Por Marcelo Aguaysol
26 Marzo 2021
LA GACETA / ARCHIVO
Más allá de los efectos propios de la pandemia de la covid-19 y de una prolongada recesión en la Argentina, la economía de Tucumán ha tenido un comportamiento razonable, en relación a otras regiones del país, durante el proceso recesivo de nuestra economía agravada originada por la crisis sanitaria.
Según estimaciones del Indicador Sintético de Actividad de Provincias (ISAP) que usa la Federación Económica -FET- para estimar la actividad económica local, Tucumán está entre el grupo de provincias que menos redujo su nivel de actividad durante 2020 y tuvo un interesante proceso de recuperación entre el segundo y el cuarto trimestre de ese año.
Según el Reporte Estadístico Económico Social de Tucumán y el NOA que publica la entidad conducida por Héctor Viñuales, la respuesta del porqué de este comportamiento de la economía tucumana, está originado básicamente en dos sectores de la economía:
- El sector azucarero que pudo comercializar su producción de azúcar en el mercado interno durante prácticamente todo el año en valores de mercado no afectados por la típicas sobreoferta del sector. Esto permitió que el ingreso sectorial fuera interesante no obstante el bajo precio del bioetanol fijado por el gobierno nacional (los productores de caña e ingenios están subsidiando a los consumidores de combustible desde hace un par de años). "Este sector tuvo además una zafra muy interesante en lo productivo, quedándole como desafío encontrar la forma de comercializar exitosamente el saldo de su producción, que se complica por los bajos ingresos de los negocios de exportación afectado por el atraso cambiario y los derechos de exportación, la fuerte competencia de los edulcorantes artificiales y de maíz que año tras año aumentan su participación en el mercado interno argentino total de edulcorantes , y además por la caída en la demanda de bioetanol producto de la recesión que transita la economía", señala el informe. De allí la preocupación de los factores sucroalcoholeros por la falta de definición de la prórroga del régimen de promoción de Biocombustibles, que vencerá el 12 de mayo.
- Por el lado del sector público, en el ejercicio fiscal 2020, los recursos no tuvieron una caída en términos reales y los gastos de la Nación por Ubicación Geográfica que se ejecutan directamente en Tucumán, aumentaron en términos reales en un nivel importante. De hecho, se sostiene que, pese a que el gobernador Juan Manzur había vaticinado a mediados del año pasado que el déficit fiscal sería de unos $ 18.000 millones, al finalizar 2020, el resultado habría sido neutro, es decir, sin grandes sobresaltos, debido a las constantes ayudas financieras por parte del Gobierno nacional.
Estas dos cuestiones permitieron atenuar el comportamiento negativo del resto de la economía provincial. Los otros sectores productivos importantes de la provincia, con productos destinados a mercados externos, se han visto afectados por el atraso cambiario y los derechos de exportación, han continuado operando con reducciones en su actividad e ingresos. El informe de la FET, dirigido por Arquímedes Carrizo, menciona el siguiente panorama observado el año pasado:
- El sector productor de cereales y oleaginosas tuvo en la campaña 2019-20 una reducción del orden de un tercio en su producción respecto a la campaña anterior.
- El sector citrícola tuvo en 2020 este año una nueva caída en su producción y el monto de sus exportaciones, siguiendo con el ciclo descendente en sus ingresos externos que empezó en 2019.
- El sector productor y exportador de Partes de piezas de Vehículos y Tractores tuvo en 2020 otra importante reducción, en sus exportaciones, siendo el segundo año consecutivo de caída. Estos sectores están muy afectados por el atraso cambiario, los derechos de exportación, la presión impositiva y otros costos originados en cargas sociales o en déficits de infraestructuras.
La pandemia, sin embargo, afectó la situación puntual de algunas actividades económicas locales. Por caso, el sector privado de servicios de distinto tipo es el que más nivel de afectación exteriorizó, con el deterioro en el nivel de empleo, y con el cierre o baja económica-financiera de la mayor parte de las empresas que lo componen.
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