Menos tecnologías y más ideas nuevas en seguridad

Menos tecnologías y más ideas nuevas en seguridad

Sobre el final de un año extremadamente violento, con una cifra de homicidios que va camino a superar el triste récord del año pasado (fueron 141 y ahora ya hubo 135 asesinatos), las autoridades de seguridad parecen querer salir del letargo frente a una sociedad inquieta, asustada, enojada, sacudida con frecuencia exasperante por la inseguridad, como el video del motoarrebatador de Jujuy y Lavalle. Por un lado, la Legislatura aprobó normas vinculadas con los esfuerzos por hallar una salida a esta crisis, como la autorización para que en las guardias urbanas se puedan usar las polémicas pistolas eléctricas Taser, o la ley antimecheras. Por otro lado, el Ministerio de Seguridad puso a caminar y circular a los policías barriales del programa de “Cuadrantes de Patrulla”, inaugurado oficialmente ayer por el ministro de Seguridad, Claudio Maley, en el barrio Echeverría.

Caminata y mapeo

El programa está a prueba desde hace tres semanas. Van a ser 74 cuadrantes de los cuales ya hay 46 cubiertos por unos 400 policías. Son siete agentes que recorren las calles de entre 12 y 15 manzanas, conversan con los vecinos, mapean el vecindario, recaban datos de lo que pasa cotidianamente y tratan de identificar áreas con altos índices de violencia y vulnerabilidad. “Ahora, por la cercanía de las fiestas, estamos reforzando los lugares y centros comerciales; el resto es hablar con la gente, ver los puntos neurálgicos críticos en cuanto a lesiones, armas blancas y homicidios”, dice el subsecretario de Seguridad, José Ardiles, que había anunciado el programa en febrero y tuvo que esperar 10 meses en que la tarea policial se focalizó en los desafíos de la pandemia para que se pudiera empezar esta prueba singular, porque pone el énfasis en la prevención en una Policía acostumbrada a la reacción, a correr detrás de los hechos, no a anticiparlos.

La primera dificultad que hubo para implementarlo fue la falta de agentes, ya que el programa precisa 1.210 personas dedicadas a patrullar las calles: unos a pie, otros en bicicleta, otros en moto y por último, en camionetas. Fueron cubriendo a medida que se iba liberando el ingreso de agentes y a medida de que se dieron cuenta de que, con el esquema de policía reactiva que sale por detrás de los hechos de inseguridad, dedicada a investigar, detener y amontonarse en los megaoperativos, jamás iban a poder empezar con este plan.

Cada vez más custodias

Otro inconveniente para destinar hombres a los cuadrantes era la cantidad abrumadora de episodios de violencia de género, que ha desbordado a la sociedad y muestra la falta de capacitación del sistema para tratarlo. No sólo se trata de la evidente incongruencia de que una fuerza de seguridad compuesta y dirigida mayormente por hombres no sabía enfocar el problema de la violencia contra la mujer, sino que se vieron desbordados por los requerimientos de custodias.

En octubre ya eran 1.311 policías para custodiar a 437 víctimas, y ahora son 1.600, según describe Ardiles, que advierte que la realidad ha obligado a destinar más policías para custodias -también hay agentes custodiando detenidos, magistrados y funcionarios- que para un programa como el de los cuadrantes. “Hace falta trabajo social para enfrentar la violencia, hablar con las familias; así nunca van a alcanzar los policías”, dice.

Una mesa de género

Para la necesidad de capacitación, hace dos semanas, para el Día de la Policía, vinieron cuatro funcionarias nacionales -Silvia La Rufa, subsecretaria de Programación Federal; Sabrina Calandron, subsecretaria de Derechos, Bienestar y Género; Ángela Oyhandy, directora de Estadística, y Carolina Justo, directora de Políticas de Género- y a partir de eso se formó una mesa de Seguridad, Género y Bienestar, para trabajar la perspectiva de género hacia dentro de la Policía. “Lanzamos una capacitación en la Ley Micaela para jefes y funcionarios, y otra para personal subalterno y oficiales, durante todo diciembre”, dice Emilia Tarifa, subsecretaria de Control de Gestión del Ministerio de Seguridad. “Se decidió empezar con esto a pesar de que ya estaban en marcha los planes de seguridad de fin de año, para las fiestas y el verano”, agrega Tarifa.

En ese encuentro se habló también de mejorar las estadísticas -en las que Tucumán, segunda provincia más violenta del país- está en falta, pese a que en el programa de cuadrantes se menciona específicamente que se va a realizar recopilación de datos para el mapeo. Otra tarea nueva a la que la Policía no ha estado habituada. Por eso tan grande la cifra negra y la brecha entre lo que se cree que pasa y la realidad dura. También se habló de buscar la forma de crear un Observatorio de Seguridad que analice y critique el éxito o el fracaso de las políticas y las medidas que se toman en el área.

“Puntos calientes”

Por ahora, sólo se hacen recorridos matutinos y vespertinos y pronto habrá nocturnos, dice Ardiles. También por ahora, están en barrios alejados -Villa Amalia, San Cayetano, Villa 9 de Julio, Villa Muñecas, “la zona de la Bulnes que es muy comercial, la de avenida Belgrano y América”, agrega-.

El programa es ambicioso: a partir del análisis de cifras que indican que en 11 cuadrantes ubicados al norte, el este y el sur capitalino (en barrios considerados “puntos calientes” o “zonas rojas”) se ha concentrado el 50% de los homicidios y hechos violentos en los últimos siete años -desde que se llevan a cabo estadísticas serias sobre homicidios- prometen trabajar con las necesidades e inquietudes de los vecinos, ver problemas urbanos -desde falta de iluminación hasta vandalismo y basurales- y tramitar soluciones ante las reparticiones que corresponda y proveer seguridad con presencia policial. Según Ardiles, esto va a ayudar a superar las carencias de las comisarías, saturadas de burocracia administrativa y de custodias de detenidos.

La apuesta es fuerte en una sociedad harta de violencia, a la que la realidad brutal -como la de los vecinos atacados por el motochorro de Jujuy y Lavalle- y que ya se ha acostumbrado a ver como normal que haya gente que hace justicia por mano propia. Habrá que ver cómo sale. En Pinamar, San Miguel y otros municipios bonaerenses que tienen un programa parecido llamado “Más ojos en alerta”, tienen como slogan que “no hacen falta nuevas tecnologías; hacen falta nuevas ideas”.

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