Cartas de lectores
 gentileza BOMBEROS VOLUNTArios DE ALBERDI gentileza BOMBEROS VOLUNTArios DE ALBERDI

- Temperatura y cambio climático

El cambio climático ya ha llegado. En Tucumán parece que las campanas de alarma no fueron escuchadas. El calor que hemos sufrido los tucumanos en octubre no bastó para que se iniciaran acciones tendientes a mitigar los efectos de las temperaturas excesivas sobre los que vivimos en el otrora “Jardín de la República”, tengan o no tengan aire acondicionado. Debemos pensar en la realidad de esta provincia. Con 50% de pobreza no todos pueden tener aire acondicionado. El calor nos afecta a todos con una forma de violencia que nos iguala; podemos hacer algo por mitigar los efectos que sufrimos por la fenomenal emisión de gases de efecto invernadero; debemos exigir a las industrias que reduzcan la emisión de los mismos. Evitar los incendios forestales puede disminuir el calentamiento climático provocado por el hombre, como las selvas tropicales de la Amazonía; esto conlleva una amenaza letal para las comunidades, las plantas y los animales de esos lugares. Estos incendios emiten anhídrido carbónico y a causa de la pérdida de bosques a una menor absorción del que existe en la atmósfera. Esto reafirma lo que decíamos de mantener en cantidad y calidad el arbolado urbano, en la ciudad está vigente la ordenanza que plantea que los árboles de alineado, en las veredas deben colocarse a 12 metros de distancia entre ellos. Pregunto: ¿cuántos vecinos pueden decir que en su cuadra de 200 metros hay 16 árboles por vereda?

René Carlos Roncedo


- Krishnamurti

Gran satisfacción me significó leer la Página Literaria de LA GACETA dedicada a la relación de Jiddu Krishnamurti con la cultura argentina. Durante años he leído libros sobre las conferencias que este genial filosofo difundió por el todo el mundo, incluso su biografía escrita por Puppul Jayakar, una de sus más adictas seguidoras. Para quienes pudiera interesarles conocer mucho más sobre este genial personaje, cabe constar que además de todos los libros, que recopilan contenidos de sus conferencias, muchos de los cuales fueron traducidos al castellano por Armando Clavier, existen en la WEB videos donde es posible escucharlo al aire libre durante conferencias que dictaba en diferentes lugares del mundo, y en muchas escuelas que había mantenido con la Fundación. A pesar de que muchos lo tilden de anarquista, jamás estuvo en contra del orden dentro del cual debe funcionar una sociedad organizada. Según sus conceptos, el Universo funcionaba en el mayor orden matemático posible. Muchos que no entendían su filosofía criticaban que solo trataba de ser un anarquista que criticaba a todos los que siguen a un líder, pero terminan por corromperlo y destruirlo. Dentro de lo anecdótico, haciendo referencia a la citada biografía, cabe mencionar que estando en la India, en casa de Indira Ghandi, percibió algo que lo inquietó y se lo dijo a ella. “Presiento algo malo en esta casa; cuídese”. Al día siguiente ella fue asesinada por el sirviente. Por increíble que parezca, Jidhu Krisnamurti murió solo en su casa de Ojai, California. Durante su vida supo estar con científicos como David Bohom, o el Dr. Shainberg, famoso psiquiatra de Nueva York, con quienes tiene diálogos imperdibles sobre psicología. También tenía contactos con Bertrand Russell o Aldous Huxley sobre el orden del Universo. Nunca dejaremos de lamentarnos no haber sabido interpretar las enseñanzas o mejor dicho las sugerencias del último gigante de la psicología, cuya intención era liberarnos de la estupidez.

Humberto Hugo D’Andrea


- Vandalismo y responsabilidad

En estos tiempos de pandemia agobiante, entendemos que no nos es posible, como miembros de una sociedad moderna, organizarnos para salir a protestar reclamando por nuestros justos derechos a la vida, a la seguridad y a la propiedad privada. Es por eso que, como cristianos y como habitantes de este barrio de San Miguel de Tucumán, nos dirigimos al diario para expresar nuestro repudio por la brutal y trágica muerte de la niña Rocío Abigail Riquel. También deseamos compartir con su familia nuestro dolor. Porque asumimos como nuestra esta tragedia familiar y social que nos duele en el alma. Que Dios la tenga ya en su santa paz. Por otra parte y con todo el derecho que, como ciudadanos, nos da la ley, exigimos una mayor y más estricta responsabilidad a las autoridades que nos gobiernan; tanto en lo político como en lo judicial y en lo policial-penal. Porque todos, sin excepción, sentimos una terrible indefensión ante la violencia de todo tipo que crece día a día en la provincia en que vivimos: asaltos, crímenes impunes, robos y escruches. Que así sea.

