Hojeando el diario: increíble crecida del río Salí en el Día de los Muertos

Hojeando el diario: increíble crecida del río Salí en el Día de los Muertos

Las fuertes lluvias hicieron que el cauce se viera colmado. Intenso calor. Problemas con el alcohol.

CRECIDA INCREÍBLE. Las aguas llegaron a niveles inusitados, lo que generó la curiosidad de la población. CRECIDA INCREÍBLE. Las aguas llegaron a niveles inusitados, lo que generó la curiosidad de la población.

Mientras los tucumanos esperaban la llegada del Día de los Muertos en 1935, el clima también se volvió protagonista ya que una fuerte tormenta en la zona norte provincial generó que el río Salí presentará una imagen aterradora que generó preocupación en la población ya que el amplio cauce del río se vio colmado por una gran crecida. Según los informen periodísticos de entonces las precipitaciones en la ciudad fueron más bien escasas pero en los departamentos del norte fueron intensas con valores que superaron en muchos lugares los 15 milímetros y todo eso confluyó por medio de la red hidrográfica hacia el Salí. Estas lluvias ocurrieron durante la jornada del 2 de noviembre pero al día siguiente se generalizaron en toda la provincia y hasta la lluvia fue copiosa en San Miguel de Tucumán. La crónica señalaba que “llovió en forma copiosa en Tucumán, compensando de esta forma la larga sequía que la provincia ha sufrido, comprometiendo seriamente las cosechas y agravando la situación sanitaria”. De manera similar al presente las temperaturas en los días previos a la tormenta, por entonces, rondaban los 40 grados para caer abruptamente tras las lluvias a unas máximas cercanas a los 20 grados.

En 1935 fue noviembre el mes caracterizado por las temperaturas desusadas. LA GACETA presentó el tema en la tapa del 2 de noviembre bajo el titular “Se registró ayer una temperatura poco común”. Sobre la foto que ilustraba la noticia se presentaba el valor de 40,8°. El periodista destacaba: “ha sido un día de temperatura tan elevada que sus efectos se hicieron notar en forma desacostumbrada sobre la población que había venido desarrollando sus actividades dentro de un clima hasta cierto punto apacible. El termómetro subió repentinamente más arriba de los cuarenta grados anunciando en forma brusca el arribo de la época estival”. Temperaturas llamativas para la primavera que todavía marcaban las hojas del almanaque.

EL LUCAS CÓRDOBA. Un caudaloso torrente había reemplazado al calmo y tranquilo río que cruza nuestra provincia.   EL LUCAS CÓRDOBA. Un caudaloso torrente había reemplazado al calmo y tranquilo río que cruza nuestra provincia.

Esa fecha tan cara para nosotros, que nos lleva a las necrópolis a recordar a nuestros seres queridos, en 1935 tuvo el aditamento de una gran tormenta y además el cambio de hora en su paso de invierno a verano -sin dejar de lado el calor intenso que había en aquellos días-. La crónica relataba los actos realizados en los cementerios de la ciudad por parte de los ciudadanos hacia sus fieles difuntos como los actos de homenaje de las diversas instituciones para con sus afiliados muertos. El cronista señalaba: “el adelanto de la hora impuso también un adelanto en las actividades mañaneras, viéndose desde el alba numerosas personas acudir a los templos para asistir a los oficios divinos o encaminarse a los cementerios, a cumplir primero que ninguno, con el sagrado deber de visitar a sus muertos”. Además decía que por los “rigores estivales” la gente inició sus visitas a primera hora del día.

CALOR EXTREMO. Los termómetros marcaron más de 40 grados. CALOR EXTREMO. Los termómetros marcaron más de 40 grados.

Por otro lado también se informaba que la ciudad de Tafí Viejo no contó con el servicio de agua durante toda la jornada generando los obvios inconvenientes y protestas por parte de los taficeños exigiendo la concreción de las obras necesarias que contaban con el presupuesto correspondiente.

Alcohol y excesos

Las tormentas no impidieron la conmemoración del Día de los Muertos pero al parecer las cosas fueron distintas en algunas zonas, ya que el alcohol se convirtió en coprotagonista de la jornada en la cual algunas personas pasadas de copas generaron disturbios y hasta se enfrentaron con los representantes de la ley. LA GACETA del 4 de noviembre de 1935 ponía el énfasis en la “piadosa devoción con que nuestro pueblo rindió homenaje a la memoria de sus muertos queridos”. Pero la crónica continuaba: “no sería completa la información sino consignáramos los aspectos ingratos que esta conmemoración ha ofrecido. En ningún momento pudo sospecharse que esta faz de los acontecimientos adquiriera contornos tan lamentables dadas las instrucciones impartidas por las autoridades policiales”. La crítica cerraba con las siguientes palabras: “desde hace muchos años no veíamos que esta conmemoración fuera desvirtuada en forma tan escandalosa”.

Los desórdenes se produjeron en varias zonas y localidades de la provincia. Pero el incidente de mayores proporciones se generó en el cementerio de Cevil Pozo. Pasadas las 19 del 2 de noviembre, “Evaristo Díaz, Tomás Moyano, Isaías y José Frías se entretenían dirigiendo palabras torpes al público que asistía a la necrópolis”. Esta actitud molestó a la gente y obligó a actuar a la policía. “El comisario de la Banda del Río Salí, Isidoro Serpa, a cuyo cargo se encontraba el servicio policial, llamó la atención de los inoportunos. Esto fue causa suficiente para que Moyano agrediera a golpes de puños al representante de la autoridad, lo que motivó la inmediata intervención del comisario Bohorquez, quien fue a su vez atacado Isaías Frías, el que le aplicó un golpe de puños en la nariz produciéndolo una contusión de cierta importancia. Con la cooperación de soldados del Escuadrón de Seguridad, los agresores fueron detenidos. En circunstancias que eran trasladados a la comisaría se produjo una nueva incidencia, desacatándose de palabra Segundo Velárdez y Segundo Gómez, a quienes se llevó presos a la comisaría de Lastenia”. Eso sí: la nota cierra poniendo en dudas la versión policial de los hechos por información obtenida por los redactores. Los hechos en los que estuvieron implicadas personas alcoholizadas también se produjeron en el cementerio del Norte de la capital tucumana, donde “en las mismas puertas de la necrópolis, el expendio de bebidas alcohólicas se efectuó en forma abusiva y descarada, lo que dio lugar a que entre la concurrencia se mezclaran numerosos ebrios”.

Según los corresponsales del diario extendidos a lo largo de la provincia, “en la zona rural el abuso y consumo de bebidas alcohólicas alcanzó proporciones censurables”. Y agregaba: “en las cercanías de los cementerios se instalaron puestos para el comercio de tales bebidas que hicieron su agosto a expensas del numeroso público asistente”.

En Monteros se señalaba: “se podían observar infinidad de ebrios imposibilitados de tenerse en pie”, para seguir: “habla elocuentemente sobre este el hecho que haya sido necesario utilizar los servicios del camión de la Municipalidad el cual realizó varios viajes conduciendo beodos desde el cementerio hasta la comisaría del lugar”.

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