Como un gimnasio pero para la mente

Como un gimnasio pero para la mente

En el alto rendimiento ya no sólo se entrenan los músculos: la mente también forma parte de la rutina.

EN CONFERENCIA. Vargas es psicólogo especializado en deportes. Constantemente es convocado para disertar. EN CONFERENCIA. Vargas es psicólogo especializado en deportes. Constantemente es convocado para disertar.

Cinco vueltas a la cancha, 100 abdominales, cuatro tandas de 10 repeticiones con un peso de 80 kilos en la prensa, sentadillas con salto 40 veces. El listado de ejercicios puede ser una pequeña parte de la rutina de entrenamiento de cualquier atleta de alto rendimiento que necesita el cuerpo sano y bien entrenado. El deportista de ese nivel, siempre estuvo concentrado en el físico. Con tanto desarrollo científico y tecnológico en esa área, ya no se gana sólo por ser físicamente mejor y haber ejercitado más lo motriz que un rival. La mente juega un papel preponderante ante la situación, por lo que también hay que entrenarla.

Hace pocas semanas, Nadia Podoroska, semifinalista de Roland Garros en un torneo que jugó impecablemente, lo reconocía. “Encontré una seguridad importante en el aspecto mental y es algo que influye mucho en mis resultados”, explicó. La rosarina optó por un “entrenador mental”. “Como el encargado de ayudar al atleta a lograr una mayor concentración y controlar su mente”, se definió Pedro Merani en una nota que publicó LG Deportiva. Merani es quien aconseja a Podoroska.

“En el norte argentino, no para instituciones deportivas, pero sí con el trabajo individual, el deportista se ha dado cuenta que necesita de esa autopercepción, que involucra todas sus actividades mentales, lo que le posibilita rendir mejor”, explicó Diego Vargas, psicólogo especializado en deportes.

Hay deportistas que nunca recurrirán a un asesoramiento mental, según el especialista. “Porque tienen la capacidad de autopercepción de sí mismos y los pensamientos no interrumpen”, indicó. “Tienen la ansiedad motora, su cuerpo se manifiesta nervioso, pero pudieron desplazar los pensamientos de la mejor manera”, explicó Vargas la necesidad del deportista por resolver esos problemas mediante la palabra. “El deportista tiene centésimas de segundos para la toma de decisiones”, marcó la principal diferencia con respecto a una persona que realiza una terapia clínica. “Ellos tienen que ampliar la tolerancia a la frustración de la manera más rápida para tomar la decisión más coordinada”, sintetizó Vargas, santiagueño, radicado en Tucumán.

COMPAÑÍA. Visconti (sentado a la derecha) participa de la charla previa a una carrera de López, que recibe las instrucciones. COMPAÑÍA. Visconti (sentado a la derecha) participa de la charla previa a una carrera de López, que recibe las instrucciones.

Desde Córdoba, con la tonada característica de esa provincia, José Luis Visconti coincide en que la globalización, que puso el conocimiento al alcance de todos, provocó que lo mental sea determinante. Su deporte es el esquí acuático y su mayor éxito lo obtuvo cuando conquistó el título mundial de slalom seniors (+55 años) en el Mundial de Francia 2000. Desde 2007, José María López, confío su preparación mental a “Pepe”. “Él es muy detallista y trabajador”, describió con precisión Visconti a “Pechito”.

“Trato de transmitir lo que a mí me funcionó”, describe su labor con los atletas que lo consultan. López llegó a él por algunos conocidos en común y hasta hoy se mantienen los contactos con el piloto que recorre el mundo en las competencias del Mundial de Resistencia. Con una enorme admiración por los psicólogos que él considera realizan un trabajo mucho más profundo que el suyo, Visconti se centra en lo que llama “relato”, para que el deportista sea mejor. “Hay que prever todo lo que va a pasar. Primero hay que visualizar y dibujar el circuito. Luego me tiene que contar cómo haría yo para correr, y me hace el relato que visualizamos varias veces”, contó. “Así pone en su cabeza cada punto del circuito y qué hacer en cada momento. Después hacemos una simulación del movimiento en al auto”, detalló la aplicación de su método a uno de los deportes con los que trabaja.

“Los preparadores -se refiere a él mismo- debemos ser más consejeros que otra cosa. Tengo que hacerle saber al deportista que, si tiene resultados negativos, no se acaba la vida y, cuando gane, tampoco será el tipo más feliz del mundo”, dijo Visconti. “Los logros deben servir para seguir adelante. Para que el deportista rinda tiene que ser alguien que disfrute mucho el camino, el trabajar y no sólo del resultado”, consideró el cordobés.

También deportista como Visconti, Rodrigo Lucenti optó por ser coach ontológico. Su carrera como yudoca, que incluye unos Juegos Olímpicos en 2004, hace que su experiencia deportiva colabore al ciento por ciento cuando un atleta solicita su acompañamiento. “Lo que trato de hacer es ser un facilitador del aprendizaje para la persona. Buscamos resolver los problemas y que consiga los objetivos que se proponga. Yo los acompaño a que los consiga”, detalló la tarea que, entre otros deportistas, hizo con Nicolás Sbrocco (ver aparte), que en los próximos días se sumará a Perugia, de la Serie A de Italia.

Psicología, coaching, yoga, meditación, entre otras prácticas, son empleadas creando una especie de “gimnasio para la mente” porque los abdominales, las sentadillas, el trote y las pesas que fortalecen el cuerpo dejaron de ser lo único importante para ganar.

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