Victoria Ofelia Ruiz del Ferrier, Manuel Augusto Torrez, Beatriz Adriana Torrez y otros


- Alta velocidad en Yerba Buena

En calle Pedro de Villalba desde el 100 al 500 en Yerba Buena -barrio Procrear-, la velocidad en que circulan los automovilistas es de terror. Los niños son los que más corren riesgos porque es una calle muy angosta: urge que la Municipalidad coloque lomos de burro u otros reductores de velocidad para evitar una tragedia. En calles aledañas a dicho barrio sí los hay, pero en esta no y es de gran circulación.

Rosa Aguirre


- La ley de la selva

En Tucumán se vive ya en la ley de la selva (sálvese quien pueda). No existe la seguridad para ningún ciudadano. No se puede transitar por la vía pública sin tener el temor a que en cualquier momento podamos ser víctimas de arrebatos o, incluso, perder nuestra vida. Además, las autoridades policiales brillan por su ausencia, no sólo por la falta de su presencia, sino que cuando se presenta una denuncia, se registra en un papel suelto, que, creo, no sirve ni para la estadística. La inoperancia es total y ello lleva a la reacción de la sociedad, sin justificar cualquier desborde. Esta situación nos conduce a una desarticulación de la sociedad, por falta de justicia y de la más absoluta seguridad.

Segundo B. Juri


- Poder judicial

El órgano de administración de justicia -un juez con sus auxiliares, secretario del juzgado junto al oficial de justicia, testigos, peritos o expertos, la Policía o fuerza pública, que el juez requiere de ella para detener a alguien, allanar una casa, apresar un prófugo, el abogado patrocinante, etc.- languidece y disgrega. No es elegida por la ciudadanía ni renovada periódicamente en sus cargos, a diferencia de los otros dos poderes que formalmente cambian de personal. Se asemeja a la Justicia señorial de antes de la Revolución Francesa, donde la humilde vida rural, en sus incidentes diarios, sus conflictos menudos e irritantes dependía de ellos (Justicia señorial) casi por completo, y por lo tanto de los señores que los nombraban La mano de la revolución había de arrancar las últimas raíces de la Justicia feudal. Cuenta Jean Jaurés que el aldeano, frente al rapaz feudalismo, quería acudir a astucias contra ello o defenderse de nuevos abusos, las alimañas de la Justicia señorial, pasantes desvergonzados y alguaciles famélicos, acababan con la cosecha y paciencia que le quedaban. Con la Revolución Francesa las innumerables jurisdicciones especializadas del antiguo régimen quedaron abolidas; en su lugar brotó una jerarquía nueva de tribunales emanados de la soberanía nacional y parecida para todos. La aplicación del principio de la soberanía nacional llevó consigo la elección de jueces y la institución de un jurado. La venalidad con el poder desapareció. Los ciudadanos fueron llamados para que tomasen parte en los procesos, en los fundamentos de hecho, dejando a los jueces el cuidado de pronunciar el fundamento de derecho. Las administraciones de los departamentos y de los distritos, serán nombradas por electores encargados de elegir a los representantes a la Asamblea, y serán renovables periódicamente. Y asimismo jueces, elegidos por los mismos electores, y sujetos, también ellos, a periódica renovación. El decreto del 16 de agosto de 1790 ratifica el fin de las antiguas oligarquías judiciales así como los jueces señoriales, instituyendo tribunales de distrito, de paz y de comercio. Todos los ciudadanos activos elegirán los jueces de paz. Los jueces de los tribunales comerciales serán, en principio, comerciantes elegidos por comerciantes. En asuntos criminales decidirán los jurados. El tribunal criminal departamental, instituido en enero de 1791, estará formado por un presidente y un acusador público elegidos, y por jueces tomados de los tribunales de distrito. Asimismo, los miembros del tribunal de casación, creado por el decreto de 27 de noviembre de 1790, serán elegidos por sufragio; los departamentos concurrirán sucesivamente y por mitades a la elección. La no elegibilidad, en la actualidad, de sus cargos fue una reacción contra las revoluciones burguesas en Europa. No se trata de dilucidar entre un servicio de justicia en lugar de un Poder Judicial. La Justicia como servicio será real bajo control de otro poder- el trabajador- como el de la burguesía en el siglo XVIII.

Pedro Pablo Verasaluse

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios