadas que rezan: Alfaro-Berarducci, pero los nombres de los postulantes a la Cámara Baja están en análisis. Entre las alternativas, en los pasillos municipales se menciona a los legisladores Walter Berarducci y Raúl Albarracín, ambos del PJS, y al intendente de Bella Vista, Sebastián Salazar, de la UCR.

Allegados al jefe municipal, sin embargo, descartaron que esté interesado en mudarse a la Cámara Baja y que seguirá enfocado en su gestión.

En el partido esperan definiciones para el próximo mes, porque los tiempos apremian si se mantiene el cronograma electoral.

¿Cuándo serán las elecciones?

La Cámara Nacional Electoral sigue trabajando para que las contiendas se concreten el ocho de agosto (PASO) y el 24 de octubre (generales),tal como ha definido en el cronograma. El debate, sin embargo, sigue abierto en la Nación. Aún no se ha definido si las Primarias se suspenderán por única vez; se prorrogarán; se unificarán con las generales o si no serán obligatorias.

La mayoría de los gobernadores peronistas impulsa la suspensión de las internas por única vez con la pandemia como motivo principal. Parte del kirchnerismo promueve que el sistema, que debe ser modificado por el Congreso, quede tal como está para dirimir algunas disputas territoriales en la provincia de Buenos Aires. El Presidente, Alberto Fernández, no fijó aún una postura al respecto, pero sí considera que si hay modificaciones tienen que ser con el acuerdo de diversos actores de la política.

Esta semana hubo una señal en el Senado que podría dar cuenta de que las PASO podrían quedar en la fecha prevista. Se aprobó un proyecto del Ejecutivo para suspender, por la situación sanitaria, las causa de caducidad de los partidos hasta fin de año (por no haber renovado autoridades o no haber mantenido una afiliación mínima). Hasta tanto no haya novedades, las fechas seguirán corriendo. El 9 de junio, por ejemplo, vencerá un plazo clave que ya anotaron los dirigentes locales: será el plazo para el reconocimiento de las alianzas que podrán competir.

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